Por: Luis A. Villarreal P.
Algunos actores políticos que han estado allí, en el batallar continuo por el cambio que Venezuela requiere, están canalizando —sin complejos— sus aspiraciones de liderazgo a través de la libre participación del electorado que es quien a fin de cuentas debe zanjar la situación de legitimidad y genuina representación del país.
Esta actitud —de darle confianza al pueblo, de contribuir a instruirlo, para que su voto sea más consciente y digno, pensando sólo en el país— es la que debemos reconocer, respaldar y emular, porque será trascendente en el perfil de nuestra Venezuela democrática.
Delsa Solórzano, con su partido Encuentro Ciudadano y comando de campaña ‘Unidos Somos Mejores’, es una de esas figuras políticas que han asumido el reto de medirse para dejar clara su cualidad política democrática, el rol de demócrata sin reticencias ni reservas; asumiendo el compromiso de unirse a quien salga favorecido; y, sobre todo, para fortalecerse en el sitial que la ciudadanía le pueda dispensar con su respaldo electoral, hasta los momentos muy importante.
Por ello, y en la tónica ciudadana de evaluar estas propuestas para redefinir en lo que hay que creer y su viabilidad, y por supuesto a quién le correspondería llevar la batuta de la orquesta opositora, es que nos incumbe opinar ahora sobre la propuesta que DS ha venido difundiendo, y que nos parece está en sintonía con las que hasta ahora hemos tenido explicación de sus respectivos proponentes. Todo esto en interlocución y expectativa ciudadana que —junto a los entrevistadores— también hace preguntas, para aclarar dudas y para conocer la madera del entrevistado.
En vez de interpretar dicha propuesta como ‘nueva’ o ‘diferente’, se me ocurre que más bien es reiterativa del trabajo a desarrollarse en Unidad, sobre lo que debería hacerse con la Venezuela traumatizada en el gobierno transicional.
Delsa no ofrece sino que reitera sobre qué estará puesta su atención, dónde sus esfuerzos y sacrificios, para llevar a cabo en disciplinada secuencia cada uno de los requerimientos del cambio; la satisfacción de las necesidades democráticas de nuestro país, para que su gentilicio alcance los niveles de bienestar y justicia, reivindique los derechos humanos que le han sido conculcados por un régimen que obedece a muchos intereses marginando nuestra nacionalidad.
Celsa, en síntesis, según interpretamos, nos aclara que:
— No hace propaganda populista, sobre propuestas inviables.
— El problema de Venezuela es estructural.
— La impunidad oscila el 99%.
— Venezuela está dominada por grupos irregulares. El Estado venezolano está secuestrado por ellos.
— Los Colectivos son agentes paramilitares y ocupan los cuerpos de seguridad del Estado que deben depurarse.
— Resolver el problema de la crisis es complejo si no se hace integralmente.
— La Justicia, en primer término.
— No hay garantía del derecho humano a la educación.
— No hay Ley de Presupuesto.
— No hay Sistema de Crédito porque no existe poder adquisitivo.
— La Inversión en Venezuela sólo será posible con Seguridad Jurídica, Libre Empresa y Propiedad Privada.
— Las Empresas Básicas no deben estar en manos del Estado. No, al Estado propietario.
— La Comisión Nacional de Primarias, debe garantizar la protección de identidad de los electores.
— Se debe insistir en la Unidad de la Venezuela de bien; y en el respeto a la voluntad de la ciudadanía.
— De acuerdo en solicitar al CNE los centros de votación y la impresión de los Cuadernos de Votación para Primarias.
— Hay que dar una batalla jurídica por la Guayana Esequiba.
— La FAN debe permanecer para el resguardo de Venezuela.
— Se debe crear el Ministerio para el Adulto Mayor.
— La Transición debe crear las garantías, un mecanismo organizado, para que vuelvan los que se han ido del país.
— La Reelección Indefinida debe eliminarse. Es un vicio.
— Un Primer Decreto Presidencial: Liberar los Presos Políticos.
— Tener la Obligación Moral, Ciudadana, Patria, para recuperar la democratización, y no regalarle el país a la satrapía.
Seguramente, en el programa de gobierno, que según sus palabras está por venir, Delsa nos dará explicación más organizada de lo que son sus propósitos en la lucha por la recuperación de Venezuela.
Por otro lado, y aparentemente, el proceso de la organización de las Primarias sigue su curso silencioso e inmutable. No se sabe más sobre tropiezos o avances de la Comisión Nacional de Primarias que recibe constante apoyo por parte de partidos y líderes exigentes. Todos ellos esperan ser complacidos con que las Primarias sean asunto que incumba sólo a opositores y no satisfaga el interés del oficialismo a través del CNE.
Tampoco la Plataforma Unitaria Democrática dice algo nuevo sobre el Diálogo en México, y el régimen sigue esperando los 3.200 millones de dólares ‘prometidos’, y condiciona la continuidad en el diálogo si lo liberan de las sanciones. Bajo estas circunstancias no se vislumbra siquiera que este Diálogo se reactive, y por lo tanto no se espera por esa vía algún acuerdo sobre Elecciones Libres. La opinión de EEUU no se ha manifestado en torno a la parálisis de este proceso, debido a las excusas y negativa de Miraflores para comparecer ante el mismo, estando obligado por el Memorando de Entendimiento.
Continuamos a la espera de informaciones frescas, al respecto de cómo ir dando firmeza a la esperanza y al optimismo, porque al decir de muchos el 2025 se ve muy lejos.
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