Derbi total en el Metropolitano

Pablo Barrios y Mbappé, en una foto de archivo del partido de ida. EFE/Juanjo Martín

Madrid, 11 mar (EFE).- Un gol por delante el Real Madrid y aferrado al Metropolitano el Atlético de Madrid, no hay términos medios ni matices en el derbi decisivo de este miércoles por los cuartos de final de la Liga de Campeones, un duelo total, de alto riesgo y tensión, que desborda pasiones y pronósticos frente a las excesivas precauciones de la ida.

Ya no hay otro partido al que recurrir. Son 90 minutos, más si hay prórroga o penaltis. Kylian Mbappé, Vinicius Junior, Rodrygo Goes, Jude Bellingham, Fede Valverde o Thibaut Courtois contra Julián Álvarez, Antoine Griezmann, Alexander Sorloth, Rodrigo de Paul, Giuliano Simeone o Jan Oblak en la vorágine infinita de partidos, presión, responsabilidad y exigencia máxima, sin pausa, que soportan ambos equipos desde inicios de año.

No están en su mejor momento. Ni el Atlético ni el Real Madrid. Pero la dimensión del derbi es hoy gigantesca. Es una revancha casi constante, con dos finales de la Liga de Campeones en el pasado reciente que lo transformaron en el duelo entre dos equipos de una misma ciudad más grande de Europa, ahora enfrentados en una ronda menos expresiva, pero definitiva. Sin la victoria este miércoles, no hay futuro después en la ‘Champions’.

A la espera el Arsenal, que se perfila como el rival del ganador en la siguiente ronda, y en el volcánico ambiente del Metropolitano, el Real Madrid manda por el 2-1 de la ida, que lo condiciona todo. Al vigente campeón le basta con el empate. El Atlético, enfrentado a todos los desvelos que despierta una competición aún imposible, necesita ganar para vivir.

No le queda otra, convencido de que tiene herramientas suficientes para oponerse a la historia (nunca antes superó una eliminatoria contra el Real Madrid en este torneo) y hacer goles al conjunto blanco, como ya lo demostró en la ida. Le faltó la ambición y los riesgos en los últimos metros en el Bernabéu. Ahora los necesita. Sin goles no hay remontada.

Desgastado por tantos partidos, dolido por sus dos últimas derrotas (no enlazaba dos encuentros perdidos desde precisamente aquel batacazo contra el Betis en octubre, cuando reflexionó y reaccionó), al Atlético no le ha sentado nada bien el 2-1 en Getafe.

Pasadas las horas, cambiada la rutina de este martes (no tenía previsto concentrarse hasta la mañana del mismo día del partido, pero finalmente lo hará por la noche de la víspera), mientras la temporada pende de tres partidos (de este miércoles, del duelo liguero contra el Barcelona del domingo y del choque de Copa del Rey contra el equipo azulgrana del 2 de abril), el derbi es un punto crítico. Para bien o para mal.

Diego Simeone lo abordará con casi todo su once tipo, pendiente de Clement Lenglet, por unas molestias, y Rodrigo de Paul, por un golpe. Son las dudas del once del Atlético, que mantiene la baja de Koke Resurrección. El capitán se ha perdido los últimos cinco choques por una lesión muscular de la que ya ultima su puesta a punto.

Si Lenglet está disponible, formará en el centro de la defensa con José María Giménez. Si no, lo hará Robin Le Normand. Si De Paul está listo, tan inspirador y trascendente en el juego ofensivo del Atlético, compondrá el medio al lado de Pablo Barrios. Giuliano Simeone apunta a un extremo. El otro es una incógnita, con tantas dudas como desprende Samuel Lino. Igual que el lateral zurdo: Javi Galán, César Azpilicueta o Reinildo Mandava.

Son fijos en el once Jan Oblak, Marcos Llorente (ya sea como lateral, centrocampista o extremo derecho) y el ataque formado por Julián Álvarez, goleador en cinco de los últimos cinco encuentros, en 22 ocasiones este curso y de forma sublime en el duelo de ida en el Bernabéu, y Antoine Griezmann, tan solo goleador en uno de sus últimos ocho partidos, lejos de la figura determinante de siempre, menos incisivo y decisivo. Lo necesita su equipo.

Enfrente, el Real Madrid llega con sensaciones contradictorias a uno de esos partidos que marcan una temporada. Enterrado el mantra de su incapacidad de vencer los duelos de grandeza del curso, con el poderío mostrado en la inesperada eliminatoria previa a los octavos de ‘Champions’ ante el Manchester City y el triunfo en el derbi del Metropolitano, la temporada ya igualada de mayor número de derrotas de Carlo Ancelotti (ocho), alimenta la duda de la imagen que mostrará en el estadio del Atlético.

Rescató del armario el traje de campeón en la Copa de Europa, una competición que, por motivación y trascendencia, une en el esfuerzo a sus jugadores y en sus momentos decisivos hace desaparecer la pereza defensiva del tridente que tanto lastra al resto del equipo. Y el sentimiento colectivo es que el Metropolitano es un examen decisivo. Un impulso en un camino de espinas a la gloria, con equipos como Arsenal, Liverpool o PSG en el trayecto a la decimosexta. Un varapalo en caso de derrota que haría tambalear a Ancelotti, convirtiendo LaLiga y el Mundial de Clubes en objetivos para cumplir su contrato.

Agarrando con fuerza todos los precedentes tan exitosos como repletos de sufrimiento en la Liga de Campeones ante el Atlético de Madrid, en el pleno de triunfos en las dos finales, Lisboa y Milán, y tres eliminatorias superadas, no hay un solo triunfo en el estadio rival. Ni en el antiguo Metropolitano, posterior Vicente Calderón. Dos derrotas y un empate. De estreno el nuevo Metropolitano que ya conquistó en dos visitas ligueras.

Buscará la tercera Ancelotti, que siempre aseguró las semifinales como técnico del Real Madrid en la Liga de Campeones, con una idea clara. Entendiendo que los problemas de equilibrio de su equipo llegaron desde la falta de solidaridad, nunca del sistema, mantendrá su 4-3-3. No habrá inventos. El tridente Rodrygo-Vinícius-Mbappé con Jude Bellingham a sus espaldas es intocable.

La única duda por resolver en un Real Madrid sin Dani Carvajal ni Éder Militao en defensa, sin su nuevo cerebro Dani Ceballos en la medular, es la posición de Fede Valverde. Apunta al lateral derecho, por el bajo rendimiento de Lucas Vázquez en días grandes, lo que provoca que por una plaza en el centro del campo pugnen tres jugadores. Eduardo Camavinga, el que menos opciones tiene por su momento bajo. Luka Modric, el que más tendría si no llegase de jugar todo el partido ante el Rayo. Brahim, la apuesta sorpresa como premio al rendimiento del jugador que decidió la ida, pero retrasando metros hacia una demarcación que le exigiría más desgaste defensivo.

Con una idea colectiva clara, dispuestos a sufrir con líneas unidas en fases del partido, el Real Madrid se agarra a su pegada (una media de 2,5 tantos por encuentro con 28 en 11 partidos de ‘Champions’) y la intimidación que genera el poderío de su tridente, listo para castigar con velocidad cualquier paso al frente del Atlético que genere espacios. En tres precedentes históricos en eliminatorias que venció 2-1 la ida de local, superó dos (una ante los rojiblancos) y en una ocasión fue eliminado, ante el Juventus.

 

– Alineaciones probables:

Atlético de Madrid: Oblak; Llorente, Giménez, Lenglet o Le Normand, Azpilicueta o Galán; Giuliano, De Paul, Barrios, Lino; Griezmann y Julián Alvarez.

Real Madrid: Courtois; Fede Valverde, Asencio, Rüdiger, Mendy; Tchouaméni, Modric o Brahim, Bellingham; Rodrygo, Vinícius y Mbappé.

Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia).

Estadio: Riyadh Air Metropolitano.

Hora: 21.00.

 


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