Por esas circunstancias fortuitas de la vida, hace una semana, cayeron en mis manos varios ejemplares del Diario de Los Andes del año 2000, 2005 y 2010; con el del 2000 dije bingo pues encontré una impresión aniversario que era todo un santoral por su contenido. En la pagina 2 y 3 el Dr. Eladio Muchacho en una amplia entrevista cuenta que el éxito está en atreverse, también habla de los esfuerzos que hicieron posible la salida de aquel vocero y de las innumerables satisfacciones que le ha deparado, a él y a muchísima gente sus páginas; entre estos últimos, por supuesto, está este buen lector de prensa escrita, quien hoy, al igual que ayer, descargo toda mi adrenalina creativa en su página digital y en su sección Sentido de la historia, con mi columna Vivir para contarlo; en ella he publicado cuentos literarios y mis crónicas, las cuales casi todas tienen que vínculos con el realismo mágico que me ha tocado vivir desde mi concepción, hasta lo que soy hoy.
En un despliegue de imaginación y magia en aquella edición aniversario del año 2000, el Diario de Los Andes desplegó en sus páginas todo un manantial de creatividad, sobre el mundo mágico trujillano, el cual incluía, entre tantos otros: el paraíso de Aleafar de nuestra Rafaela Baroni; la ceramista de Los Cerrillos, Josefa Sulbarán; los entierros, los Momoyes, deidades de la naturaleza. Mostró algunas remembranzas de nuestros pueblos como: “Escuque entre la leyenda y la realidad”, “Cuentos y leyendas del municipio Bolívar”, “Memorias de Betijoque”, “Apariciones fantasmales, extraterrestres y Momoyes hacen contacto en la Teta de Niquitao”, “El duende de la Loma de Durán”, “Motatán y sus caminos embrujados”. Con esos temas y, muchos más, que no he nombrado y que fueron escritos por los mejores articulistas trujillanos, me quedé más que maravillado por aquel despliegue de creatividad que había en aquellas páginas del diario y que para los lectores insaciables era todo un festín literario.
Cuento esta remembranza amigos lectores sobre el Diario de Los Andes y sobre aquella edición especial, cuando cumplió 22 años, porque siento que el buen lector cuando lee un diario, espera ver algo más que la noticia de los sucesos acaecidos o por sucederse en el día a día. El Diario de Los Andes exploró otras escrituras y de allí su éxito y su penetración en el público de la región andina. Un buen periódico, amigos lectores, debe ser todo un festín informativo en su contenido; con secciones relacionadas con la cultura, ciencia y tecnología, farándula, deporte, modas, entre otros, y debe ser, como un embalse pequeño con perfume o aroma de mujer bonita, exquisito; el Diario de Los Andes lo ha hecho así y allí radica su éxito. ¡Felicitaciones, amigos del Diario de Los Andes, en esta fecha aniversario!