Néstor José Torres Barreto se retiró por incapacidad de las Fuerzas Armadas Policiales del estado Trujillo, tras prestar más de 20 años de servicio a la institución, se mudó a una casa modesta que le asignó el gobierno regional en Los Olivos 2 de Motatán.
Tenía un par de años en la tierra de la caña, la piña y el tambor, pero no fue sino hasta la tarde del sábado que criminales de la zona lo atacaron, presuntamente como venganza contra él y su hermano, por haber abatido mientras estuvieron activos a varios delincuentes.
Cuando Néstor Torres iba a preparar la cena, dos sujetos ingresaron sigilosamente a la vivienda y al localizarlo en la cocina le propinaron tres disparos por la espalda y huyeron antes de poder ser detallados por sus familiares, quienes tampoco tenían como defenderse.
La familia se comunicó para notificar lo que ocurrió, esperaron a que llegara la comisión del Cicpc a colectar las evidencias y levantar el cadáver, lo trasladaron al Senamecf en Valera para la autopsia de ley y luego sería entregado a sus parientes, lo velarían en su casa materna, en San Luis, Valera.
Los gastos fúnebres los cubriría la institución, pues durante el ejercicio los funcionarios pagan cuotas especiales para contar con ello, sin embargo, “el hueco” debía buscarlo y costearlo la familia, y la cifra supera el millón de bolívares.