Dominicus

20 de enero de 2019 / 2º domingo durante el año Ciclo C Color: Verde

LECTURA Is 62, 1-5

Lectura del libro de Isaías.

Por amor a Sión no me callaré, por amor a Jerusalén no descansaré, hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante y su salvación, como una antorcha encendida. Las naciones contemplarán tu justicia y todos los reyes verán tu gloria; y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto por la boca del Señor. Serás una espléndida corona en la mano del Señor, una diadema real en las palmas de tu Dios. No te dirán más “¡Abandonada!”, ni dirán más a tu tierra “¡Devastada!”, sino que te llamarán “Mi deleite”, y a tu tierra “Desposada”. Porque el Señor pone en ti su deleite y tu tierra tendrá un esposo. Como un joven se casa con una virgen, así te desposará el que te reconstruye; y como la esposa es la alegría de su esposo, así serás tú la alegría de tu Dios.

Palabra de Dios.

A. Te alabamos, Señor

 

SALMO (Sal 95, 1-3. 7-10)

R. Anuncien las maravillas del Señor por todos los pueblos.

Canten al señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra, canten al Señor, bendigan su nombre. R.

Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. R.

Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor. R.

Entren en sus atrios trayendo una ofrenda, adoren al Señor al manifestarse su santidad: ¡que toda la tierra tiemble ante él! R.

Digan entre las naciones: “¡El Señor reina! El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”. R.

 

LECTURA 1Cor 12, 4-11

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para enseñar, según el mismo Espíritu; a otro, la fe, también en el mismo Espíritu. A éste se le da el don de sanar, siempre en ese único Espíritu; a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas. Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como él quiere.

Palabra de Dios.

A. Te alabamos, Señor.

 

EVANGELIO Jn 2, 1-11

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan todo lo que él les diga”. Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua estas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete”. Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de calidad inferior. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento”. Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

Palabra del Señor.

A. Gloria a ti, Señor Jesús

 

Reflexión

Pbro. Tomás Fernando Espinosa Aguilar

Muy  estimados hermanos y hermanas, en este segundo domingo del tiempo ordinario la liturgia de la palabra, nos presenta el evangelio de las bodas de Cana. Episodio en el que Jesús realiza su primer signo, su primer milagro a petición de la Virgen María. La Iglesia da una gran importancia a la presencia de Jesús en las bodas de Cana. Ve en ella la confirmación de la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo. Ahora bien, en la reflexión de hoy quisiera que también nos detengamos un poco en la petición que la Santísima Virgen hace a su hijo y a los que servían. Es María que atenta a la voz de Dios y a las necesidades y dificultades de sus hijos, y animada por la divina misericordia, intercede cuando ve que falta el vino para la fiesta. El evangelista Juan, testigo ocular del acontecimiento describió detalladamente el desarrollo de los hechos. En su descripción todo aparece lleno de profundo significado. Con el milagro en las bodas de Cana, Jesús manifestó su gloria en publico, suscitando la fe de sus discípulos. Así pues, dice el Papa, que Jesús se revela como el mesías, que vino a sellar con su pueblo la nueva alianza. Hermanos notemos como es importante la presencia de María, que por su compasión toma la iniciativa, dirigiéndose al hijo para que obre el milagro, y subrayo movida por su corazón misericordioso, manifestando así el gran poder que entraña el amor de una madre. El evangelista también en otro episodio nos recuerda la presencia de la Virgen en el Calvario, al pie de la cruz, para ayudarnos a comprender que la cooperación de Nuestra Madre María, se extiende a toda la obra de Cristo. Pudiéramos decir que la oportunidad del milagro fue posible por la fe firme de la Madre del Señor en su hijo. Así María inicia el camino de la fe de la iglesia, precediendo a los discípulos y orientando hacia Cristo la atención de los que servían “Hagan lo que El les diga” En las bodas de Cana, María es la madre de la esperanza, atenta y solicita ante las necesidades de cada alma. Ella nos sostiene en los momentos de oscuridad, de dificultad, de desaliento. A la Virgen santísima nuestra Señora de la Paz pedimos hoy por nuestro país, para que interceda por todos nosotros y nos conceda el milagro de liberarnos de esta peste que ha destruido nuestro tierra. ¡Feliz domingo para todos!
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