División, la estrategia del chavismo para un año electoral

 En cada "conchita de mango" colocada por el chavismo, la oposición cae y hace sospechar que ya no lo hace de manera ingenua e inocente 

Posterior a las elecciones parlamentarias del 2015, el chavismo ha logrado imponerse en distintos comicios a pesar de gozar de un amplio rechazo popular, según las encuestadoras.

Distintos analistas han reiterado sobre el error de seguir subestimando a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y a la familia Rodríguez en las estrategias que aplican para mantenerse en el poder, ellos están muy claros que tienen mucho que perder.

Así «ganan» 

Lo que sucede hoy con el partido Primero Justicia (PJ) y las pretensiones de quedarse a la fuerza con esa tolda los cuestionados parlamentarios José Brito, Luis Parra y Conrado Pérez Linares, no es nuevo. Durante años los venezolanos hemos acudido a elecciones con la ausencia de candidatos a quienes se les ha inhabilitado, se ha ilegalizado a partidos políticos claves y se ha mermado la sana operatividad de otros a quienes desde el Poder Judicial se les impone autoridades.

En otras palabras, la mitológica imparcialidad del CNE, el voto asistido, el control social gubernamental a través de programas de asistencia y subsidio a sectores populares, uso de recursos del Estado a favor del partido gobernante (Psuv), y la penetración y saboteo a los partidos que se le oponen, forman parte de la exitosa estrategia chavista que les lleva a «ganar» (si es que a eso se le puede llamar así) las contiendas electorales.

Cuestionable 

Lo más cuestionable aquí es que el chavismo ha encontrado receptividad en sus contrincantes políticos, que les termina oxigenando la permanencia en el poder.

Dirigentes opositores han denunciado una «operación alacrán» que en primera instancia buscaba impedir la reelección de Juan Guaidó como presidente del Parlamento, y ahora apropiarse de la tarjeta de partidos como PJ. Según quienes denuncian, el chavismo soborna a estos supuestos opositores con grandes cantidades de dinero, y éstos terminan aceptando.

Objetivo logrado 

Dividir la Asamblea Nacional parece ser el primer objetivo logrado parcialmente. Luis Parra es reconocido por la fracción chavista y unos pocos opositores de la llamada «fracción Clap», como presidente del Legislativo, una posición bastante hipócrita, tomando en cuenta que fue el mismo Hermán Escarrá el que afirmó que ninguna directiva del Parlamento era válida por estar ésta en condición de desacato, por lo que la única junta directiva vigente era la liderada por Henrry Ramón Allup.

Lo que viene 

La ruta planteada por el Psuv ha sido en parte develada. Miembros de la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (ANC) han revelado sobre la posibilidad de que sea el TSJ quien termine eligiendo a las nuevas autoridades del CNE, ante la imposibilidad de hacer lo propio el dividido Parlamento. Y este sería el ente comicial que terminaría rigiendo las elecciones parlamentarias previstas – según la llamada «mesita de diálogo» – para el último trimestre del año, las cuales bajo estas condiciones ya expuestas – dicho por la propia Patricia Poleo – es altamente probable que pierda la oposición.

El dilema de ir o no a elecciones 

Participar en las eventuales elecciones parlamentarias sigue siendo un asunto no resuelto por la oposición. En procesos comiciales pasados ha optado por abstenerse contribuyendo en cierta manera a desacreditar el valor del voto, y no es descabellado pensar que repita la hazaña.

Negarse a hacerlo implica tomar de nuevo un gran riesgo, que el chavismo termine minimizando a su máxima expresión, la capacidad de maniobra institucional (o lo poco que queda de ella) de la oposición.

Maduro dijo estar de acuerdo con «ampliar las garantías electorales», reconociendo de cierta manera que ha «ganado» jugando de manera no tan limpia (y somos sutiles con el calificativo), pero si es el TSJ afecto al chavismo el que imponga el árbitro electoral, siendo ese TSJ al que José Brito llamó en su momento  como «burdel» pero es al que hoy acude para desmembrar una ya golpeada PJ, a la cual pertenecieron diputados hoy acusados de corruptos y traidores, cuesta ser optimistas entonces que habrán garantías para participar, ¿vale la pena arriesgarse? ¿Qué otras opciones nos quedan? La diligencia política debe ser muy clara con el país.


Los «rojos» avanzan mientras… 

La estrategia del chavismo sigue avanzando, y se ha encontrado con un bochinche del lado opositor que le imprime eficiencia a los planes del Psuv de recuperar el único Poder Público que no controlan a plenitud, como lo es la Asamblea Nacional.

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