Los nuevos relatos de Toribio Azuaje, nos entrega sus vivencias de su niñez campesina en las vegas de Biscucuy; El ritual de la taza de café. ‘’’El café está con nosotros hasta en los sueños, siempre nos acompaña, es mañana de lluvia, es descanso del agotador trabajo de cultivar la tierra, el café es esperanza, es sueño, es nuestro territorio y nuestro ser, es el conuco y la cosecha en abundancia, es mujer trabajadora, es madre cuidadora de sueños, es el conuquero que con sudor y lucha cultivan esperanzas. El café es el campesino en carne viva. Como les dije antes, el café no es una bebida, es una invitación a la vida’’’ .El cultivo del café es unas de las herencias de la economía agroexportadora del siglo XIX ,que se estableció en los pueblos del pie de monte andino, su permanecía como cultivo por más de doscientos cincuenta años, logrando constituir una sociedad de la cultura agrícola del café, resistiendo todos los embates desde la guerra de independencia donde ofrendaron su vida más de la mitad de su población joven ,los cafetales fueron la barrera para impedir la penetración en su territorio de la guerra Federal y se trasformaron en ejercito a finales del siglo XIX comandados por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez para tomar el poder los andinos y el destino de la República .
El surgimiento a inicios del siglo XX del estiércol negro del demonio pretendiendo borrar del mapa productivo al café, la nueva renta petrolera estableció una nación agro importadora , la denominada economía de puertos a pesar de haber dispuesto de inmensas fortunas de miles de millones de dólares en más de un siglo de vigencia económica, con una sociedad venezolana enajenada, adoradora de los bienes de consumo importados, les fue imposible arrancar toda su gente de los cafetales de las montañas y serranías, si bien redujeron las superficies de sembradíos, no los pudieron vencer, al preservar las costumbres más sentidas de la familia venezolana , la tasa del café mañanero el primer estímulo para levantarse para iniciar sus jornadas laborables, una taza de café es la invitación gentil al buen amigo que nos visita, la buena conversa se estrecha con el escurrir en una manga de tela el café de la tarde, los aromas del café representan la cordialidad del ser venezolano.
Los agricultores del café han construido la resistencia cultural ante la hegemonía trasculturizante de una sociedad de consumo , deshumanizada y de valores individualistas ,el trabajo del campo, la constancia, preservación de sus cultivares bajo sombra, nuestro café criollo campea por sus aromas insustituibles al meterse en los tuétanos de las costumbre del venezolano, son únicos los sabores provenientes de las montañas, los campesinos del café son héroes de la resistencia endógena al mantener una actividad viva ante los embates en diferentes épocas y en la actualidad de quienes pretenden borrar del mapa agrícola la producción del café criollo.
Don Mario Briceño Iragorry nos refiere en su libro Alegría de la tierra en el artículo El Café, publicado en 1952, en él se refiere a un obsequio que le efectuó un amigo de un frasco de esencias de café proveniente de Escocia y que al prepararlo en agua caliente , le resulto un brebaje con el sabor desagradable del Sedebrol,’’’El orgullo y la satisfacción que experimente hace trece años, se me han convertido hoy en frio de vergüenza al tener en mis manos la Coffe and chicory essence, destilada en Glasgow Escocia. La he visto no solo como expresión de un ridículo esnobismo que está destruyendo nuestras más profundas fibras nacionales, sino como el epilogo sombrío de una cultura. Para mí el alargado frasco contentivo de la amarga mixtura con que se intenta cafetizar el agua caliente, es perspicuo testimonio de la derrota infligida a nuestra agricultura por la peligrosa torre de petróleo’’’
Como hace para resistir el campesino, el agricultor, el conuquero, el caficultor ante un Estado opresor que pretende borrarlo de sus actividades y costumbres agrícolas .la respuesta es que han construido una sociedad resilente, la conversa alrededor de un jarro de café es la fuente de su capital social, es una cultura de la resistencia. La agricultura del café es la cultura de la excelencia ,el agricultor mantiene el mayor celo y cuidado de sus cafetales, que están ubicados en terrenos de laderas, zanjones y pequeños valles intramontanos, con condiciones climatológicas y altitud adecuadas para el establecimiento de los mejores cultivares, las actividades rutinarias son todas manuales, la participación del hombre, la familia y la comunidad son las que efectúan las jornadas, mediante formas comunitarias acordadas del convite, media vuelta o el pago justo del jornal.
Todas las actividades son determinadas por las fases lunares para efectuar las prácticas agronómicas del mantenimiento, limpieza, fertilización y los controles de plagas y enfermedades, el propósito es lograr los más altos niveles de producción, incrementarlos cada año, con las buenas cosechas, el esmerarse en la recolección de las bellotas en los momentos adecuados, el seleccionarlas en las jornadas de cosechar, despulpar, lavar, trillar y secar el café, todas son actividades manuales y artesanales para obtener un grano de café de primera calidad
El café criollo es el cultivo más agroecológico son únicos por la flora y bajo sombras de bosques de bucare, productor de agua, preserva la fauna, arraiga al hombre a la actividad más noble el cosechar los alimentos ,los espacios de sus cafetales están ubicados en las laderas, zanjones, en serranías y pequeños valles, el pie de monte andino, verdaderos paraísos naturales ,conviviendo con sus pueblos de tapiales y tejas criollas, son cuatro mil familias que ocupan un espacio territorial de cuarenta mil hectáreas de café los pueblos de Rubio, Bramón del Táchira, las Virtudes, Santa Cruz de Mora, Tovar en Mérida ,Bocono, Campo Elías, Guaramacal, Cuicas, Monte Carmelo, Tostos , San Lázaro en Trujillo Chabasquen Biscucuy en Portuguesa, Altamira de Cáceres y Calderas en Barinas y Los humocaros, Guárico, Anzoátegui en Lara.
Los agricultores del café fueron sometidos en los últimas dos décadas a los mayores embates para la destrucción de sus unidades de producción, al ser el mismo Estado venezolano el ente importador del café mediante convenios de países productores de café como Nicaragua y el Salvador ,convenios del intercambio del petróleo y sus derivados por el café centroamericano que suministraban a las empresa torrefactoras a precios de dólar preferenciales ,los café centroamericanos de pésima calidad competían deslealmente con la producción del café nacional. Las consecuencias fueron la disminución de la superficie sembrada y en casos extremos la ruina de caficultores que optaron por el cambio de uso de suelos donde existían cafetales fueron sustituidos por cultivos de cítricos como fueron los cerros de la Chapa en Pampanito Trujillo y por cultivos de hortalizas en los campos de Bocono.
Es el propio Estado, El Presidente, su burocracia, sus ministros enquistadas con prácticas antinacionales han proliferado en estas políticas, aprobando leyes con rangos’’’ constitucionales’’’, como la ley antibloqueo en su desesperación para mantenerse en el poder a costas de entregar la soberanía nacional. Don Mario Briceño Iragorry en su artículo, publicado en 1952 “” LEXICO PARA ANTINACIONALISTAS’’, se refiere al termino pitiyanqui, al ser abordado por un citadino quien le pregunta …Y….ESO DE PITIYANQUI QUE SIGNIFICA DON MARIO?., Inquiría el amigo sin nombre, porque en esto de la defensa de la nacionalidad topo con numerosos e imprevistos amigos acerca de calificativo que en algunos escritos he dado a los compatriotas prestados a hacer el juego a los intereses norteamericanos, en perjuicio de los sagrados intereses de Venezuela. La palabra pitiyanqui no la he inventado yo. La palabra es puertorriqueña. la acuño el alto poeta Luis Llorens Torres. Su origen semántico quizá tenga algo que hacer con la florida imaginación del poeta. La voz piti, como alteración del francés petit, entra en la palabra pitiminí, recogida por la Academia y con lo cual se designa el rosal de ramas trepadoras que echa rosas menudas y rizadas. Llores Torres, más que en las rosas, debió pensar en la actitud trepadora de los compatriotas que se rindieron al nuevo colonialismo ‘’
Hoy ante la destrucción de la industria petrolera y la disminución de la renta petrolera. Ante un Estado en ruinas, por el haber despilfarrado la mayor riqueza en la historia de la Republica, y el encontrarnos hoy con los mayores niveles de pobreza de su población, El gobierno nacional ha implementado una política de alianza comercial con el imperio asiático de China, atentando contra la producción nacional de los agricultores cultivadores del café, provocando la parálisis de las pequeñas torrefactoras regionales que tuestan y procesan el café criollo.
Esta conducta antinacional de otorgarles licencias de importación libres de pagos de aranceles, a los comerciantes asiáticos quienes han procedido a importar de la Republica de Brasil un café molido denominado ‘’café torrado”’’, que es una mezcla de granos de café partidos que son el desperdicio en la selección de los cafetos, le agregan maíz tostado y azúcar moscabada, un mezclote sin aroma con sabor desagradable similar al brebaje del Sedebrol denunciado hace más de setenta años por Don Mario Briceño Iragorry y que acompaño con el aderezo en varios artículos del calificativo de pitiyanqui para quienes eran serviles a los interés antinacionales del nuevo colonialismo norteamericano, hoy setenta años después estamos en presencia de los nuevos petit, de compatriotas disminuidos y serviles al nuevo colonialismo proveniente del mayor continente de la humanidad el imperio de la República Popular China, fundada por el campesino ,camarada Mao Zedong…..por ello los actuales trepadores los denominaremos los PITI MAO .
Hoy el país, nos reclama desde sus entrañas, su angustia y pobreza, encaminarlo hacia nuevos senderos de prosperidad, el convocar la unidad fraterna de la gran mayoría de su población que desea un cambio de rumbo político, todo dentro de de la Constitución Nacional, somos nosotros, los venezolanos convocados a la conversa para debatir y acordar, el resistir y avanzar, la constancia será la partera de los nuevos días de democracia y libertad, como los indica Don Mario Briceño Iragorry ’’’’ Hablaremos en torno a una taza de café, con la misma esperanza con que hablaron los visitantes del padre Mohedano, con la misma esperanza y con la misma fe con que en 1811 platicaban en la Sociedad Patriótica, seguramente en torno a sendas tazas de café, Miranda, Bolívar, Francisco Espejo, José Félix Ribas, Juan Escalona, Martin Tovar Ponte y con la misma esperanza angustiada con que los grillos y barrotes, preparaban su miserable guayoyo Joaquina Sánchez y Luisa Cáceres de Arismendi, patronas de las mujeres que saben luchar por el decoro y la libertad. Tomemos como símbolo de nuestros valores vernáculos, el aromoso café, tomémoslo hasta con un valor de rito sagrado. Si en el simbolismo realístico de Anteo, este para ganar nueva fuerza, necesita pisar la tierra nutricia, pensemos que al regustar el licor de nuestro criollísimo fruto, estamos comulgando con la tierra de nuestros padres, estamos respirando el aire que en nuestros campos acaricio las rojas bellotas, estamos iluminando nuestro espíritu con los mismos fecundos rayos solares que quedaron aprisionados entre las níveas estrellas en flor de los cafetos’’’
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