Por: Toribio Azuaje
“Nuestro ánimo se inclina a confiar en aquellos a quienes no conocemos por esta razón: porque todavía no nos han traicionado”.
Samuel Johnson
A pesar de todos los dolores de la patria, el sol siempre es el mismo.
A pesar de tantos sueños truncados e inconclusos, el sol siempre es el mismo.
Podrán venirse encima todos los huracanes juntos, con todos los tiranos unidos, con sus locuras de tiranos que los caracteriza y los deshumaniza.
Podrán surgir de todos los rincones, déspotas, egoístas, engreídos que quieran imponernos su traición.
Desde lo más lejano de la vida, se acerca la bondad, en una eterna lucha contra la oscuridad y la maldad.
Aún para aquellos seres que se esconden entre matorrales de maldad, el sol siempre es el mismo.
El sol siempre está allí, alumbrando las almas difusas de tanto camino intrascendente.
Somos unos seres tan pequeños en este gran esquema general de las cosas. La infinitud del universo nos convierte en minúsculas criaturas; sin embargo, hay un papel que nos ha sido encomendado cumplir en este corto tiempo que nos toca vivir en un planeta al que llamamos tierra.
Pero eso sí, mientras no aprendamos a respetar a la naturaleza y a convivir con ella, jamás de todos los jamases, lograremos entender nuestro verdadero papel acá en la tierra.
Se puede considerar que la agricultura es la madre de la civilización humana, pero esta no es importante para ellos, más allá de constituirse en un arma letal de dominación universal. Es así que, “quien domina lo verde domina el mundo”.
Nos imponen sus modelos de producción y de consumo, controlan la semilla, los fertilizantes, la propiedad de la tierra, el mercado.
El lema oculto de las elites globalistas claramente lo señala, “Si controlas la comida controlas a la gente”, y eso lo saben los gobernantes, títeres del nuevo orden mundial. Todos los alimentos provienen del campo y de la agricultura; por tanto, controlar y dominar la agricultura supone controlar a la gente. Ahí está la respuesta a la incógnita del porqué los campesinos seremos siempre dominados, divididos y súper explotados.
Para los centros de poder, para las grandes corporaciones que dominan el mundo, controlar la agricultura y con ella los alimentos, es parte del plan de dominación que históricamente han impulsado; entonces, un gobierno libertario, que le interese el pueblo y su gente, debe considerar la agricultura y la naturaleza como un elemento vital que se convierta en sustento de vida y prosperidad ciudadana.
En el mundo global hay una guerra contra los agricultores y ganaderos. Se sabe que más de una docena de países occidentales, incluido Estados Unidos, han firmado un tratado con el Foro Económico Mundial (FEM) para diseñar lo que ellos han decidido denominar como una “hambruna global ética” como parte de los objetivos de la Agenda 2030.
Se han acordado en orquestar una “demolición controlada” de la Industria Agrícola en todo el mundo, al tiempo que provocan hambrunas y pandemias para la humanidad.
Mientras nosotros continuamos distraídos, sumisos, enemistados, dispersos; encerrados en nuestro propio egoísmo y envidia, el gobierno de las grandes corporaciones dominantes lo sabe todo sobre ti. Pero recuerda que, este control solo funciona si tú lo permites.
Compañeros de luchas y labores, la respuesta está en nosotros mismos, en la capacidad organizativa local. No permitamos que nos sigan dividiendo con sus ideologías. Hay un proverbio Japones que dice “Si sientes como que vas a perderlo todo, recuerda, los árboles pierden sus hojas cada año, aún así permanecen rectos esperando que vengan mejores días”.
Más allá de todo lo conocido y lo ignorado, más allá de la mediocridad, a pesar de todas las maldades, ¡El sol siempre es el mismo! toribioazuaje@gmail.com