Diálogo venezolano sigue en la búsqueda de una «solución constitucional» a la crisis

 

Los representantes del presidente Nicolás Maduro y el Jefe del Parlamento Juan Guaidó mantienen su compromiso de buscar una «solución acordada y constitucional» a la crisis venezolana, dijo este viernes el gobierno noruego tras una nueva ronda de conversaciones en Barbados.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega, que media entre las partes, destacó en un comunicado que la mesa de diálogo instalada en la isla caribeña «trabaja de manera continua y expedita», sin precisar cuándo sería la próxima reunión.

En esta cita, la tercera que se organiza en Barbados, «las partes han reiterado su voluntad de avanzar en la búsqueda de una solución acordada y constitucional, enfocada en el bienestar del pueblo venezolano», indicó el texto.

El diputado Stalin González, uno de los enviados de Guaidó, jefe parlamentario reconocido como mandatario interino por medio centenar de países, agradeció la «disposición y colaboración» del gobierno noruego.

«Durante esta ronda de reuniones ratificamos nuestra propuesta: ponerle fin al sufrimiento de los venezolanos, amparados en nuestra Constitución», escribió el parlamentario en Twitter.

El jefe de la delegación de Maduro, el ministro de Comunicación Jorge Rodríguez, dijo por su parte en un acto oficial con el presidente que la ronda de negociación fue «muy intensa» y de «discusión muy ardua».

«No puedo hacer comentarios de lo que se ha discutido en la mesa», reparó en respeto al pedido de «prudencia» hecho por el mediador sobre el contenido de estas reuniones, que arrancaron en Oslo en mayo.

– «Convivencia democrática»» –

El presidente dijo también que no podía «revelar secretos», pero adelantó que las partes ampliaron la agenda de seis puntos a «muchos más».

«Estamos agendando los temas políticos, institucionales, económicos, sociales de la sociedad venezolana», siguió el mandatario chavista, que agradeció a los sectores de la oposición que asisten a estas mesas de diálogos, muy criticados por actores más radicales.

La oposición ha dicho que busca en las negociaciones la salida de Maduro y una nueva elección, al considerar que su segundo período, iniciado en enero pasado, resultó de comicios fraudulentos que no reconocen casi 60 países, entre ellos Estados Unidos.

Pero el mandatario chavista ha descartado renunciar y advierte que el diálogo debe apuntar a la «convivencia democrática» y a poner fin al «golpismo» de sus adversarios y los supuestos planes de Washington para apoderarse de la mayor reserva de petróleo.

Insistió el viernes en la necesidad de que una «mesa permanente que sea capaz de pasar meses, años, cualquier coyuntura y lograr acuerdos sólidos sobre las grandes materias del país, y de manera permanente dialogar, solucionar con dialogo cualquier conflicto que surja en el país».

Los críticos del diálogo argumentan que el gobierno socialista solo quiere ganar tiempo con las conversaciones.

Durante la gestión de Maduro, Venezuela se hundió en la peor debacle de su historia moderna, llevando a unas cuatro millones de personas a emigrar desde 2015, según la ONU.

El heredero del fallecido Hugo Chávez (1999-2013) achaca la crisis a una «guerra económica» y a sanciones de Estados Unidos, que incluyen un embargo petrolero desde abril. No obstante, la oposición denuncia la corrupción como el detonante principal.

 

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