Desde el conuco | Reflexiones en modo año nuevo | Por: Toribio Azuaje

 

 

“Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.”

Oscar Wilde

 

Por: Toribio Azuaje

Enero anda caminando apuradito, apenas recibimos el 2025 y ya estamos pisando el segundo mes de este nuevo año que nos sorprende en el mismo lugar. Mientras más apurado andan los días, más viejos nos vamos poniendo. El tiempo jamás se detendrá y es una máquina que muele lo que encuentra a su paso, sin embargo, el tiempo es nuestro mejor aliado, además nos enseña a vivir. El tiempo es un reloj de arena que se llena de todos los momentos especiales, buenos o malos. El tiempo no se detiene, mientras los pueblos siguen su transitar por los senderos que ellos mismos se trazan y muchos otros pueblos caminan por senderos que le son construidos para que su gente deambule en lugar de vivir plácidamente.

La vida no es más que un pedacito de tiempo que nos toca, la vida es sin embargo algo a lo que dedicamos lo menos de nuestro tiempo; ya no vivimos, sencillamente existimos y ocupamos un espacio, cuando nos percatamos, nuestro pelo se ha teñido de blanco mientras las fuerzas se ven cada vez más disminuidas.

El tiempo lo vamos malgastando y no sentimos que nos van empujando a perder nuestros días en aquellas tareas que resultan las menos importantes y menos productivas, mientras los centros de poder que dirigen el mundo, en sus macabros planes de dominación, dibujan los senderos por donde deben transitar las nuevas generaciones que vendrán.

Nos gastamos el tiempo sin saber que este es el tesoro más preciado que nos han regalado. La vida es el único milagro descubierto hasta ahora, un hermoso milagro de la naturaleza que nos toca vivir. En ella se conjugan dos momentos, aquel al que llamamos juventud y la vejez gloriosa que los años nos dejan de regalo. Por su parte,  la juventud es efímera, es apenas una pizca de ese soplo de vida que nos toca vivir. Mientras tanto, el poder omnipotente construye sus espacios para atragantarse de lo que poco a poco le roban a la vida, a nuestra vida.

Nuestros sueños, aquellos que atesoramos desde siempre, nos son arrebatados, mientras estamos ocupados por cubrir las necesidades básicas para sobrevivir  el día por día, de este modo nos convertimos en esclavos de la inmediatez y del mercado. Nos pasamos la vida comprando cosas que no necesitamos, así malgastamos la vida, navegando en el mundo de una economía de mercado que se traga todo lo producido por la gente, mientras una multitud distraída sigue transitando por senderos de ilusiones pintadas de consignas vacías y cantos adornados de falsas realidades.

Atragantados de poder, los verdaderos dueños de esta vida, que debió ser de todos, se encuentran empeñados en obstruir cualquier rendija para una vida digna y apacible.

Finalmente, la juventud debe mirar la vida tal y como ella es, para poder construir un futuro mejor en la que siendo diferentes podamos vivir juntos. ¡Feliz año nuevo!

 

toribioazuaje@gmail.com

 

 

 

 

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