El dinero se lo retienen por días, cuando llegan a taquilla después de colas de 18 y más horas en la calle, les dicen “no hay línea, su cédula de identidad está vencida, necesitamos una carta de trabajo del remitente” o cualquier argumento
Judith Valderrama
@juditvalderrama
Andrea Pocaterra, se vino de Maracay en autobús a Táchira y de ahí a Cúcuta para retirar una remesa enviada desde Miami por su hijo, quien se fue a trabajar allá y le dejó su niña de tres años con discapacidad motora. Salió el martes de Valencia para retornar el miércoles, pero este viernes aun esperaba cerca de taquillas de Western Unión Cúcuta, mientras rezaba, lloraba y pasaba hambre en la calle, porque le complicaron su trámite.
Datos de Naciones Unidas señalan que desde 2015 salieron de Venezuela tres millones 400 mil personas, la mayoría huyendo del hambre; los más aptos se fueron a trabajar y quedaron en sus casas niños, ancianos y enfermos esperando que los migrantes les envíen dinero para sobrevivir.
Las restricciones para recibir remesas en Venezuela los obliga a ir a Colombia a buscarlas, lo que ha hecho próspero éste negocio para ciudades como Cúcuta.
Los venezolanos que migraron, en un 60% envían dinero a su familia por lo difícil de la crisis humanitaria en su país, con esto impulsaron el alza de las remesas en América Latina y solo en 2018 giraron unos $3.471 millones al país, de acuerdo a un estudio de Diálogo Interamericano, elaborado a partir de encuestas en los principales países de destinos de la diáspora.
El drama inimaginable
“Yo dejé la niña con una vecina y me vine el martes, pasé 18 horas en carretera, llegué a Cúcuta a buscar la remesa con la que debo pagar un tratamiento de la niña y comprar comida básica, no puedo trabajar porque ella necesita atención permanente. Me dije, regreso el miércoles y estaré llegando el jueves con la medicina que compraré en Colombia, pero hoy es jueves, llevo dos días esperando me paguen la platita. Todo está correcto, lo del envío, pero me exigen que tenga una carta de trabajo de mi hijo de Estados Unidos para poder retirar el dinero y como yo no tenía cómo conseguirla porque no conozco a nadie aquí ni tengo plata, me demoré un día en conseguir me la enviará. Dormí en la calle porque no tengo dinero para pagar hotel y solo me he comido un pastelito que una señora me regaló porque yo no tengo pesos, traje lo del pasaje de regresar y todo en bolívares, que aquí no valen nada”.
Pero aún con la carta de trabajo de su hijo en EEUU en la taquilla de Western Unión, no le pagaron porque no había línea, dijeron a ella y a todos los que esperaban en la fila.
El monto que recibirá Pocaterra es de 100 dólares, cobraron 5$ a su hijo por la transacción desde EEUU. El monto neto que recibirá ella es 316 mil pesos colombianos, con eso no hará un mercado en Cúcuta, pero comprará la medicina de su nieta y llevará algo de alimentos. A pesar de tener todo los requisitos al día para cobrar, seguía en una cola frente a la plaza del Centro Comercial Ventura de Cúcuta, esperando; su nieta en manos de la vecina y su hijo en Estado Unidos impotente porque el dinero no lo entregaban.
Pocaterra tiene 66 años de edad, sufre de la columna y durmió debajo de una banca de una plaza pública en Cúcuta porque en Wester Unión no le dan su dinero, “un señor me dijo que mientras ellos más retenían el dinero es mejor para ellos, porque pueden ponerlo a trabajar. Debería alguien investigar, no basta con la tragedia que vivimos en el país para que aquí se aprovechan, a pesar de que ganan mucho por remesas, porque son muchos los dólares que les quedan”.
El informe de Diálogo Interamericano señala que los migrantes «están tratando de ayudar a su familia en Venezuela a través de dinero en efectivo o remesas en especies, a menudo a través de mecanismos de envío muy limitados e informales, los únicos que actualmente están disponibles para ellos».
Sostiene el estudio que los resultados sugieren que 75% de los migrantes venezolanos envían entre 20% y 25% de sus ingresos en remesas.
Denunciaron en oficina de EEUU
Otros de los casos compartidos fue el de Yamilet Díaz, narró que llegó desde Valencia Venezuela, luego de más de 15 horas de recorrido en carro y “bastante gasto”. No pudo cobrar en la oficina de Wester Unión de Villa el Rosario, en Cúcuta, porque le exigieron carta de trabajo de la remitente del dinero.
Aún, cuando el único requisito que se tiene que pedir para cobrar la remesa es la cédula de identidad o pasaporte y el recibo o copia del envío emitido por la empresa, en el lugar emisor.
Díaz dijo estar muy molesta con el trato en la oficina de Western Unión, “solo deben pedir cédula de identidad y copia del depósito para confirmar la remesa. Mi prima denunció el caso en Estados Unidos y yo lo haré también”.
Dijo estar desde las 6 treinta de la mañana en Cúcuta y a las tres de la tarde y no había podido cobrar el dinero. “Es un dinero que tengo que cobrar para poder comprar un medicamento para mi abuela que tiene 86 años”.
Agregó Yamilet Díaz, que las casas de Western Unión de Colombia se están beneficiando con el dinero que les ingresa por remesas para venezolanos, porque no es un servicio gratuito.
Con cédula vencida no les pagan
Otros de los obstáculos que ponen oficinas de la Western Unión de Cúcuta, es que la cédula de identidad o pasaporte venezolano estén vigentes, a pesar de que se sabe que actualizar documentos en Venezuela resulta casi imposible.
Naida Montilla, llegó muy temprano al Western Unión ubicado en el Centro Comercial Ventura, después de hacer horas de cola para ingresar a la oficina no le efectuaron su pago porque su cédula de identidad estaba vencida, “me tuve que devolver a Venezuela y busqué una cédula vigente, regresé y debí volver hacer la cola para cobrar y lo que voy a buscar son 74 mil pesos que mandó mi cuñado de Ecuador para comprar algo de comida aquí”.
A las 11 de la mañana, narra Montilla, se fue la línea en la Western Unión, fue lo que les dijeron, por tanto paralizaban el proceso. “El celador me dijo: no tengo por qué darle explicaciones, porque allá arriba me dijeron que no debo dar explicaciones. Yo le dije que es un servicio que ellos están cobrando, cobran 5 dólares por la remesa, no es gratis, y miren todo el trabajo que tenemos que pasar”.
Los VIP no hacen cola
Edison Flores, asegura que hay maltrato y mafias alrededor del cobro de las remesas para los venezolanos en algunas oficinas de Western Unión de Cúcuta, cita el caso de la agencia ubicada en el Centro Comercial Ventura, que expulsa sus clientes a la plaza del lugar y los hace esperar de manera inhóspita en la calle, por largas horas.
“Supuestamente no hay línea y todo lo volvieron un negocio los Western. Nosotros quienes tenemos cédula colombiana no tenemos el privilegio de poder pasar tenemos que calarnos la cola aquí en la calle. Entonces, cobran por recibir el envío, por retirar el envío y aparte de eso están prestando un mal servicio hacia la comunidad”.
Flores a las 2 de la tarde no había podido cobrar su dinero y estaba esperando desde las 8 de la mañana, dice que el gobierno colombiano ve las cosas y las pasa por alto, porque hay gente cobrando 40 mil pesos para pasar a los clientes de una vez, “VIP, dicen, y sin hacer cola”.