El Instituto Earth Wathch acaba de declarar a las abejas como la especie más valiosa del mundo en el último debate de la Sociedad Geográfica Real de Londres.
Para nadie son secreto los beneficios directos que para la vida y la salud humana representan los productos elaborados por las abejas. Pero la realidad es que no debemos detenernos solamente en pensar en los beneficios que aporta para nuestra salud sino valorar su más extensa función en la cadena natural que es la polinización sin la que definitivamente la vida en el planeta sería imposible. La abeja es el único insecto que proporciona alimentos a los seres humanos.
La biodiversidad es el proceso de interacción entre los seres vivos y el planeta, la relación entre sí, y por supuesto, la respuesta biológica del medio ambiente hacia las especies.
En este proceso la abeja tiene una función vital ya que la agricultura mundial depende en un 70% de estos insectos, dicho más claramente 70 de cada 100 productos que usamos para alimentarnos dependen exclusivamente de las abejas. El equilibrio se explica por sí mismo: Sin la polinización las plantas no podrían reproducirse y sin plantas la fauna también desaparecería y en consecuencia, los humanos.