Carolina Jaimes Branger
¡Qué caro le han costado al mundo los líderes narcisistas! Sus comportamientos arrogantes, como si jamás se equivocaran, han hecho y seguirán haciendo un daño terrible.
Tal es el caso del cierre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), una iniciativa de Donald Trump y Elon Musk. No dudo que haya corrupción, y si la hay, pues que se lleven a cabo las averiguaciones de rigor y se castigue a los responsables. Pero… ¿cerrar la agencia? ¿Alguno de ellos pensó en algún momento el impacto social significativo que este cierre tendrá en las regiones más desfavorecidas del mundo? Y si lo pensaron, no les importó…
USAID ha sido históricamente una de las principales fuentes de financiamiento internacional para proyectos de desarrollo, salud, educación y mitigación de desastres en muchos países en desarrollo. La retirada o reducción de su apoyo va a tener múltiples y gravísimas implicaciones, tanto a nivel local, como internacional.
Desde una perspectiva neutral, hablemos de algunas de las iniciativas que se verán afectadas. Empiezo por Salud y Bienestar. USAID ha jugado un papel crucial en la mejora de los sistemas de salud pública en muchos países. La interrupción de su apoyo podría afectar la continuidad de programas esenciales, como los de vacunación, salud materna e infantil, y control de enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y el VIH/SIDA.
Con respecto a esta última, USAID ha sido un actor clave en el financiamiento e implementación de programas de salud que proporcionan tratamiento antirretroviral (ARV) a unas 50 millones de personas en todo el mundo. La interrupción de estas actividades tendrá consecuencias humanitarias profundas y duraderas. Los ARV son esenciales para el manejo del VIH, ya que ayudan a suprimir el virus, mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir la transmisión. Sin estos tratamientos, las tasas de mortalidad y morbilidad asociadas con el VIH/SIDA podrían aumentar drásticamente.
En el ámbito educativo, USAID ha contribuido a aumentar el acceso y la calidad de la educación, especialmente para niñas y grupos marginados. El cierre de sus programas podría significar menos recursos para escuelas, capacitación docente y materiales educativos, lo que podría afectar negativamente el rendimiento académico y las tasas de alfabetización.
USAID también ha sido un catalizador para el desarrollo económico a través de la financiación de proyectos de infraestructura, agricultura sostenible y empoderamiento económico. La suspensión de estos programas podría ralentizar el crecimiento económico local, afectar la creación de empleo y limitar el acceso a mercados internacionales para productos locales.
Ni hablar del importantísimo papel que USAID ha llevado a cabo frente a desastres naturales y crisis humanitarias. Sin su apoyo, las comunidades podrían enfrentar mayores desafíos para prepararse y recuperarse de situaciones de emergencia, lo que podría aumentar la vulnerabilidad y la inseguridad alimentaria.
Y por último, pero no menos importante, USAID ha apoyado iniciativas para fortalecer la gobernanza democrática y la promoción de los derechos humanos. La retirada de estos programas podría impactar los avances logrados en transparencia gubernamental, participación ciudadana y protección de derechos fundamentales, especialmente en contextos donde las instituciones son frágiles.
Repito lo que dije al principio: si hay corrupción dentro del organismo, la solución es efectuar las averiguaciones, denunciarla y que se juzgue y sentencie a los implicados. En ningún caso debería ser cerrar, de golpe y porrazo, una de las instituciones que más ha ayudado a millones personas en todo el mundo desde su fundación en 1961 por el presidente Kennedy.
El cierre de USAID es una demostración de lo que viene con Trump, Musk y sus aliados, detentando poderes ilimitados y creyéndose los dueños del mundo. Egocéntricos y arrogantes, no sienten la más mínima consideración, compasión o empatía por nadie. Que Dios nos agarre confesados…
@cjaimesb