Los países que disfrutan de elevados niveles de desarrollo y bienestar son aquellos que tienen sólidas instituciones, altos niveles de libertad y una democracia que funciona. Son sociedades confiables y seguras, libres y de gobiernos responsables, es decir que responden por sus actuaciones.
La democracia es el mejor sistema de gobierno que existe, sin ser perfecto, y se refiere a una forma de administrar a un país mediante la participación directa e indirecta de los ciudadanos. Se diferencia de otros sistemas donde las decisiones las toman un grupo (aristocracia, oligarquía), o una persona individual (despotismo, dictadura, monarquía). Es importante aclarar que la democracia es consustancial a la República, que una forma de organización del Estado en tres poderes clásicos: ejecutivo, legislativo y judicial, los tres electos por el pueblo mediante los mecanismos establecidos en la Constitución. Y también es bueno decir que existen “monarquías democráticas” donde el monarca representa al Estado y el gobierno se ejerce en la forma tradicional como es en Inglaterra o España para citar dos ejemplos.
Para que la democracia funcione debe estar fundada sobre el respeto por la dignidad de la persona humana, que implica un gran celo por la libertad y la igualdad. El único valor supraindividual es el bien común que se refiere al interés general. Así mismo hay tres principios fundamentales: la legitimidad, el consenso y la representación. El primero -la legitimidad- significa «conforme a derecho»; nada fuera de la Ley. El consenso es la general aceptación de las políticas públicas, pero como es difícil la unanimidad el consenso parcial le da legitimidad a las instituciones. El principio de representación se refiere a que los gobernantes representan a los ciudadanos que los eligen por votación universal.
Para que la democracia funcione tienen que funcionar a cabalidad los partidos políticos que son normalmente los vehículos para canalizar las opiniones políticas y la participación electoral. Esos partidos tienen que tener igualmente los valores democráticos. Y finalmente tiene que existir una ciudadanía activa y participativa, organizada sobre todo en multitud de asociaciones, comunidades, gruposy demás sociedades intermedias. Es lo que comúnmente se llaman “organizaciones de la sociedad civil” (ONGs). En los países cuyos ciudadanos participan en varias organizaciones civiles de diversos tipos, la gente prospera y existe alto grado de bienestar. Son asociaciones ciudadanas de muy diversos tipos, desde grupos culturales y deportivos hasta de caridad.
Instituciones, libertad y democracia son los caminos del bienestar.