Por: José Rosario Araujo
Primero que nada quiero decir que para mí es un honor haber sido escogido por la familia Pérez Rangel para llevar estas palabras en homenaje de un gran trujillano como lo es Antonio Pérez Carmona.
Pido perdón por algún error que mi emoción pueda dejarme delatar, me considere amigo de Pérez Carmona y así me considero todavía al pasar el tiempo, 17 años casi de su partida.
Un recordado amigo.
Pérez Carmona es Valera, así siempre lo he creído.
Lo conocí a finales del año de 1987 en la Librería Don Quijote, que se localizaba en la calle 9 entre avenidas 10 y 11, uniéndonos la pasión por los libros y fueron muchas las veces que conversamos largamente en ese lugar o cuando nos encontramos en aquellas calles de la Ciudad de las Siete Colinas en el diario transitar.
A pesar de mis cortos 20 años y que podía ser mi padre conté con su amistad, y con su respeto.
Desde ese momento comencé a conocer sus libros y al pasar los años he disfrutado sus obras, releyéndolas y afirmando eso que siempre he creído, que Antonio Pérez Carmona es entorno de nuestro Trujillo, de la Valera de siempre y un baluarte de lo que somos, fuimos y de lo que siempre seremos.
Conversando con mi buen amigo Tulio Peña, también camarada de tantos sueños del Poeta, remembrábamos tantas vivencias compartidas con el recordado amigo, en donde nos une la nostalgia.
Visita al Tequendama
Le narraba a Tulio mi visita al Tequendama y al Conticinio una noche de aquel año 87 con Artemio, conociendo y recorriendo con su verbo florido aquellas calles de la Valera cordial y amiga, que desgraciadamente ya se fue.
Aquella Valera que tanto recordamos, con la Pulga, con Benigno, con Candelario, con el mismo Tulio, esa Valera de la cual quedamos impregnados y que es difícil olvidar.
Su rebeldía innata, pero una rebeldía quijotesca, con su don de gente y amabilidad, con su palabra exuberante de caballero andante escuqueño, con la alabarda en alto en la prensa trujillana, sirvió para inspirar en uno, que el día que apenas comienza es una nueva gesta que emprendemos con la bravura del vivir .
Honor al Poeta
Hoy tenemos la obligación de recordar al amigo y rendirle el homenaje a la camaradería de Artemio y concederle el respeto que siempre se merece.
Pérez Carmona amigo, excelente escritor y poeta, amante dedicado a su ciudad y a su pueblo Escuque, buen padre y esposo, inspiración para los que plasmamos nuestras líneas en la vida diaria, te rendiremos el homenaje de tu Trujillo, de tu familia y de tus amigos en quienes siempre estarás impreso.
Nunca me cansare de decir que para conocer esta tierra, hay que recorrerla acompañado por Artemio.
¿Si no se hace? Sería, como no darle a nuestra historia, la sal necesaria, que con sus crónicas, novelas y poesías nos fue adobando el camino de ser trujillanos, este escuqueño siempre recordado.
Como hijos de Trujillo no podemos dejar que el Poeta Pérez Carmona se borre de nuestra memoria. Debemos conocer quien fue Antonio Pérez Carmona, que no solamente «Un Hombre de su Tiempo» como titula su libro Andrés Cova*, sino que es un hombre en el tiempo, ya que Artemio es Trujillo.
Pérez Carmona publica Canto al Lago de Maracaibo (1962), 3 (Cuentos. Valera, 1970)
Su primerlibro titulado Visión de Trujillo, año 1971, luego Los Cuicas y sus Herederos Poéticos en el año de 1978.
Para el año de 1982 publicaría Hombres y Tierra Mágica, texto que personalmente disfruto mucho, al año siguiente se publicaría su libro de poemas De la Nostalgia, cuatro años después saldría su novela Paula,
En 1991 publicó Aquel Escuque Heroico y Florido, en 1999 Cambises, La Bella Niña de Ese Lugar; (Vida infantil y juvenil de la pintora Josefa Sulbarán. Valera, 2000), La colonia italiana en el estado Trujillo , Viaje por la Poesía Venezolana y su Orbitar Universal en 2001, Chávez en 2003.
Su obra póstuma cuenta con obras como:
Crónicas de la pequeña guerra (Caracas, 2007) y Obra poética (Mérida 2012) y dejó inédito el segundo tomo de su libro Viaje por la poesía venezolana y el orbitar universal.
En Artemio confluyen primeramente el periodista, el poeta y el cronista, fue buen padre, esposo y amigo. Un hombre sensible, un quijote trujillano que siempre escudriño una causa para entregar su alma. Pérez Carmona siempre estuvo en la búsqueda de una quimera, dando todo de sí, por esa lucha.
Como lo escribió su gran amigo Cova Mata no es suficiente que el mundo sepa que un hombre como Artemio ha pasado por aquí, hay que saber lo que este trujillano representó y los atributos que dieron para forma a su vida,
Conozcamos a Artemio, no permitamos que se nos difunda en nuestra memoria colectiva, recordemos que Pérez Carmona es Trujillo.
Para mí es imposible hablar de Artemio sin recordar a Andrés Cova Mata, no solamente por su libro «Pérez Carmona, Hombre de su tiempo» sino por la amistad que unió a estos grandes caminantes que hicieron la senda al caminar, frase del poeta Antonio Machado, que evoca lo que fueron estos dos personajes.
Muchas las horas pasadas conversando con Andrés y disfrutando el café de la señora Egle y no recuerdo cuando nuestro Gordo Manzanilla no recordara con aprecio ese hombre tan pintoresco y corajudo que fue nuestro siempre recordado amigo el Poeta.
Pasamos horas muy sabrosas en gratas y nostálgicas evocaciones sobre Artemio y su extraordinaria producción literaria, además de recuerdos de anécdotas de la amistad que nos unió con este escuqueño que es orgullo para los nacidos en estas tierras trujillanas.
Cova Mata refería una palabra que resume la esencia de Pérez Carmona que era «carmonianamente» y retomó, con perdón de Andrés, esa frase que compendia la obra literaria, poética y cultural de nuestro siempre recordado Artemio.
A Antonio lo definía como «uno de los ineludibles y de los grandes utopistas, el mago de la gracia, el insomne de la Libertad, la Justicia y la Dignidad, que duerme ahora el sueño atado al corazón de su pueblo, donde duerme profundamente despierto.
Cova Mata proclamó a vox populi la grandeza de ese camarada de siempre, apostando perennemente que los libros de Artemio se ajustan perfectamente a la literatura social de nuestra Venezuela.
Esa angustia y deseos Cova Mata, la bandera por lo que tanto usaste como «Irreductible» que siempre fuiste en la causa de tu amigo Artemio, la asumimos y lucharemos para que el Poeta sea reconocido públicamente como uno de los Ilustres de la ciudad.
Reconocemos el trabajo tesonero de la familia Pérez Rangel para difundir la obra del Poeta y al Profesor Egisto por la labor que realiza en los liceos del estado en tan destacada cruzada.
¡Honor y Gloria Pérez Carmona!