Desde el conuco | Biscucuy, capital del buen café | Por: Toribio Azuaje

«Pueblo circundado de montañas, de bosques y de cascadas, y tus periferias son ríos»

(Eliel Escalona)

 

Las primeras lluvias nos llegan en la semana santa de abril que apenas se asoma entre mañanas frías, Biscucuy se apresta a dar comienzo a la siembra, estás montañas mías y tuyas que tanta historia recogen y atesoran en sus entrañas. Las lluvias vienen cargadas de melancólicos amores y recuerdos, que nos hacen ser cada día más apegados a este montón de tierra que conforma nuestra pequeña geografía.

Por aquí retozó Argimiro Gabaldón quien habiendo nacido en Santo Cristo el 15 de Julio de 1919, nos deja una estela de poesía convertidas en lucha permanente. De su ingenioso intelecto nos entregó todo un legado de historias y de luchas que aún no han sido dignificadas como merece esta figura excelsa de la historia patria.

Unos temen que su historia ande transitando por estas calles y otros usan su nombre para endulzar sus apetencias. Según me cuenta Robin Morillo, Argimiro le dio historia universal en 2do año, pero las clases y tareas tenían mucho contenido político y económico, como por ejemplo averiguar a como pagaban los gringos la tonelada de hierro y en esa misma onda averiguar a como vendía José López las agujas de coser en su negocio, imagínate un muchacho de la época en Biscucuy, averiguando esas vainas y luego te puedes imaginar cuáles eran las conclusiones a que los llevaba el profesor para que así descubrieran por ellos mismos como los gringos nos robaban y nos pagaban el hierro a precio regalao, luego nos vendían la manufactura a precios usureros, claro, todo esto lo hacia de manera sutil, pedagógica muy bien matizado.

Luego de su fatídica ausencia física ocurrida el 13 de diciembre de 1964, nada más enaltecedor para quienes amamos realmente a Argimiro que desde Biscucuy se allá ido a reposar en el Panteón Nacional donde se encuentra intercambiando sus saberes con nuestro libertador y demás héroes de la patria.

Por aquí anduvo Fabricio Ojeda por la única escuela de entonces, el histórico Grupo Escolar Dr. Jaime Cazorla. Se dice y me contaba Pedro Pablo Linares, que una de sus hermanas que vivió en este pueblo, lo negó siempre  por su condición de revolucionario y revoltoso, ella siendo fiel militante adeca de entonces, tal condición le impedía ver qué el mundo era más grande que sus propios egos. Sus descendientes supieron sacarle fruto económico al hecho fortuito de ser sobrinos de Fabricio, para darse la gran vida a costa de un legado de moral y de lucha.

La mágica neblina de estos campos vieron nacer a uno de los mas importantes pintores del país, el 22 de noviembre de 1930, Mauro Mejías un día se nos fue y se estableció en Francia, se hizo pintor universal y luego regreso hecho cenizas que sus amigos soltaron a navegar por el Saguáz. Falleció en Francia el 23 de Octubre del 2000 y aún anda por aquí barbado y de sombrero, echando pinceladas de colores en las manos de Néstor Betancourt, Arturo Monsalve y  de otros más que van dejando nuestras paredes manchadas de cultura y de sueños.

En algún momento el poeta Neruda se nos vino desde Chile a pasar unas noches en estás montañas de Biscucuy, en marzo de 1959 se acercó por acá a escribir sus sueños convertidos en poesía immortal. Fué invitado por el General Gabaldón padre de nuestro gran Chimiro. «Te dejo un flor de Chile» dice uno de los papelitos firmados con su puño y letra que le dejo como regalo a su ahijada la maestra Lorca.

Por este pueblo pasó en algún momento nuestro Libertador, emprendiendo la admirable campaña que le llevo a liberar a los pueblos de América. Desde Boconó, esas trochas lo trajeron hasta este piedemonte cafetalero. En algún lugar de Biscucuy pernoctó Bolívar, dicen, el 29 de junio  de 1813.

Montaña y corazón hecho recuerdos, amores añiles de luchas y labores nos traen las lluvias de abril en Biscucuy la capital del buen café.

 

 

 

 

 

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