El balance para los docentes en Carabobo fue negativo al cierre del año escolar. A juicio de Luis Guillermo Padrón, presidente del Sindicato Venezolano de Maestros en la entidad, el periodo 2024‑2025 estuvo caracterizado por bajos salarios, pagos incumplidos, despidos injustificados y la suspensión de beneficios que habían sido pactados con el gremio.
Padrón denunció que muchos docentes del estado no recibieron el bono especial de vacaciones 2025 pese a múltiples gestiones ante la Secretaría de Educación estadal.
A eso se sumó una política de hostigamiento administrativo que ha llevado a docentes a adelantar sus pensiones o renunciar, incluso cuando su salario base era apenas de 400 bolívares mensuales, lo cual equivale a solo menos de cuatro dólares.
Déficit de docentes
El dirigente también alertó sobre una alarmante escasez de maestros en Carabobo: más del 60 % de las plazas permanecieron vacantes durante ese ciclo escolar, lo que dificultó la atención pedagógica a los estudiantes.
En el país, la crisis que golpea a los docentes es multidimensional. Según El País y datos de Monitor Descave, el salario de los maestros oscila entre 10 y 50 dólares al mes —según el cálculo promedio—, equivalente a menos de 1 % del costo de la canasta básica mensual, estimada en más de 500 dólares.
Muchas escuelas han adoptado el llamado horario “mosaico”, que reduce los días de clase para que los docentes puedan buscar ingresos alternativos, como vender comida, cuidar niños o trabajar como mototaxistas.
La deserción en el sector supera el 70 %, y se calcula que alrededor de 256 mil docentes se requieren para restituir el funcionamiento mínimo de las aulas en el país.
Según el Monitor Descave, el 74 % del personal estuvo ausente durante el cierre del año escolar anterior, mientras que la mitad de los docentes complementaba su ingreso con otra actividad informal.
Infraestructura deteriorada y deserción estudiantil
En Carabobo, más del 98 % de las escuelas estadísticas y nacionales presenta graves deficiencias: techos en mal estado, falta de agua potable, electricidad deficiente, baños inservibles y sin programa de alimentación escolar. Estas condiciones han contribuido al abandono escolar y al cierre indefinido de aulas, especialmente en poblaciones vulnerables.
Los docentes han cubierto funciones del Estado: en muchas escuelas han sido ellos quienes organizaron recogida de alimentos para el almuerzo escolar, ante la ausencia del Programa de Alimentación Escolar.
Gremio exige diálogo y cumplimiento de derechos
El sindicato dirigido por Padrón ha instado al gobierno regional y al ministerio de Educación a reactivar la negociación del contrato colectivo, a pagar deudas acumuladas desde 2018 e implementar un ajuste salarial real. También reclama la restitución de los beneficios laborales, incluyendo el pago del bono de vacaciones y el respeto a la normativa vigente.
El cierre del ciclo educativo dejó claro que los docentes en Carabobo y en gran parte del país enfrentan una situación insostenible: precariedad salarial, inseguridad laboral, condiciones de trabajo inadecuadas y una profunda crisis educativa que amenaza el derecho a la formación de nuevas generaciones.
Organizaciones como la Federación Venezolana de Maestros y la CTV han exigido aumentos capaces de garantizar al menos 200 dólares mensuales como salario digno para los trabajadores públicos.
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