Docente incentiva el amor por la lectura en sus alumnos con creativo rincón en la escuela

Luisa Pernalete, integrante del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría, califica como una “estafa” para los alumnos el avanzar de grado sin tener las competencias en áreas elementales como lectura y matemáticas.

Las maestras de primaria del Colegio Madre del Divino Pastor buscan mejorar las habilidades y comprensión lectora en sus estudiantes. Fotografía: Tairy Gambo

Por Lucía Fernanda Ramírez / Crónica Uno

Caracas. ¡Prepárense! Ya es hora de ir a nuestro rincón de lectura, dice la maestra Raquel Anaya a sus alumnos de tercer grado.

Sin necesidad de recibir alguna otra indicación, los estudiantes emocionados se quitan sus zapatos, los dejan a un lado, buscan un libro en el estante y se sientan en el espacio decorado con un árbol, que a sus pies tiene un amplio piso de grama artificial.

Así es el rincón de lectura de las maestras de primaria del Colegio Madre del Divino Pastor, en El Marqués. Las docentes lo crearon con el propósito de incentivar y mejorar las habilidades de sus alumnos en el área de lectura, así como sus competencias de comprensión lectora y pronunciación.

 

Además de habilidades de lectura, la docente trabaja la entonación y pronunciación. Fotografía: Tairy Gamboa

 

En este rincón, que a veces se extiende en otros espacios del salón, los niños y niñas leen frente a su compañeros y son guiados por la docente, quien les felicita cuando observa avances y los motiva a seguir practicando en casa.

Cuando llegaron al inicio en el primer lapso, me preocupó ver que tenían deficiencias ortográficas, porque pese a la edad, debían tener un conocimiento mínimo de ortografía. Al ponerlos a redactar algo, no tenían vocabulario, ni fluidez en la redacción, y todo el problema partía porque no les gustaba leer, señala la educadora.

Por esa razón, su primer proyecto al inicio del período escolar fue crear un espacio lo más agradable posible para que los niños se sintieran atraídos por acercarse al estante con distintos textos ilustrados, que van desde cuentos de fantasía, libros con temas de interés científico e historia. Todos ellos con coloridas animaciones.

Si no leen, lamentablemente no mejoran la ortografía, la comprensión y el vocabulario básico, resalta.

 

Cuando llega el momento de leer, los niños y niñas escogen un libro de su preferencia. Fotografía: Tairy Gamboa

Atender la base

El problema detectado por la maestra Raquel no obedece únicamente a alumnos del plantel en el que labora.

De acuerdo con un estudio hecho en octubre de 2023 a estudiantes de tercer y sexto grado, por el Observatorio Nacional de la Calidad Educativa del Ministerio de Educación, de 362.891 estudiantes de tercer grado, 84,2 % de la muestra tuvo bajo nivel de desempeño en el área de lectura.

Las pruebas hechas a instituciones educativas públicas y privadas evidencian que las deficiencias se incrementan a medida que avanzan de grado, puesto a que en el caso de sexto grado, 85,4 % , es decir, 387.485 alumnos tienen carencias.

A juicio de Luisa Pernalete, integrante del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría Venezuela, las competencias de comprensión lectora deben desarrollarse desde las primeras etapas de aprendizaje.

Entre más pequeño, mejor. Son edades en las que se aprende casi por osmosis. Todo lo que se entrega en esa etapa de la educación inicial y primer grado se aprende casi por contagio, subraya.

Es por ello que insta a los educadores a usar estrategias atractivas como leer cuentos y, posteriormente, preguntar qué es lo que se leyó, inventar cuentos y otras herramientas para que el momento de lectura no sea aburrido.

Para la maestra Raquel Anaya, quien tiene 16 años desempeñándose en la Educación de niños y niñas de primaria, la pandemia fue el detonante principal de las deficiencias en distintas áreas de aprendizaje, debido a que no todos recibieron la atención adecuada en sus casas.

 

La maestra también hace dramatizaciones para que sus alumnos mantengan el interés. Fotografía: Tairy Gamboa

Las clases eran a distancia, después iban una semana sí y otra no, por lo que el aprendizaje en esos dos años fue deficiente y las consecuencias fueron evidentes cuando regresó la dinámica presencial”, indica.

Promovidos sin las competencias

Pernalete, quien tiene 50 años de experiencia en Fe y Alegría, califica como una estafa para los alumnos el avanzar de grado sin tener las competencias en áreas elementales como lectura y matemáticas.

Si los alumnos llegan a bachillerato sin saber leer, lo que viene después es un desastre porque culminan su bachillerato leyendo a medias y llegan a la universidad con estas deficiencias. Es como una estafa para el estudiante si no adquiere las competencias de comprensión lectora en sus primeros años, señala.

Agrega que por ello, los docentes que se asignan en los primeros grados de educación son vitales.

 

La educadora le permite a los niños y niñas llevarse libros a casa. Fotografía: Tairy Gamboa

 

La educadora explica que leer es la base para otras materias: En matemáticas, si el estudiante no entiende el problema que lee, no va a poder terminarlo. Entonces es una habilidad importante.

Exhorta a los padres para que formen parte de dicho proceso y apoyen a los docentes desde el hogar.

El informe del Sistema de Evaluación de Conocimientos En Línea (Secel), publicado por la Universidad Católica Andrés Bello, mostró que los alumnos de bachillerato son los peor calificados en materias básicas del currículo escolar.

En la evaluación de competencias de comprensión lectora, habilidades gramaticales, ortografía y producción escrita, se determinó que en los estudiantes de primer año la calificación promedio es de 10,72 sobre 20 y termina en 9,11 sobre 20 al finalizar el quinto año.

De acuerdo con el informe Secel, las calificaciones son peores a medida que los estudiantes son promovidos de grado. Foto: Tairy Gamboa.

Estrategias efectivas de lectura

La maestra Raquel cuenta que los niños no son los únicos que leen en su rincón.

Yo les leo historias, les hago dramatizaciones, me visto como uno de los personajes. A veces para cambiar la dinámica, me grabo a mí misma dramatizando la historia. También los mando a investigar y con datos de ese hallazgo, inventar un cuento, dice.

Los momentos de lectura también son grupales.

Imprimo el mismo texto en una hoja para todos y así empieza uno, lee tres líneas otro y saben que deben estar pendientes porque en algún momento les puede tocar. De esa manera logro mantener su atención, expone.

 

Al final del lapso escolar, la maestra hará un concurso entre sus estudiantes para que vean sus avances. Fotografía: Tairy Gamboa

 

Recuerda que, al principio, para trabajar la comprensión lectora leía párrafos e iba preguntando al final de estos. Pero, al inicio del segundo momento pedagógico, sus alumnos tienen la capacidad de escuchar una lectura completa y responder las preguntas al final.

Eso me ayuda a medir que mejoramos la comprensión lectora, la redacción. Hay alumnos que todavía redactan muy básico, otros mediano, pero la mayoría ha avanzado mucho, comenta.

Los libros del rincón no se quedan siempre en el estante. Otra de las alternativas de la docente fue permitir a los niños y niñas llevar el libro de su preferencia a casa.

 

Entre los libros de la maestra Raquel hay textos de historia. Todos con muchas ilustraciones llamativas para que sus alumnos tengan interés. Fotografía: Tairy Gamboa

Competencia sana

Al finalizar el tercer lapso, la maestra Raquel hará un concurso de lectura entre sus estudiantes.

“Con eso no buscamos que sean los que mejor leen. La idea es que lean aunque sea una poesía, un verso. Aunque algunos lean más fluido, lo que importa es que de donde partieron, se vea una evolución”.

Para su sorpresa, algunas de sus alumnas le han solicitado algunos textos más avanzados como El principito y El caballero de la armadura oxidada y recomendaciones para buscar lecturas más profundas.

 

La maestra Raquel le pide a los representantes que presten apoyo para que los niños y niñas lean en casa Fotografía: Tairy Gamboa

Afirma que el cariño por su espacio ha llevado a sus alumnos a usarlo para otras actividades como el momento de la merienda, juegos y compartir.

Acota que maestras de otras áreas como inglés e informática también están siendo parte de dicho proceso mediante la asignación de tareas en las que los alumnos deban buscar el significado de palabras que desconozcan.

Es más trabajo, puede ser, pero debemos rescatar esto. Los niños están perdiendo el amor hacia la lectura y el contacto con los libros. La mayoría ahora quiere leer todo por internet. No está mal, pero también deben trabajar otros tipos de material y trabajar sus sentidos. Hasta pasar una hoja emana un olor que quedará en su mente y al final eso le traerá el recuerdo de su infancia y de este espacio, expresa.

 

La maestra Raquel afirma que, pese a que todos los niños tienen su propio ritmo de aprendizaje, todos han avanzado en su proceso de lectura. Fotografía: Tairy Gamboa

Una aliada de cuidado

Pese a reconocerla como una aliada fundamental, la maestra Raquel ve la tecnología como uno de los factores por los que los niños y niñas han perdido interés por la lectura.

Al facilitarle a los niños una diversidad de aparatos electrónicos hace que el estudiante se esfuerce menos, lo desconectas de la realidad y evitas que el niño se aburra ¿Sabes lo importante que es que un niño se aburra? Un niño aburrido es el que más inventa y si no les damos chance de que se aburra, no van a crear, menciona.

Con ella coincide Luisa Pernalete, de Fe y Alegría, quien opina que niños y niñas deben ser protegidos de lo que pueden encontrar en internet. Ambas hacen un llamado a los representantes para hacer uso correcto de la tecnología y no recurrir a ella como una forma de mantener a sus hijos distraídos.

Si ven a mamá y a papá todo el tiempo con los teléfonos, eso es lo que van a copiar y hacer. Lo mismo pasa si los ven con libros en la mano, recalca.

Mencionó otras estrategias efectivas como Juego, leo y aprendo, un proyecto de lectura desarrollado por la Universidad Metropolitana y el Banco Interamericano de Desarrollo, que enseña a niños y niñas a leer a través de fonemas, es decir, con sonidos y no de forma silábica, que es la manera convencional.

 

El proyecto Juego, leo y aprendo es un programa de enseñanza que llega a 30.000 niños y niñas de 19 estados de Venezuela. Foto: Lucía Ramírez

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