• Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina
domingo, 8 junio 2025
Diario de Los Andes
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
Diario de Los Andes

No Resultados
Ver todos los resultados
Inicio Opinión

Desde el conuco | La Navidad campesina de Petra y Dionicio | Por: Toribio Azuaje

por Redacción Web
14/12/2023
Reading Time: 3 mins read
Compartir en FacebookCompartir en TwitterComparteComparte

 

 

“Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza”. (Alfred Tennyson)

Petra, ya me voy, trataré de regresar temprano. Esa mañana el sol salió más luego de lo acostumbrado, como si por alguna razón, también estuviera apresurado. Petra, apenas alcanzó a darle el primer bolón a su marido cuya silueta se perdió en la espesura del camino que lo conduce al pueblo. Dionicio había despertado temprano para sacar las maletas de café que había arrumado ayer con la intención de salir a primera hora a venderlo en el pueblo, y comprar algunas cosas que faltan en la casa, antes que  la Nochebuena les visite. No olvides los zapaticos de Julián, ese muchacho anda descalzo, alcanzó a gritarle Petra, cuidando de no ser imprudente. ¡Dios lo lleve con bien! Y lo santigua desde lejos. Dionicio, se despidió sin hacer mayores comentarios, perdido entre sus toscos pensamientos, al tener que soportar tanta precariedad que debe resolver con sus escasos granos de café.

Mientras tanto; Petra, se quedó escudriñando su vida entre los pensamientos que se cruzan en su cansada mente. Este año las hallacas serán mas escasas, si es que las  hacemos, porque a mitad de año tuvimos que vender el cochino, y este “flocho” que nos quedó, apenas dará unos litros de manteca, pero bueno, es lo que queda, -Al mal tiempo, buena cara-.

La cosecha no nos ayudó este año, y de ñapa los precios del café se vinieron a menos;  todas las vainas que hay que soportar para poder sobrevivir en estos campos. Se acabaron los tiempos en que salíamos a comprar los estrenos, los coroticos pal pesebre  y  los regalos del niño Dios.

¡De saber que esos muchachos ya casi no tienen que ponerse! Los pensamientos se agolpan en la mente de Petra, mientras atiza las brazas del fogón para tostar la arepa. Montó rápidamente la olla de las arvejas, atizó el fogón, y se dispuso a  recoger unos granos de cacao que tiene secando en el patio.

Lea también

ALGO MÁS QUE PALABRAS | DEL CONFLICTO DE CONFIANZA; AL ACUERDO DE ACOGIDA  Por: Víctor Corcoba H.

ALGO MÁS QUE PALABRAS | MARAVILLAS OCEÁNICAS A PROTEGER | Por: Víctor Corcoba Herrero

07/06/2025
‘LA FIESTA DEL CHIVO’ DE MARIO VARGAS LLOSA | Por: Ernesto Rodríguez

¿EL HUMANO TIENE UN SENTIDO MORAL INNATO? | Por: Ernesto Rodríguez

06/06/2025
Cartas |  Lectura amante (II)  | Por: Juancho José Barreto González

Cartas | Lágrimas artificiales | Por: Juancho Barreto

06/06/2025
Armonía y “buen vivir”  | Por: Miguel Ángel Malavia

El alma de la ‘Rerum novarum’ (II) | Por: Miguel Ángel Malavia

05/06/2025

Petra acostumbra hacer una ollada de bebida de cacao poco después de la cena, antes de acostarse a dormir luego de la reunión familiar que suele hacerse en el corredor que da al patio de la casa.

En estos campos, las mujeres son quienes más sufren en silencio, los rigores de tantas carencias y tan brutal precariedad.

Todos los años son iguales. Tan solo les alegra la vida  el retozar de los muchachos en el patio; allí, se reúnen por las tardes para jugar con las mariposas que se amontonan en los charquitos que quedan de la lluvia. Ya son pocas las mariposas que han sobrevivido, entre tanto veneno disperso en estos cafetales. La modernidad arrasa con todo, aunque Dionicio, se resiste a usar esos venenos que nos matan en silencio. Tal vez por esto, sus vecinos murmuran sobre sus métodos de producción apegado a los valores ancestrales que heredó de sus padres.

Dionicio y Petra, son una joven pareja campesina, que habitan estas tierras del café, y ven pasar los años entre labores diarias, en un campo preñado de esperanzas y de sueños. Viven ausentes de las vanidades de la ciudad y anclados a su mundo de precariedades persistentes.

Petra, con su sedosa cabellera negra azabache que le cubre la espalda, tiene sus tareas muy bien ordenadas para cumplirlas durante el día, que cada vez parecieran más cortos; en estos tiempos, es como si los días tuvieran menos horas de lo que conocemos como día. Así, los campesinos envejecen, viendo crecer sus hijos, y mirando sus cafetales que cada día les proporciona menos granos y mucho más trabajo.

La mujer campesina, es una heroína invisible, es quien sufre desde cerca el correr de las horas y minutos al frente de un hogar que se debate entre sobrevivir o dejarse arropar por la incertidumbre de las crisis que llegan por la acción de gobernantes indolentes, que afortunadamente ellos no conocen.

Cómo un celaje transcurre el día, que se disipa entre tantas tareas cumplidas hoy. Hacer el desayuno, recoger el cacao que tiene asoleando, remover el café en el patio mientras ruega a Dios que hoy no llueva para poder trillar más tarde. Casi que por gravedad, en un santiamén, el almuerzo está listo, arvejas con trozos de cambures  verdes y una garrafa de ají que siempre está disponible en la mesa, un trozo de cuajada y una arepa de maíz pelao.

Los muchachos ayudan a alimentar los animales, un “flocho” de marrano rogando que la nochebuena nunca llegue, y unas gallinas que se pierden a buscar grillos y lombrices entre los cafetales.

Petra, recoge del tendedero los montones de ropa que lavó en la quebrada. Se le escapa un suspiro y piensa en voz alta; Ojalá Dionicio llegue temprano del pueblo, los muchachos aguardan a ver qué les trae de regreso.

 

 

 

 

 

 

.

Siguiente
REVOLUCIÓN FRANCESA, PROGRESO Y TERROR (SEGUNDA PARTE)

¿Y EL PRESUPUESTO DE LA REPÚBLICA 2024 DÓNDE ESTÁ? | Rodrigo Cabezas Morales(*)

Publicidad

Última hora

Vivir para contarlo. Encuentro entre iguales propiciado por la ONU / Por Pedro A. Hernández V.

Briceño Iragorry en Casa León y su tiempo / Por Pedro Frailán

Mi madre Josefa: amor supremo a la humanidad / Por Alfredo Matheus

Los de la Cordillera, no son “Perros de Presa” de nadie, 1877 / Por Oswaldo Manrique

Consultorio para el Alma | Cargado por el Espíritu | Por: José Rojas

Publicidad

Diario de Los Andes

Ediciones

  • Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina

Síguenos

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Trujillo
  • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Inicio
  • Actualidad
  • Entretenimiento
  • Bienestar
  • Política
  • Deportes
  • Sucesos
  • Mundo
  • Opinión
  • Sentido de historia
  • Economía
  • Revista Andina
  • Andes Legales