Desde el conuco | Cómo enfrentar la escasez de combustible en la producción de café | Po: Toribio Azuaje

 

La escasez del combustible fósil (gasolina y gasoil) afecta grandemente la actividad agrícola en la producción de café. En primer lugar dificulta la movilización interna de nuestros campesinos, quienes ven disminuida su capacidad de movilidad normal para realizar sus actividades diarias, afectando el acarreo de la cosecha hasta los centros de venta y distribución del grano que normalmente ocurre en las zonas urbanas.

En este caso el uso de las bestias en el acarreo de la cosecha puede paliar un tanto esta realidad. Sin embargo en mulas resulta «trasmano» llegar hasta el pueblo por lo que hay que estudiar la posibilidad de establecer centros de acopio en sitios estratégicos hasta donde puedan llegar los sacos con el grano. Sin duda las mulas serían una ayuda. Que tal si establecemos centros de cría de bestias de carga, así disminuir los costos y evitar la especulación en la venta de estos semovientes.

Para el tratamiento del grano una vez cosechado, es decir el secado y trillado, se requiere gasoil, pues este es el sistema más usado en nuestros campos, que en un momento era el combustible más económico que existía. La realidad cambió y hoy es necesario recurrir a otras modalidades para el secado del grano, sustituyendo el gasoil en esta y otras tareas. El uso de invernaderos artesanales, camas africanas, patios, trojas, secadoras impulsadas por la combustión del pergamino del café.  Hay que revisar la probabilidad del uso de paneles solares, para lo cual debemos hacer un análisis de costos de inversión. Pero en definitiva debemos avanzar hacia nuevas modalidades de energías necesarias para estas tareas agrícolas.

No podemos seguir dependiendo del gasoil. Si es cierto que estamos en una etapa de transición del rentismo petrolero hacia una economía productiva, entonces paso a paso debemos sacarnos de la cabeza el petróleo y sus derivados. Las nuevas generaciones de campesinos y conuqueros deben estar sustentados en las prácticas autosuficientes derivadas de nuestras propias realidades y potencialidades locales. No es retroceder, significa usar al máximo nuestros recursos locales y potenciar una agricultura ecológica y autosuficiente, que dependa en menor grado de factores externos sobre los cuales nosotros no tenemos incidencia.

Es cierto que estos combustibles han dinamizado la producción de café, facilitando la actividad agrícola, pero también es cierto que el uso de estos derivados del petróleo nos hace dependientes y generan alta contaminación ambiental. Por tanto es necesario avanzar hacia otras prácticas que nos permita hacer sustentable y sostenible la actividad cafetalera y agrícola en general.

Prevenir es mejor que curar: La economía y el planeta sufrirá menos si no nos orientamos por la máxima de reparar los daños al planeta cuando ya se los hayamos provocado. Prepararnos desde ya para las nuevas realidades y los nuevos retos es necesario y esto depende de nosotros.

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