Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores | Por: Hugo Cabezas Bracamonte

 

El motor más importante de la Patria es su clase Trabajadora y, por ende, es el bien más preciado con el que cuenta la Nación.

La clase trabajadora se sintetiza en la mujer y el hombre quienes con su fuerza y su sudor producen el pan de sus familias y la riqueza del País.

La auténtica trabajadora y el auténtico trabajador, es quien labra el campo, quien cosecha, quien ama a su fábrica, a su industria, a su empresa, quien manufactura, quien mueve las maquinarias, quien resuelve in situ las dificultades que se presentan, los y las que jamás colocan pretextos para no acudir a tarea, aquel o aquella que asume el trabajo como parte fundamental de su esencia.

Sirvan éstas, mis primeras palabras, para agradecer desde mi alma a todas y a todos, las trabajadoras y los trabajadores de la Empresa Cartón de Venezuela C.A, por abrirme las puertas de cada una de sus doce (12) divisiones o unidades de trabajo, donde laboran como si fuesen sus propias casas; a la gran mayoría, quienes me abrieron, incluso, sus corazones. También agradezco a mis detractores más furibundos, por recordarme que en Política y, en la vida en general también, no se logra estar bien con la totalidad de las personas. Mi respeto a todos por igual.

Fueron más de tres (3) años al frente de esta tarea, en cuya ruta recibimos un cúmulo de conocimientos, distinguidos por una supra-conciencia del poderío de la mano que forja, que crea, que trabaja… Hoy digo con auténtica conciencia estas palabras gracias a ustedes, los trabajadores y trabajadoras de Cartón de Venezuela.

Le estoy infinitamente agradecido al hermano Presidente Nicolás Maduro y al hermano Tareck El Aissami, por encomendarme esta tarea que hoy culmina.

Tomamos el timón de este gran barco llamado Cartón de Venezuela en noviembre del 2018, en medio de un ambiente político sumamente hostil y sin posibilidad de tregua, dentro y especialmente fuera de nuestras fronteras: una coyuntura inédita en el mundo.

En un ámbito económico signado por un criminal bloqueo financiero aunado a la invasión silenciosa pero muy eficiente de productos derivados del cartón, provenientes del contrabando colombiano y ecuatoriano que nos golpeó muy fuerte la producción nacional, prácticamente hasta noviembre del 2.021, todo esto con el desalmado propósito de arrodillar a nuestro pueblo noble y trabajador.

Por si fuese poco, amanecimos en 2.020 con una paralización mundial, producto de la pandemia Covid-19. La cual dejó de entrada, varios millones de empresas-fábricas cerradas y otros varios millones de trabajadores en la calle.

Pero ese “desastre mundial” de cierre de fábrica y despidos masivos no ocurrió en Cartón de Venezuela S.A. Porque somos hombres y mujeres de dificultades, pues es ahí donde nos crecemos: cuando las virtudes y los desaciertos se fundieron para forjar la experiencia, la reflexión y el tino. Amén de mis errores, los cuales asumo como ser humano falible, errores que cometo con la misma frecuencia con la que deseo hacer las cosas bien.

Me llevo una de las lecciones más importantes y verdaderas: el sentir, más que teorizar, que la clase obrera, la que obra con mística y de buena voluntad, es el corazón de nuestra República Bolivariana de Venezuela.

El Comandante Hugo Chávez decía: “una revolución, muchachos, se va renovando a lo largo del tiempo, así como un río…”. Traigo a colación esta enseñanza directa, de boca a oído de nuestro amado Comandante, porque hoy un joven que se forjó y se hizo profesional en plena revolución, le tocará la responsabilidad de sostener un proceso transformador, a través de Cartón de Venezuela. Auguro que la gestión del compañero Leonel Azuaje, quien hoy asume las riendas, a quien dicho sea de paso, tuve a bien designar como gerente de la planta de Petare, será cónsona con lo fraguado y lo conquistado gracias al Comandante Chávez y al pueblo venezolano, durante las dos últimas décadas, lo que antes habíamos soñado, avizorado y defendido en las calles merideñas y en las aulas de la ULA, en la década de los 90, como La Utopía Realizable de José Carlos Mariátegui, del Estado de Justicia y de Derecho (consagrado constitucionalmente), en que el ser humano fuese el centro y el motor de nuestro mundo por venir.

Finalmente, consideró esencialmente necesario elevar LA LEALTAD, como PRINCIPIO Y VALOR INCLAUDICABLE e IMPOSTERGABLE en el fraguado de las presentes y futuras generaciones. Ya que LA LEALTAD, es LA VIRTUD más difícil de consolidar en estos tiempos, cuando el malherido y moribundo capitalismo ha lanzado su más feroz contraataque contra todo el planeta.

Nuestro HORIZONTE siempre ha de ser LA SOCIEDAD JUSTA E IGUALITARIA que soñaron nuestro Libertador Simón Bolívar y nuestro Comandante Hugo Chávez. Y que, axiomáticamente de manera inteligente y audaz, ha venido fraguando y defendiendo nuestro hermano en Chávez, el Presidente Nicolás Maduro.

“Aguantemos toda Crítica, todo señalamiento, eso es positivo además; a mí me gusta mucho el contraste, PERO ESO SI, pedimos Lealtad con el país, lealtad con la esperanza que es de todos. Lealtad con la posibilidad que es de todos, de construir un país, un verdadero país”.

Comandante Hugo Chávez
Palacio Federal Legislativo
Caracas, 19 de Agosto del 2.000

¡¡¡Viva La Patria!!!
¡¡¡Viva Bolívar!!!
¡¡¡Viva Chávez!!!
¡¡¡Viva la Revolución Bolivariana!!!
¡¡¡Viva la Clase Trabajadora!!!

Hugo Cabezas
C.I. 10.259.781
Caracas, domingo, 01/V/2.022

 

 

 

 

 

 

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