Desde la bucólica población de Tostós nos denuncian persistentes escándalos nocturnos, sin la intervención de ningún organismo de seguridad. Afirman que también es permisible la pasividad del consejo comunal permitiendo el problema porque nadie asume la denuncia. Asegura la comunidad que los transgresores a las normas de convivencia apenas cumplieron la mayoría de edad, pero esto sucede porque los padres y representantes tampoco prestan atención a lo que ocurre con sus hijos que desde corta edad asumen un comportamiento del que no le rinden cuentas, porque quizá sus tutores tampoco cumplen debidamente el rol que les corresponde. Lamentablemente después vienen los lamentos, Dios quiera y no.