Raúl Díaz Castañeda
En 1978, Valera había dejado de ser un pueblo grande para convertirse en la ciudad más dinámica y progresista de la región andina venezolana. Tenía un diario, El Tiempo, fundado en 1958, en el que se trabajaban profesionalmente los asuntos noticiosos del momento. Entonces, un grupo de inquietudes colectivas de la urbe, tras un minucioso estudio de factibilidad, concluyó que había llegado el momento para un segundo diario y, con asesorías coordinadas por el economista Eladio Muchacho Unda, para tal fin elaboró un proyecto, que fue puesto en práctica el 24 de agosto de aquel histórico 1978.
Ese día se editó el primer número de ese periódico con el nombre de Diario de los Andes, porque el propósito fue pasar lo más pronto posible de lo local a lo regional, una cobertura de triple edición simultánea para los tres estados de la región andina de Venezuela, que sirviera de elemento de integración para el desarrollo mancomunado de los mismos, dándole prioridad a los intereses fundamentales del colectivo, económicos, sociales, educativos y culturales, sin influencias políticas partidistas, corporativas ni personales.
En poco tiempo el objetivo regional se cumplió, bajo la rigurosa vigilancia ética del economista Muchacho Unda y la jefatura de redacción de don Guillermo Montilla, un periodista de profesionalismo incansable, creativo, exigente e incorruptible. Esfuerzo inmenso que logró el significativo reconocimiento del país, al serle otorgado el Premio Nacional de Periodismo. Distinción que en aquel momento Eladio Muchacho Unda, con justicia, transfirió al cuerpo de redactores, a los ensayistas de opinión, los trabajadores del taller y los auxiliares de mantenimiento, porque uno de los objetivos del proyecto era que el Diario de los Andes fuera un organismo absolutamente integrado para el cabal cumplimiento de su espíritu fundamental: un servicio incondicional para el digno y armonioso crecimiento de la región.
Por esto, el cuerpo de periodistas fue de lujo: don Luis González, el poeta Antonio Pérez Carmona, Rafael Ángel Lujano, Francisco Graterol Vargas, Julio Urdaneta, Ramón Rivasáez, el poeta Rafael José Alfonzo, los más veteranos, que hicieron de aquel ambiente amistoso e inteligente, una verdadera escuela para los que fueron llegando. Periodismo profesional: ceñido a todo riesgo a la verdad, opinión responsable, sentido del momento, lenguaje cuidadoso, tratamiento respetuoso de las malas noticias, evitando el sensacionalismo.
Eladio Muchacho Unda desde entonces y hasta hoy ha permanecido al frente de Diario de los Andes, con una integridad verdaderamente ejemplar, con una dignidad que le ha permitido solventar situaciones muy difíciles, con una limpieza acorde con su espiritualidad religiosa.
He mantenido una vinculación muy cercana a Diario de los Andes durante sus 47 años. Por mi avanzada edad no sé si llegaré a celebrar el cincuentenario de ese gran periódico. Si ese día no estaré físicamente, lo estará mi emocionalidad, esta misma que hoy siento.
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