Desarrollan talleres de lectoescritura en honor al poeta Pérez Carmona

El próximo 8 de junio estaría cumpliendo 90 años el insigne poeta trujillano Antonio Pérez Carmona. En honor a su legado, representantes de la literatura en Trujillo, como loson Edicto Vargas y Katiusca Pérez, han desarrollado talleres de lectoescritura en instituciones educativas del municipio Escuque para dar a conocer la obre del poeta.

La Escuela “José Alberto Azuaje” con los Estudiantes de 4to y 5to grado, fue el escenario para el taller titulado “Saberes de las Experiencias”. En el marco del homenaje al poeta, en la misma institución se desarrolló este mismo taller, pero para docentes. Posteriormente se trasladó la jornada de saberes al Liceo “Américo Briceño Valero”.

La hija del poeta, Katiuska Pérez, compartió con Diario de Los Andes una breve biografía del ilustre poeta.

Antonio Pérez Carmona nació el 8 de junio de 1933 en el caserío de La Media Luna, en el municipio Escuque (Trujillo). Estudió en la Universidad Central de Venezuela (UCV)  las carreras de letras y derecho, que abandonó para dedicarse al periodismo.

A finales de la década de los 50 comienza a publicar sus poemas en la Revista Nacional de Cultura, ejerciendo el periodismo en Clarín y La Esfera. En esa época colabora activamente con el proceso subversivo de los 60 hasta que viaja a Europa, donde reside un par de años.

Realiza cursos de periodismo en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, y viaja a Portugal, Francia y Marruecos.

Desde España publica en periódicos trujillanos y colabora con ensayos literarios para la Revista Nacional de Cultura.

En Madrid cultiva estrecha amistad con el cuentista Oscar Guaramato y el poeta español Carlos Oroza. En 1962, con motivo de la inauguración del puente Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo, participa en el concurso del Diario de Occidente con su obra Canto al Lago, que logra el accésit.

A su regreso a Venezuela trabaja en las revistas Momento y Élite, en el diario El Universal  y en el Papel Literario de El Nacional, así como en periódicos, revistas y emisoras de radio del estado Trujillo.

Entre sus obras resaltan Visión de Trujillo (crónicas, 1971), Los cuicas y sus herederos poéticos (ensayos, 1979), Hombres y tierra mágica (cuento, 1982), De la nostalgia (poesía, 1983), Paula (novela, 1986), Aquel Escuque heroico y florido (crónicas, 1991), Cambises (novela, 1998), La bella niña de ese lugar (novela, 2000), Chávez (crónica, 2003), Viaje por la poesía venezolana y el orbitar universal (ensayo, 2004). Asimismo, destaca la obra poética De la guerra y la ternura, con la cual Pérez Carmona se hizo acreedor de Certamen Mayor de las Artes y las Letras, capítulo literatura, en 2005.

Sobre él escribió alguna vez Adriano González León: “Juntos nos deslumbramos, en los comienzos de nuestros azares poéticos, con la pintura y la poesía de vanguardia. Pero también teníamos el oído abierto a los aconteceres sociales, a las necesidades de una transformación y a los encantos y aparecidos que bordeaban las noches con serenata y novia prohibida”.

Para el autor de País portátil, “muy pocos como él han sabido unir su formación literaria y su trato con los fantasmas. Pérez Carmona ha leído a Eliot y a Eluard y a Vallejo, pero también recoge las palabras radiantes de aquella loca cubierta de flores que aparecía, de pronto, en plena Calle Real”.

Ramón Palomares, primer ganador del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora y nativo también de Escuque, ha afirmado que “Pérez Carmona lleva con su reciedumbre, la confrontación valiente y obstinada de una existencia sostenida con nobleza y poesía. Su obra corre amplia y diversa en poemas, novelas, ensayos y narraciones breves, en busca de su vecindario: pueblos y gentes de su región agreste y nubosa de Trujillo. Quienes hemos compartido con él aquella inmensa casa de magia infantil —nuestro pueblo— lo reconocemos como uno de sus más puros símbolos”.

En una reseña al poemario De la nostalgia, Dámaso Ogaz escribió que la poesía de Pérez Carmona es “nacida de su soledad y de los elementos vivenciales como un enfrentamiento a la vida para esculpir el mensaje, nada órfico ni onírico, sino profundamente personal en lo circundante, triturado lentamente por la melancolía y la muerte”.

 


Por: Alexander González CNP 25.770

IG: @AlexGonzalezDigital

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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