Luis Cárdenas.- El futbolista portugués Cristiano Ronaldo no ha tenido un gran regreso post pandemia Covid-19. Tras un primer partido ante el AC Milan en la semifinal deslucido, donde incluso falló un penal, este miércoles no pudo evitar la debacle de la Juventus en la final de la Copa Italia contra el Napolés, donde perdieron en la tanda de penales el título y el luso ni siquiera llegó a patear.
Acostumbrado a ganarlo todo, siendo siempre una maquina goleadora, este regreso a los terrenos no ha sido para nada afortunado para CR7, quien en 180 minutos no ha podido marcar y en el partido trascendental se ha quedado en la lista como el quinto pateador, el que debía liquidar la serie y levantar la copa. No ocurrió.
No es la primera vez que le pasa al cinco veces ganador del Balón de Oro, que en las definiciones se apunta para lanzar el quinto, el bonito, el que te llena de gloria. Pero para poder llegar allí tiene que contar con la eficacia de sus compañeros o con la magia del portero para mantener la eliminatoria viva hasta ese penal. No ocurrió ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario.
La Juve en lo colectivo en el tiempo reglamentario no estuvo fina, a tal punto que la figura del equipo fue el experimentado y cuarentón portero Gianluigui Buffon, quien paró de todo para forzar la tanda de los penales. Siempre el primero y el último en cobrar por cada equipo suelen ser los mejores pateadores.
Por la Juve inició el argentino Paulo Dybala… el guardameta de Napolés le detuvo el lanzamiento. Para el colmo de males, Danilo, el segundo cobrador, la mandó a las nubes. Entonces ya la eliminatoria estaba prácticamente liquidada, solo un milagro los podría salvar, pero ni con las grandes atajadas de Buffon ocurrió y Cristiano tuvo que salir cabizbajo y decepcionado por una nueva frustración en un partido definitorio.
Cabe destacar que es el segundo año de CR7 en Juventus y es el segundo año que su club no gana este título, después de haberse coronado seis veces seguida. Solo mera casualidad, pero que para un futbolista de la talla del portugués, quien a sus 35 años sigue en un club grande por retos importantes, no se puede permitir este tipo de fracaso. Al menos no para Ronaldo.