Dilma Rousseff, expresidenta de Brasil, encabezará hoy en Río de Janeiro un acto contra el Gobierno de Michel Temer, su sucesor,al cumplirse un año de su destitución por supuestas irregularidades fiscales.
Fuentes próximas a Rousseff dijeron ayer que su presencia está confirmada en un «acto político» que incluirá un debate sobre la situación del país «un año después del golpe», como la izquierda califica al proceso que concluyó el 31 de octubre del año pasado con su destitución por irregulares manejos de los presupuestos, mencionó EFE.
El acto ha sido convocado por parlamentarios del Partido de los Trabajadores (PT), que tras haber pasado 13 años en el Gobierno, con Luiz Inácio Lula da Silva primero y luego con Rousseff, también fue desalojado del poder junto con la exmandataria.
Temer, hasta entonces vicepresidente, había sustituido a Rousseff en mayo del año pasado, cuando comenzó el juicio político que la suspendió temporalmente de sus funciones, y heredó definitivamente el cargo cuando el Senado se inclinó por despojarla del poder.
Desde entonces, Temer ha dado a un giro a las políticas de acento social desarrolladas por los Gobiernos del PT e implantado un duro ajuste fiscal de corte liberal, que la izquierda denuncia como un intento de «acabar con derechos conquistados» por los trabajadores.
Según el PT, esa «pérdida de derechos» se expresa en reformas que han flexibilizado las leyes laborales, iniciativas para elevar la edad de acceso a la jubilación o duros recortes en los presupuestos destinados al área social, entre otras medidas adoptadas por Temer.
Desde su destitución, Rousseff ha insistido en que fue víctima de un «golpe parlamentario» orquestado supuestamente por las fuerzas de centro y derecha que respaldan a Temer, quien, pese a su popularidad casi nula entre los brasileños, tiene un pleno control del Congreso.
El mandatario, que según recientes encuestas es rechazado por casi el 95% de los electores, se encuentra actualmente en tránsito hacia China, donde asistirá a la cumbre del foro Brics, que Brasil integra junto con ese país asiático, Rusia, India y Suráfrica.
En ese foro, presentará un ambicioso plan de privatizaciones que su Gobierno planteó la semana pasada, que la izquierda también ha criticado y ha asegurado que es parte de un «plan de desmontaje del Estado» articulado por las mismas fuerzas políticas que apoyaron la destitución de Rousseff.