Detenido por robar un octavo de moneda

En lo profundo de un barranco, el tigre le dice a la cabra: -Te tengo, me alimentaré por dos días- eres ingenuo o algo así, yo nací entre rocas escarpadas, tú perteneces a los árboles. En estos momentos estoy dos cuerpos por encima del tuyo. Saludos, nada de abrazos.

El detective, detiene a un individuo, estás detenido por haber robado un octavo de la casa de la moneda. -No puede detenerme, ni siquiera conozco esa tal casa-. Estás identificado, por la cámara, por el tamaño y hasta por el sudor.

—-Si no tiene esas pruebas documentadas y con testigos no tendrán ningún valor para el futuro.

—-Eso es lo bueno, acabas de identificarte, al principio teníamos dudas de quién eras, las dudas se acabaron.

—–Se te dará la oportunidad de hacerte un lazo falso y si en el momento que halan el mecate no te sube, quedarás libre para la segunda y tercera prueba.

—-Eso es oprobioso, eso sí constituye un verdadero crimen mental y por lo tanto si no hayan de qué acusarme merezco la libertad absoluta.

Aunque te la demos, no existe en el mundo nada absoluto, siempre faltará algo para completarlo. Si el sol en pleno desierto no alumbrase tampoco existiría la oscuridad absoluta. Así está hecha nuestra tierra, a la medida del hombre y no el hombre a la medida de la tierra.

De niño le tenía un miedo cerval a los policías, los policías para esa época los veía muy grandes y peligrosos. -Hablé con mi padre y me dijo- a mí me pasaba lo mismo y le perdí el miedo metiéndome a policía, estuve lo necesario en la academia y terminé graduándome de policía. Que quede claro que el miedo a los policías fue solamente en la edad escolar la historia que viene después es para recordar parte vivido por mi padre y parte por mí.

Invitaron al presidente Nixon para que inaugurara un busto del presidente Abraham Lincoln. Nixon aceptó la invitación y dijo que con mucho gusto iría.

Al día siguiente en una plaza que llaman del Almirantazgo, había bastante gente para cubrir todo el redondel de la plaza y algo más.

Nixon caminó aunque con pasos vacilantes y llegó hasta el sitio a donde estaba el busto. Con voz apagada y casi inaudible trató de gritar: “Compatriotas desde este momento dejo inaugurado este trasto sea lo que sea”.

Es bueno recordarles que el presidente Nixon era un beodo consuetudinario y generalmente se la pasaba en estado de embriaguez.

El partido Republicano obligó a Richard Nixon a dimitir (1974) en plena campaña siendo sustituido por el Vicepresidente Gerald Ford. Naturalmente pero no lo exteriorizaban el pueblo norteamericano descansó de ese señor que así como hizo una gran carrera política así mismo la volvió cenizas.

Este episodio era para vivirlo. Yo lo recuerdo y yo lo viví.

Pedacitos

Me enteré que te casaste -Sí pero a la vez me divorcié- ¿El motivo? Imagínate tú, con tan buena casa que compramos no esperaba sorpresa alguna pero me equivoqué. ¿Cuál es la sorpresa? Mi esposa si a esto se le puede llamar así decidió por su cuenta meterme una tercera persona en nuestra cama. ¿Qué hiciste? Como tú no me conoces, yo no te conozco, él no me conoce, decidimos ponernos a rumbear.

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