Por: Héctor Díaz*
La Asamblea Nacional acaba de aprobar un nuevo mecanismo de recaudación de los impuestos municipales y ha eliminado todas las ordenanzas de la hacienda pública en cada uno de los municipios para que las cámaras municipales adecuen las mismas de acuerdo con el nuevo ordenamiento ya aprobado. Hace dos años la Asociación de Alcaldes Bolivarianos había publicado un instructivo cuyo objetivo era ubicar el Petro como unidad recaudadora, obviando para todo uso la moneda oficial y constitucional como es el bolívar, otro elemento que se descartaba era la unidad tributaria como base a la alícuota; esto generó una gran confusión en las cámaras municipales ya que el Petro es una moneda fluctuante en el mercado bursátil y podía general un espiral inflacionario con consecuencias catastróficas en la economía de un municipio.
Este instructivo del Acuerdo Nacional de Armonización Tributaria, desplazaba totalmente las ya históricas ordenanzas de impuestos municipales y violaba la Constitución Nacional y la Ley Orgánica del Poder Público Municipal Vigente, cuando la misma establece la autonomía de los municipios en la recaudación, modalidad y ejecución presupuestaria; la propuesta tenía un solo sentido: darle entrada a la Ley Orgánica de los Consejos Comunales, a la Ley de Tierras y al Petro como cripto activo decretado por el presidente Nicolás Maduro, con el respaldo de las reservas naturales como petróleo, oro, diamante y gas. Está propuesta no caminó ni en las mismas fracciones del Psuv ya que entendieron lo disfuncional que era para el desarrollo de un municipio, además de eso, la mayoría de las cámaras municipales carecían de concejales con suficientes conocimientos en materia económica para abordar la discusión y la adecuación.
La Constitución Nacional dedica un espacio importante a la vida y dinámica del municipio y deja muy claro los procedimientos en materia tributaria municipal cuando se establece en el capítulo IV del Poder Público Municipal, artículo 168 que la autonomía comprende la elección de sus autoridades; la gestión de la materia de su competencia y la creación, recaudación, e inversión de sus ingresos. Y un artículo que le da al municipio una protección especial, tal y como lo establece el artículo 180, que explica legalmente: la potestad tributaria que corresponde a los municipios es distinta y autónoma de las potestades reguladoras, que está Constitución y las leyes atribuyan al poder nacional o estadal sobre determinadas materias y actividades. Es un blindaje o inmunidad constitucional que se le otorga al municipio.
La Ley Orgánica del Poder Público Municipal Vigente, le dedica en el capítulo V toda la potestad tributaria del Municipio desde el artículo 160 hasta el artículo 227, es decir, son sesenta y seis artículo que prevé la vida, la dinámica, la ejecución y el desarrollo tributario de la unidad política primaria de la organización nacional como lo es el municipio. Eso significa; que la aprobación de la nueva ley de Armonización Tributaria es anti-constitucional y su única meta es quebrar financieramente al municipio, para darle paso a otro instrumento ilegal como son las llamadas comunas; es preparar el terreno para desplazar el espacio geográfico municipal como unidad política territorial-administrativa, que históricamente tenemos desde la época de la colonia para instaurar en el país el modelo de las comunas como espacios de satélites territoriales ideológicos, que responde más a los intereses del mal llamado socialismo del siglo XXI y a la cúpula del partido único como conductor del Estado.
La propia Ley Orgánica de las Comunas, choca en contra de los intereses del municipio ya que una parte del dozavo (situado constitucional) que es la distribución financiera del ejecutivo nacional, iría a parar a las arcas de las comunas para su desarrollo ideológico, recordemos que la creación de la Onapre, ha formado parte de darle un tajo administrativo laboral a las instancias municipales, para concentrar las nóminas de personal y poder manipular el aparato burocrático para los intereses del partido único de gobierno y generar desde allí, el quiebre total de las contrataciones colectivas y las luchas laborales. Es toda una estrategia bien montada para que el municipio desaparezca y le de paso al llamado Estado Comunal Socialista, como unidad concentradora del poder dirigida por el partido como expresión totalitaria de la vida común del ciudadano.
*Ex concejal