Desde el conuco | Un plan mínimo para la caficultura venezolana | Por: Toribio Azuaje

 

Por: Toribio Azuaje

 

“No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo”.

Mario Benedetti

 

Nuestra tarea a corto y mediano plazo es el diseño de una política agrícola para la caficultura venezolana. Se trata entonces de elaborar de manera colectiva un compendio de propuestas que nos permita construir las líneas de acción para relanzar la caficultura nacional y provocar una transformación, que nos coloque a niveles de competitividad en el mercado nacional e internacional. Está construcción la haremos en nuestro transitar diario que incluye evaluar y corregir nuestros propios errores, aciertos, preocupaciones y necesidades, mirando hacia una caficultura moderna y altamente dinamizada que le de al pequeño y mediano productor, un nivel de vida mucho más honorable que el que hasta ahora hemos soportado.

Nos atrevemos a señalar algunos elementos para abrir el debate que permita desde lo colectivo, construir una propuesta para la caficultura venezolana.

 

En lo social.

Constituir una organización de los caficultores sin ataduras políticas, si tutelaje político, privilegiando el compromiso con los campesinos caficultores.

Acercarnos e incorporar a las distintas organizaciones gremiales y sociales que se mueven en el sector café, a fin de conformar un gran movimiento social de la caficultura venezolana.

Promover, motivar y apoyar la organización local de acuerdo a las características culturales y ambientales de cada localidad.

 

En lo educativo y científico:

Diseñar un plan permanente de sensibilización y capacitación de los caficultores.

Fortalecer las escuelas técnicas agropecuarias en convenios nacionales de recuperación.

Avanzar hacia la creación de la Universidad del café donde se formen los hijos de los caficultores.

Recuperar y reorientar, los centros de investigación científica que en materia café existen en el país.

Establecer convenios y acuerdos de formación, capacitación e investigación con la universidades, institutos nacionales.

 

En lo económico:

Avanzar hacia la industrialización de la actividad cafetalera, generando valor agregado en toda la cadena de valor del café.

Crear desde la organización una plataforma para la comercialización directa, nacional e internacional del café venezolano.

Organizar, enlazar y socializar, todo el aparato industrial que en cada municipio cafetalero existe, para garantizar el procesamiento y comercializacion directa de nuestro producto.

Promover la creación en los municipios productores, oficinas técnicas de recepción de café para el comercio internacional, a fin de facilitar que está actividad puedan realizarla nuestros productores.

Capacitarnos en materia de la comercialización nacional e internacional.

Promover la creación del Banco de los caficultores, el cual debe surgir de seno de los caficultores.

 

Seguramente sean estás, apenas un asomo, de tantas propuestas que se debaten en todos los rincones de la Venezuela cafetalera. Con esa gente, que sueña, que piensa, que aspira una caficultura de altos niveles de productividad y de calidad, con ellos construiremos una verdadera y necesaria política cafetalera venezolana.

 

 

 

 

 

 

 

 

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