En medio de la conmoción por los incendios forestales, que han destruido 120 hectáreas de vegetación en el Parque Nacional Ramal de Calderas, parte de las montañas de Niquitao y Burbusay, la comunidad levanta su voz para reclamar por el abandono de la parroquia Monseñor Jauregui (Niquitao).
Ante la indiferencia gubernamental y municipal por los incendios ocasionados en en la cordillera de esta parroquia, que ya tienen una semana sin ser apagados, el luchador social niquitaense Ramón Moreno expresó su preocupación a Diario de los Andes «específicamente me estoy refiriendo al incendio originado en el Ramal de Calderas donde son desconocidas las hectáreas de candela que aún se registran en ese lugar donde la fauna, flora y el ecosistema en general, está muerto y no se ve la presencia de ningún organismo».
Moreno explicó que «Gracias a un grupo de Guardaparques que hacen vida en nuestro pueblo, pero carecen de todo tipo de implementos; carecen de uniformes, botas y pare de contar para acometer en estos momentos, el incendio ha sido tratado de apagar. Pedimos que se le ponga seriedad al combate de los incendios forestales y si hay que enjuiciar a los piromaníacos que comiencen las investigaciónes. No estoy señalando nombres ni acusando directamente a nadie, pero es muy extraño que después de sofocada la candela y transcurrido un tiempo prudencial, algunas personas comienzan siembras de diversos rubros. Por eso decimos, que se deben establecer responsabilidades al respecto».
Además de esto, indicó que las vías para la comunidad de Niquitao y Tostós están muy deterioradas, los conductores y productores pagan a personas ajenas a la alcaldía para que realicen la poda de las curvas en la carretera, para evitar accidentes, pero eso no es suficiente, adentrarse en éstas vías es un peligro latente por la falta de alumbrado y las irregularidades en el terreno de la zona.
El dirigente denuncia que ni la plaza de la localidad, está completamente desasistida, que la Misión Barrio Tricolor se comprometió a colocar bancas, postales y hacer la poda y el mantenimiento del busto, pero se encuentra en muy malas condiciones, una de las plazas en peor estado del llamado Jardín de Venezuela.
Para finalizar la población espera que este y otros problemas sean solucionados, que cuenten con mejores servicios públicos y salud, para tener una mejor calidad de vida.