Considerada como una de las mejores escritoras venezolanas de su época, Ana Teresa de la Parra Sanojo, mejor conocida como Teresa de La Parra, nació el 5 de octubre de 1889 en París.
A pesar de que gran parte de su vida transcurrió en el extranjero, pudo plasmar en sus obras a la Venezuela de principios de siglo XX.
Además de ser escritora, también tuvo que ver con el periodismo, y en su camino literario creó importantes obras que se inmortalizaron en América Latina como Ifigenia y Memorias de Mamá Blanca.
Primeros años
Con apenas 2 años vino a Venezuela con su familia, la cual se instaló en una hacienda de Tazón, en las cercanías de El Valle en Caracas.
Su familia formaba parte de la aristocracia venezolana y el sector de los terratenientes.
En 1906, al morir su padre, Ana Teresa viajó a España donde cursó estudios en el colegio Sacré Coeur de Valencia.
En 1915, luego de culminar estudios en dicha institución, se dirigió a París donde permaneció algún tiempo antes de regresar a Caracas.
Su carrera literaria dio sus primero pasos cuando escribió varios cuentos firmados con el seudónimo de «Fru-Fru», con el cual publicó dos cuentos, Un evangelio indio: Buda y la leprosa y Flor de loto: una leyenda japonesa, en el periódico El Universal.
Asimismo, en 1920 publicó en la revista Actualidades, dirigida por Rómulo Gallegos, su Diario de una caraqueña por el Lejano Oriente, que en realidad es una ficción basada en las cartas enviadas por su hermana en numeroso viajes.
Una carrera en ascenso
Una vez radicada en París, publica en 1924 bajo el seudónimo de Teresa de la Parra su primera y más famosa novela, Ifigenia, con la que participó en un concurso literario en París y se hizo merecedora de su primer premio.
Su fama creció hasta convertirse en una de las escritoras más destacadas de Latinoamérica.
Para 1927 fue invitada a Cuba para representar a Venezuela en la Conferencia Interamericana de Periodistas con una disertación titulada «La influencia oculta de las mujeres en el Continente y en la vida de Bolívar».
En 1928 regresa a Europa donde comienza a escribir su segunda gran exitosa novela, Memorias de Mamá Blanca, en español y en francés.
Su enfermedad
En 1929 regresa a Venezuela, donde se enferma de tuberculosis. Tratando de encontrar una cura a su enfermedad, se va a Suiza para internarse en un sanatorio, donde reside en sus últimos años.
En 1930, Teresa de la Parra fue invitada a ofrecer una serie de conferencias sobre la «Importancia de la mujer durante la Colonia y la Independencia» en Bogotá. El contenido de esas conferencias fue publicado en 1961.
El 23 de abril de 1936 fallece a la edad de 46 años en Madrid, España, a causa de la tuberculosis que sufrió por años.
En 1947 sus restos fueron trasladados a Caracas e inhumados en el Cementerio General del Sur.
Posteriormente, el 7 de noviembre de 1989 fueron sepultados en el Panteón Nacional.
Sus obras: una joya en la literatura
Ifigenia
Esta obra plantea el drama de la mujer frente a una sociedad que, como la de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, no le permitía expresar sus ideas ni elegir su destino.
Fue la primera gran novela venezolana que marca la madurez del género en las letras del país y fue escrita al terminar la Primera Guerra Mundial.
Fue publicada en 1924 y escrita en forma de diario personal. Además, fue la primera novela publicada bajo el seudónimo de Teresa de la Parra.
Memorias de Mama Blanca
En esta obra se recrea el ambiente de su niñez, mostrando personajes y costumbres en el ambiente de una hacienda de caña de azúcar. Es considerada un clásico de la literatura hispanoamericana.
Fue escrita en Europa durante una autorreclusión en Vevey, Suiza, para tratar su enfermedad.