En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento (Albert Einstein)
Nuestra tarea es convertir al país en una referencia importante en el mundo de la caficultura, para ello lo más importante son sus campesinos, pues son quienes lo siembran y lo producen, pero notamos que el empeño mayor que hacen los gobernantes está en la comercialización desleal y el apoyo lo dirigen a la agroindustria.
En una primera entrega https://m.aporrea.org/desalambrar/a318392.html expresamos algunos elementos, esta vez apuntaremos a otros más que consideramos pertinente abordar.
Financiamiento: la ausencia de una política de apoyo financiero público o privado es la característica existente actualmente en la actividad cafetalera venezolana. Nuestra agricultura es sustentada y sostenida por el esfuerzo propio de sus campesinos, quienes se sienten abandonados a su suerte sin poder acceder a ningún nivel de financiamiento o apoyo, este fue eliminado sin tomar en consideración que para poder crecer en calidad y cantidad de café producido debe darse apoyo a los caficultores establecidos y los nuevos emprendedores. El establecimiento de una caficultura poderosa y fuerte solo podrá ser si nuestros caficultores lo son, así que el apoyo financiero público o privado es de suma importancia para avanzar en un plan de crecimiento ordenado y sustentable. Creemos posible la creación de un banco cafetero dirigido por los propios caficultores, que pueda dar respuestas financieras adecuadas, permanentes y a tiempo a nuestros campesinos, para ello es fundamental nuestra organización. Todo el esfuerzo y empeño debemos ponerlo en provocar una organización de caficultores capaz de orientar de manera correcta nuestra actividad productiva.
La seguridad y protección social: Nos dedicamos toda una vida al trabajo en el campo, le damos nuestra fuerza al crecimiento de la patria y al final de los tiempos no hay garantías sociales que puedan darnos una vida un poco más holgada en nuestra vejez. Es necesario incorporar al campesino a la seguridad social para darles garantía de apoyo en los tiempos en que ya sus fuerzas naturales disminuyan.
Valor agregado al café: Son muchas y muy diversas las acciones que pueden desarrollarse para darle mayor valor agregado al café, son muchos los derivados que pueden obtenerse de este grano mágico. Debe desarrollarse un plan de consolidación de toda una red tecnológica y agroindustrial para extraer del café los diversos productos que sabemos pueden derivarse de él a manera de diversificar nuestra actividad dándole la fuerza necesaria a este rubro.
Capacitación: insistimos en ello, la capacitación debe ser permanente y adecuada a las nuevas estrategias productivas. Se deben crear programas y niveles de capacitación que permitan proporcionarle al campesino herramientas tecnológicas y científicas que apuntalen y mejoren la vida productiva del campo. Hay que acercar la tecnología al campesino dándole todas las herramientas posibles para garantizar un desarrollo sólido del mundo cafetero.
Sin apoyo a nuestros caficultores, sin la orientación correcta, el rumbo de la caficultura se verá como hasta ahora, limitado y muy lento. Es tiempo de ubicar a la caficultura en su justo lugar.
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