Desde cerro Felipe | Los instrumentos de lucha democrática han desaparecido | Por: Héctor Díaz

 

La historia nos ha demostrado que los instrumentos de lucha democrática, siempre han sido conducidos por la sociedad civil y de esta manera se le da respuesta al Estado y al gobierno, me refiero muy particularmente a los movimientos vecinales, movimiento indigenista, movimiento sindical, movimiento estudiantil, movimientos de profesores universitarios o gremios profesionales y otros movimientos de la libre expresión de los ciudadanos.

Desde la Primera Internacional de la clase obrera hasta nuestros días la clase trabajadora ha marcado la pauta tras la búsqueda de las reivindicaciones por mejores condiciones, no solamente laborales, también sociales y de esta manera tener acceso a una sociedad con mejores condiciones de vida; no podemos ponerle un tapón a esa libertad de expresarnos, más aún, cuando la dinámica social de estos tiempos exige un mayor protagonismo por parte de todos los sectores de la sociedad y hacerlo, tal y como lo están haciendo, sería como amordazar el grito frente a las injusticias.

La democracia desde su nacimiento, 23 de enero de 1958, generó mecanismos para que cada uno de los sectores de la sociedad civil tuviesen espacios donde plantear su problemática y el Estado-gobierno darle respuestas contundentes en todos los niveles, allí se crearon, en el ámbito laboral, la comisión tripartita donde se discutían los salarios, contrataciones colectivas, aumentos de salarios, reformas laborales, costos, precios en los artículos de la cesta básica, representaciones sindicales y patronales en las empresas del Estado. Era todo un mundo de alta política para llegar acuerdos en beneficio de los sectores involucrados y desde el antiguo Congreso Nacional, hoy Asamblea Nacional, se abrían espacios para hacer propuestas en las distintas comisiones que allí funcionaban: la comisión de cultura y educación mantenía una correa de trasmisión con los sectores académicos y aún allí tenemos grandes ejemplos como la Biblioteca Ayacucho, la experiencia editorial más importante de América Latina, creada en 1974, Monte Ávila Editores otra gran empresa editorial del Estado y donde los trabajos de investigación de historia se distribuían en cada uno de los institutos educacionales, tanto de primaria, media y universitaria, nuestros intelectuales tenían las posibilidades de publicar sus trabajos.

Las Juntas de Condominios y Asociaciones de Vecinos se vinculaban con las cámaras municipales, para crear ordenanzas que beneficiaran a sus habitantes y ser vigilantes en las áreas de los servicios públicos. Los comités de salud se vinculaban con las estructuras hospitalarias, con los ambulatorios y dispensarios rurales para crear mecanismos de prevención, vigilancia y control en las áreas asistenciales y cuidar que los instrumentos médicos de atención no fueran desviados para fines privados o comercialización. Los grupos ecologistas presentaban y diseñaban propuestas para la conservación del medio ambiente y la protección de la fauna, todas esas reservas forestales que hoy tenemos se la debemos a esas luchas.

Hoy ya no tenemos nada de eso, el actual modelo político fracasado se han empecinado es en crear grupos de activistas, burócratas sin ningún tipo de conocimiento y formados bajo una ideología al mejor estilo nazi para cuidarle los intereses al partido de gobierno, sin importarle la connotación y la importancia de cada uno de esos espacios históricos de la sociedad civil. Al movimiento vecinal o comunal lo convirtieron en simples borregos de la correa de trasmisión del partido; el movimiento sindical en simples arrastrados al régimen que no representan los intereses genuinos de la clase trabajadora, son simples besa-manos que no reclaman las violaciones contractuales y salariales; las editoriales como el Perro y la Rana son instrumentos del aparato ideológico del PSUV, así como las emisoras comunitarias son de orientación al estilo del ministro de cultura de Adolfo Hitler llamado Goebbels. Muchos ecologistas que han denunciado las atrocidades del Arco Minero donde un grupo de militares mafiosos se han adueñado del oro, hoy están en las cárceles pagando la valentía de sus denuncias, esa es la diferencia que existe entre lo que ayer era la sociedad civil organizada y lo que es hoy la sociedad civil manipulada y atada al partido de gobierno para cuidar sus intereses de mafiosos y corruptos.

 

 

 

 

 

 

 

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