Morelia Valero.
La viña es del señor y nosotros somos sus siervos, hombres y mujeres que hemos aprendido amar al Espíritu Santo y que en medio de las pruebas reconocemos que el sufrimiento lejos de endurecer nuestros corazones y debilitar nuestra fe, nos pone de rostro a la Confianza que se debe formar en nuestro carácter, para ser testigos del amor de DIOS. Con estas palabras inicio esta nota, que dedicamos a nuestros hermanos del Zulia, quienes gozosos por tan maravillosa celebración, no tenían la menor sospecha, de que al regreso de esta hermosa fiesta, el dolor y el sufrimiento serían parte de este inolvidable evento. Para ellos desde Trujillo, nuestro cariño, oración y solidaridad.
Hace 50 años, que los carismáticos son parte de la historia del catolicismo venezolano y su constancia y buen testimonio han dejado claro, que su camino de conversión, esta fundamentado en la obediencia a la palabra de DIOS y al magisterio de la Iglesia. Si algo muestra la esencia del milagro de la conversión, son los frutos y está bella corriente de gracia, puede atribuirse miles de vocaciones sacerdotes, que en el ejercicio de sus manifestaciones espirituales, ha logrado consolidar en el seno de la Iglesia Católica. Reflejo de esta afirmación son el padre Gregorio Antonio Pérez, actual asesor Diocesano de la RCC y el padre José Gregorio Ángel Luque, miembro del Comité Nacional de la RCC en el área de vocaciones sacerdotales y quienes acompañaron y dirigieron a la delegación trujillana en esta fiesta nacional. El padre Gregorio Antonio Perez, expresó su gran alegría por estar al frente de esta responsabilidad Diocesana, que lo compromete a mostrar el trato amoroso del Espíritu Santo con la Iglesia, pues la Iglesia sin es Espíritu Santo no es iglesia, ella nació en Pentecostes y la RCC ha colaborado con esta obra de Amor de la tercera persona de la Santísima Trinidad. «Este servicio es imparable y todos debemos hacer un esfuerzos por mejorarlo, por ello es importante que mostremos los frutos de la obediencia, la humildad y la caridad, éstas virtudes deben direccionar el camino hacia la santidad, al que estamos llamados, sin postergación alguna. Gracias a Dios, la RCC en Trujillo, posee un gran equipo de laicos, maduros en la fe y experimentados en la buena obra de la evangelización»
De igual forma el padre José Gregorio Ángel, miembro del Comité Nacional expresó, que este evento fue un regalo para seguir creciendo en la fe, «Pude rememorar los tiempos gratos de Monseñor Felix Serrano y el padre Fernando Fernández y agradecer la obra de ambos en pro de esta corriente de gracia, vivir este encuentro con el resto de las delegaciones, me reafirma el compromiso que asumí con el área de las vocaciones, pues ser un sacerdote con la vivencia de la Renovación Carismática nos hace más sensibles al dolor y sufrimiento del pueblo de DIOS.»
El encuentro tuvo lugar en el Gimnasio Papá Carrillo de la Dioses de Petare, la Eucaristía fue presidida por su Obispo Monseñor Juan Carlos Bravo Salazar, quien en su homilía manifestó la importancia de la RCC en la obra evangelizadora de la Iglesia. En este evento participaron buenos predicadores, como Monseñor Roberto Sipols, pero sin duda alguna el momento mas significativo, luego de la Eucaristía, fue dirigido por el padre Badoglio Duran, asesor de la Diosesis de Barquisimeto, quien guiado por su amplio saber en el Espíritu de DIOS, dirigió uno de los actos más sagrados de la vida de la Iglesia Católica, La exposición y adoración al SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR, nuestra fe católica, no sería lo que es, sin la bella fórmula de la hostia consagrada, el lugar se lleno de la gloria de DIOS y todos nos rendimos ante la sencillez de un DIOS, que se quedó entre nosotros en formas simples y humildes.
Finalmente le cantaron el cumpleaño 50 a la RCC y como nota grata se encontraba también de cumpleaño Monseñor Ramón Aponte, trujillano muy querido en toda Venezuela, por su sencillez y amabilidad. Sin duda alguna , los sacerdotes más queridos, no son los más sabios, sino los más humildes y sencillos, Monseñor Ramón Aponte, lo ha hecho muy bien.
La Delagacion de Trujillo, compartió grato amor de manos de sus nobles servidores, el buen humor de los hermanos de Tuñame y de la Quebrada, el cordial trato del Comité Diosesano y de forma especial la nobleza de los hermanos de la comunidad de Moron, quienes siempre muestran su gran condición de buenas personas. Regresamos sanos y salvos, agradecidos de Julio, el chófer del Autobús, quién cuido de no quedarse dormido, como tristemente paso con la delegación del Zulia, a quienes amamos en Cristo Jesús y por quienes oramos en medio de este sufrimiento.
DIOS bendiga la RENOVACIÓN CARISMÁTICA DE VENEZUELA.
Morelia Valero.