Emili Nazareth, nace en un centro de salud de la ciudad y fue remitida casi de inmediato al hospital Central de San Cristóbal, donde murió 13 días después con diagnóstico de paro respiratorio, pero su familia asegura que su deceso se debe a la contaminación en el centro de salud donde contrajo una bacteria.
Afirma su tía Silvia Velandria que el día de su ingreso al Hospital murieron 7 bebés.
Velandria sostiene que no habían insumos, ni medicamentos y que la mayoría de los implementos empleados para tratar a la recién nacida, así como los exámenes de laboratorio requeridos, debieron ser costeados por ellos.
Sólo en medicamentos, insumos y exámenes gastaron más de 8 millones de bolívares en 13 días de reclusión, y como la niña murió, ahora los gastos fúnebres triplica el desembolso de dinero, lo que hace casi imposible la situación.
Pero la contaminación del centro de salud es lo que más les preocupa, y lo que creen pudo ser la causa de la muerte de la infante.
Sostiene la tía de Emili Nazaret que después de cinco días de reclusión los médicos les comunicaron que la niña contrajo una bacteria.
Durante los 13 días que permaneció su familiar en el retén, observó el mal manejo de los desechos dentro de los pisos de hospitalización y presenció a diario varias muertes de niños, señala Velandria.
Alejandra Olarte, se suma a la versión de la contaminación en Hospital Central, “hay una habitación al lado de la sala parto donde ponen los escombros que sacan del pabellón y ahí están los niños y las madres, después salen a decirnos que los bebés se contaminan con una bacteria”.
El llamado que hace Olarte a las autoridades de salud de la región y del Hospital Central, es de una urgente limpieza y desinfección de las áreas destinadas a los recién nacidos, “hagan algo por favor, porque no puede ser posible que todos los días se mueran uno, dos y tres niños y no pase nada”.
Morir otro drama impagable
Pero en la dolorosa muerte no termina el padecer de las familias con sus seres queridos, lograr darles cristiana sepultará es casi imposible por los insostenibles costos de estos servicios.
En el caso de Emili Nazareth, que es una recién nacida y su ataúd es de mínimo tamaño, la familia debió que pagar 70 mil pesos colombianos por la urna (Bs. 5.000.000) además de Bs. 4.500.000 por la remoción del terreno del cementerio, en el Jardín Metropolitano El Mirador, según relata la tía de la niña, Oriana Ramírez.
“Los gastos de velación ni siquiera los hemos podido preguntar”.
Ramírez cuenta que tienen días de padecer desde los económico, “cuando íbamos a preguntar por un examen médico en un laboratorio en la mañana nos daban el precio, juntábamos la Plata y cuando volvíamos en la tarde a mandarlo hacer ya el precio había subido”.