Por: Toribio Azuaje
“Mi abuela nunca aprendió
Lo que es la geometría,
Pero una arepa en sus manos
Redondita le salía”
Canción: Mi Abuela. Gualberto Ibarreto
Decía la abuela, las malas costumbres son las que se pegan con mayor facilidad. Mi abuela paterna vivió más de 100 años, no era muy conversadora, pero era una noble consejera. No tienes porque hacer lo que los demás hacen, no tenemos porque hacerlo si no resulta ético. Porqué tendrías que robar si sabes que no es correcto.
Siempre, cuando le llevaba a la cama el café de la mañana, después de ponerme la bendición, algún consejo se le escapaba, yo disfrutaba de aquellas conversas. Ella, recibía su café, y rebuscaba debajo de la almohada, sacaba una carterita de Cacique, y envenenaba su café mañanero. Si obras bien, te irá bien.
Ayuda a tu vecino, trabaja en comunidad. Me hablaba del convite, era una práctica cotidiana en la que los vecinos, de modo solidario se ayudaban entre si, consolidando los lazos de amistad.
Respeta tus compromisos y la palabra dada. La palabra es un documento, me decía. El respeto por la palabra empeñada es uno de los valores fundamentales. Que tú palabra valga más que un papel, decía, entre sorbos del humeante café. Lo recuerdo como si fuera ayer. Pero hoy hasta los documentos son incumplidos.
Lo que no te pertenece no lo tomes. “Ama Sua”, el respeto por lo ajeno es la base fundamental para una sociedad en armonía.
Valora el trabajo por encima de todo, este debe estar acompañado de la constancia. El ocioso no es bien visto en ningún lado. Cultivar la tierra, cuidar los animales, ocuparse de las tareas domésticas. “Ama Kella” no seas flojo.
Los ancianos y los niños son seres especiales, cuida de ellos. Una regla en las comunidades campesinas es aquella que señala “Haz caso a quien más vivió que tú”
En la naturaleza, todo está interconectado, por eso, el respeto a la naturaleza es lo primero en la vida del campo. No ensucies las aguas, cuida los animales, “Cuida la tierra que te da de comer, no muerdas la mano que te alimenta”.
La familia constituye el centro de todo, pero la naturaleza es el centro de la vida. Cuida tanto la familia, como debes cuidar la naturaleza.
Entre sorbos de café, la abuela, que no sabía leer, nos enseñaba lo que aprendió algún día entre los suyos.
¡Mantente informado! Síguenos en WhatsApp, Telegram, Instagram, TikTok, Facebook o X