Docentes del estado Táchira fueron convocados a un censo por parte del Ministerio de Educación para actualizar sus datos y poder abastecer combustible en una estación de servicio que les fue asignada. Los profesionales de la educación denuncian que el proceso es lento, engorroso y que no los salva del censo automotor para la actualización del TAG ordenado por la comisión de combustible en la entidad a partir del 11 de noviembre.
Dentro del estacionamiento de la plaza de Toros, alrededores del Polideportivo de Pueblo Nuevo y hasta a las adyacencias de la Universidad Nacional Experimental del Táchira –Unet-, llega la cola de vehículos para el censo. Los docentes reclaman que no hay organización, no hay nadie que los dirija y que apenas dos funcionarios están encargados del proceso para más de 2 mil vehículos diarios.
Buenaventura Sánchez, docente, explicó que el proceso tiene tres pasos. El de la revisión del TAG, que es en Plaza de Toros; la revisión de documentos para confirmar que el vehículo es de un docente, que se realiza a unos metros más allá en la Escuela Deportiva; y la entrega de un número que se debe llevar a un destacamento militar, el cual desconocen para qué es.
“Esto es sumamente lento, no hay sino dos personas controlando el chip, porque después tenemos que pasar a la Escuela Deportiva, dos personas para 2 mil carros, ¿cuándo logramos pasar para que verifiquen los datos del carro? No alcanza el día de hoy, ni el de mañana para que sigamos en esta difícil tarea que nos pone el gobierno… Ese protector del Táchira lo que hace es inventar para cada día entretenernos más en estas colas tan difíciles. Ya se habían hecho censos y estábamos registrados, lo vuelven a hacer para colmarnos la paciencia. Yo estaba desde el sábado en cola y no he podido echar gasolina, porque ni sábado ni domingo llegó. De verdad que estamos dormidos los tachirenses”, manifestó.
Por su parte Evelyn Duque de Torrealba, docente jubilada, llegó a la Plaza de Toros a las 7 de la mañana, no salió más temprano por temor a la inseguridad. Eran las 10 de la mañana y no había avanzado, ni sabía cuántos vehículos tenía por delante, pues no existe funcionario que les informe. “Los mismos educadores están organizando, vamos a ver si podemos pasar hoy y nos atienden. No sé cuántos vehículos hay, pero hay muchos, la cola llega hasta el Instituto del Deporte y está todo el estacionamiento de la monumental lleno”, dijo.
No cree que este tipo de censos acaben con las colas para abastecer gasolina, pues a su juicio la respuesta está en el alza de los precios del combustible. “Yo creo que sinceran el precio de la gasolina y esto puede bajar, porque deben haber menos automotores por la situación, que no se consiguen baterías o muy costosas, cauchos muy costosos, repuestos muy costosos, entonces debe haber menos vehículos en la ciudad y en el estado, y uno ve cada día como más vehículos, es un negocio”, añadió.
Elizabeth de la Fuente explicó que el censo tiene como finalidad que se depure la lista de docentes que abastecen gasolina en la estación de servicio asignada para ellos, pues parece que hay personas que se hacen pasar por educadores y se infiltran en la fila de vehículos. “En un principio funcionó muy bien, pero después parece que ingresa gente disfrazada de educadores porque no hay control. Desde que esa bomba está funcionando yo no he podido echar gasolina, la tengo que comprar porque soy una persona de la tercera edad, mi esposo es una persona de la tercera edad y mis hijos se fueron del país debido a la crisis económica, y yo humanamente no puedo estar metida tres días en un carro haciendo una cola”, agregó.
Precisó que compran una pimpina de 20 litros de gasolina en 40mil, 50 mil y 60 mil pesos, la divide en diez litros para ella y diez para el marido. “Yo no puedo salir en el carro ni para el supermercado porque tengo que cuidar la gasolina para las emergencias que se nos puedan presentar”, dijo.
“Tres censos”
Yaneth Jiménez manifestó no entender qué sucede en el Táchira con los censos, pues a uno llama el protectorado, a otro las alcaldías y a otros los gremios, en este caso el Ministerio de Educación. “Hay tres censos, uno por el supuesto protector, otro por la alcaldía, otro de acuerdo a la profesión de cada uno. No entiendo cuántos censos son y estas son horas de vida que perdemos aquí, ojalá funcione porque ya el tiempo lo estamos perdiendo. Llevamos más de cuatro horas, no tengo idea de cuántos vehículos tengo por delante”.
Guillermo Farías considera que estas medidas son una pérdida de tiempo, pues aunque hagan lo que hagan las colas por gasolina en las estaciones de servicio siguen. “Nos van a censar para que vayamos a hacer la cola un montón de horas y cuando llega uno al sitio, se acabó y vuelva al día siguiente… Estamos amaestrados, condicionados con esas técnicas que nos han aplicado”.