Un grupo de profesionales, intelectuales, universitarios, parlamentarios, trabajadores y dirigentes sociales de Venezuela hicieron público un documento argumentando que dada la grave y devastadora crisis económica, política y humanitaria, con tendencia a agravarse, se hace «necesario perseverar en el diálogo y el acuerdo para una salida democrática y electoral a la crisis «.
Los firmantes del documento sugieren que en el año 2020, con un nuevo CNE designado por consenso en la Asamblea Nacional, se realice «en un mismo acto la elección presidencial y de la AN «.
Agregan: «Los extremos insisten en la política del exterminio del contrario. A esto nos oponemos. Los discursos que invocan salidas mágicas en manos de ejércitos extranjeros además de irresponsables solo sirven para desmovilizar al ‘Pueblo Venezolano’, único sujeto social que puede lograr el cambio deseado por la mayoría. Igual daño hace el discurso que posiciona al adversario como el enemigo mortal a quien hay que exterminar. Los genocidios y crímenes de odio siempre vienen precedidos de discursos de odio. Urge detenerlos».
En el documento se propone un conjunto de acuerdos metas de garantías políticas para la transición que le permita a los actores políticos del madurismo y de la oposición liderada por la AN «vencer miedos, temores y desconfianzas, sin tierra arrasada para ningún actor social, militar, político, económico o religioso «.
Los autores afirman que frente a la devastadora situación del país se hace humanamente obligante «poner a las víctimas de la crisis en el centro del debate para comprender la urgencia de una solución para ella». En este sentido, hacen recomendaciones en el campo de lo económico, petrolero, la emergencia humanitaria y la diáspora migrante.
En la parte final del texto insisten en la salida democrática, pacífica, Constitucional y electoral del actual caos, expresando total rechazo a salidas que recurran a la violencia de las armas, la muerte y la destrucción.
«Si cierran la salida democrática, el pueblo venezolano tendrá el deber de reestablecer la vigencia de la Constitución y liberarse de ataduras que le esclavizan «, termina afirmando el documento.
Dice parte del documento: 2020: ELECCIÓN PRESIDENCIAL Y DE ASAMBLEA NACIONAL
Venezuela reclama un cambio democrático en PAZ / Emergencia Humanitaria: Tarea de TODOS
Diálogo y acuerdo para superar la devastadora crisis social y humana/ Una Transición Acordada, En Paz Y Por El Bienestar
Nuestra patria vive el más grave momento económico, social y político de su historia. Tal episodio no puede prolongarse más: estamos urgidos de un nuevo amanecer que ponga fin al sufrimiento de las grandes mayorías, restablezca plenamente nuestra democracia y acabe con el aislamiento internacional de nuestra nación.
El punto de partida para la superación de la crisis está en volver a la primacía de la Constitución sobre cualquier otro principio gubernativo. Ello nos permitirá a los venezolanos restablecer la convivencia democrática, la vigencia de los derechos humanos y restituir el principio de soberanía, según el cual, es el pueblo el que debe ser escuchado en sufragio universal y libre como único depositario del destino de la República.
El desenlace a esta época de caos sólo tiene dos caminos: Construimos una solución constitucional, democrática, pacífica y electoral a la crisis, o nos desborda el hambre, la pobreza, la violencia, la destrucción, el odio y la muerte por implosión social o el tronar de la anti razón, las armas. Nosotros creemos en lo primero y, por ello, defendemos la opción del diálogo civilizado, a éste nada le supera como oportunidad de paz para que los venezolanos decidamos nuestros horizontes sin ningún tipo de intervención extranjera.
En su momento saludamos y apoyamos todos los esfuerzos de diálogo y acuerdo, y hoy ratificamos nuestra obligación a reconstruir nuestra nación y garantizar que las diferencias se resuelvan tomando como base los valores de la tolerancia, el diálogo democrático inclusivo, la justicia, la libertad, el humanismo y el protagonismo del pueblo que, en última instancia, es el que siempre decidirá el destino de nuestra nación. Es una oportunidad y una responsabilidad, más allá de nuestras diferencias ideológicas y políticas, para vencer miedos, temores y desconfianzas, que conduzcan a acuerdos que garanticen futuro para todos, sin tierra arrasada para ningún sector político, social, económico, religioso o militar. El cambio para el restablecimiento de la democracia y la vida en dignidad y con justicia social no se puede detener, al contrario debemos abrile caminos.
Los extremos insisten en la política del exterminio del contrario. A esto nos oponemos. Los discursos que invocan salidas mágicas en manos de ejércitos extranjeros además de irresponsables solo sirven para desmovilizar al “Pueblo Venezolano”, único sujeto social que puede lograr el cambio deseado por la mayoría. Igual daño hace el discurso que posiciona al adversario como el enemigo mortal a quien hay que exterminar. Los genocidios y crímenes de odio siempre vienen precedidos de discursos de odio. Urge detenerlos.
Le proponemos al país perseverar en el dialogo y el acuerdo. Lo hacemos desde la oposición a esta tragedia en la que terminó lo que fue una gran esperanza de redención humana. Una transición acordada garantiza la paz y la recuperación del bienestar extraviado.