Señor Rector
Señores Miembros del Consejo Universitario
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Éste organismo no me es extraño. De él formé parte como delegado estudiantil y como representante profesoral. Hoy, vuelvo a ser su miembro, como Representante del Ministro del Poder Popular Para la Educación Universitaria, Dr. Ricardo Sánchez.
A la Universidad de Los Andes nos debemos. En sus aulas nos hicimos profesionales de la Historia. Impartimos docencia por más de treinta años, en pregrado y postgrado. El Núcleo Universitario “Rafael Rangel”; la Facultad de Ciencias Jurídicas, Políticas y Criminológicas y la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, han sido el albergue en donde hemos dado rienda suelta a nuestras propuestas de docencia e investigación. Sus resultados están plasmados en más de una docena de libros, decenas de ponencias para seminarios, conferencias y foros a nivel nacional e internacional. La administración académica, aunque no ha sido nuestro fuerte, también la hemos ejercido. Nos desempeñamos como Director (e) de Cultura y Extensión del NURR; en varias oportunidades fuimos Jefe del Departamento de Ciencias Sociales y Representante Profesoral ante el Consejo de Núcleo del NURR. La actividad gremial también nos atrapó. Ejercimos la Presidencia de la Seccional Trujillo y, la Secretaría de Asuntos Gremiales de APULA. Presidimos la Sub-Comisión Electoral en Trujillo.
En los predios de la ULA nos formamos para ser lo que somos. En sus aulas están depositadas nuestras vivencias académicas y políticas, de aquellos años de juventud. Aunque, déjenme decirles que, no somos de quienes ven pasar el tiempo, lo vivimos. Por eso, seguimos siendo jóvenes. Y, siendo la Universidad un espacio donde florece por todos lados un espíritu juvenil, siento que éste foro es un escenario fresco, para el debate creador, esperanzador, en donde tendremos tiempo suficiente para pensar nuestra Alma Mater.
La Universidad de hoy es muy distinta a la de ayer. Y, esta no es una frase con la cual queremos hacer referencia al tiempo. No. Con ella nos referimos al ethos ontológico de su Ser. A la necesidad de horadar lo más profundo de su “mismidad” para encontrar las razones que den explicación a la situación de crisis que hoy vive nuestra Universidad. Por lo que, pensar en su solución es una tarea de todos quienes formamos parte de ella, de quienes convivimos en ella. A la Universidad debemos verla como ese universo en donde mora nuestra utopía, verla como la casa que alberga el conocimiento, el saber, la imaginación, la creación, el pensamiento crítico. En fin, como el espacio de donde habrá de levantar su vuelo el “búho de Minerva”.
Ello es posible y, además de posible, necesario. Pero debemos pensarla desde una perspectiva heterodoxa. Esto es, desde una visión radicalmente distinta a las concepciones que hasta ahora han “explicado” la universidad; porque, cuando uno revisa las variables que determinan la crisis universitaria del presente, constata que el origen de la misma es multidimensional. Por tanto, debemos pensarla de manera distinta. De impulsar un nuevo estilo de reflexionar y de discutir, de imaginar lo nuevo y construir una nueva teoría que nos permita reinventar la universidad como la casa del saber y el conocimiento. Pensarla de otro modo. Pensarla como un nosotros incluyente y variable.
Señores consejeros:
A este esfuerzo dedicaré mis funciones como miembro de este máximo órgano de dirección de la Universidad de Los Andes. Mi función principal en esta tarea de cogobierno irá en la dirección de estimular y afianzar, desde este máximo organismo de dirección universitaria, el proceso de reinstitucionalización, legalidad y legitimidad institucional, para lograr volver a hacer de la nuestra una universidad democrática, autónoma, alternativa y de cogobierno estable. Reinstitucionalización que nos deparará nuevas esperanzas; que nos permitirá volver a ver las aulas, laboratorios, oficinas y pasillos sin la soledad y el silencio actual. La Universidad conserva su fuerza moral, intelectual, espiritual y material para afrontar las dificultades inocultables del presente.
Nos proponemos, asimismo, dar nuestra contribución al establecimiento de un diálogo respetuoso y creador. No somos de los que andan con un retrovisor en la mano para no ver el presente vivido y el presente por vivir. Creemos que ha llegado la hora en que la Universidad de Los Andes y el Gobierno Nacional, como entes del Estado venezolano, nos reencontremos para que juntos imaginemos como podemos, y que debemos, hacer para lograr que ambos avancemos en la construcción de una nueva Patria en donde reine la justicia social, la igualdad, la fraternidad y la solidaridad entre todos los venezolanos. Somos unos convencidos de que seguir con los señalamientos de mutuas responsabilidades no ha conducido sino al alejamiento material y emocional de universitarios y gobernantes, teniendo como víctima a la universidad y los miembros de su comunidad.
Señores consejeros:
El Presidente Nicolás Maduro le ha presentado al país El Plan de la Patria. Las Siete Transformaciones 2025-2031. La Segunda Transformación está dirigida a: Lograr desarrollar las capacidades científico-tecnológicas que hagan viable, potencien y blinden la protección y atención de las necesidades del pueblo y el desarrollo del país como potencia. Objetivo que es posible alcanzar a través de la construcción de un estilo científico, tecnológico e innovador que aporte a la construcción soberana de un sistema de servicios y producción sólido para la satisfacción efectiva de las necesidades del pueblo venezolano.
De igual manera, la 2da Transformación se plantea, como línea de impulso estratégica, el desarrollo del modelo de educación técnica y universitaria y en oficios, territorializado y sincronizado con la construcción de la economía post rentista y el desarrollo del Plan de la Patria. Se plantea también, afirmar la identidad, la soberanía cognitiva y la conciencia histórico-cultural del pueblo venezolano, para la descolonización del pensamiento y del poder. Para lo cual, es necesario, fomentar la producción de conocimiento y la concienciación sobre los mecanismos de dominación y colonización presentes en las maneras de conocer, producir y convivir, como base para la gestación de formas de hacer descolonizadas y la transformación de la sociedad.
Recordemos que nuestra Carta Magna, la Constitución Bolivariana, inicia su preámbulo invocando los poderes creadores del pueblo, y que la Universidad es parte del pueblo, razón por la cual estamos en la obligación de contribuir para la construcción de una “patria libre y soberana”, con la “refundación de la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un estado de justicia, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para ésta y las futuras generaciones”, como principios fundamentales de la misma; de una nueva República en la que “el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna”, dejen de ser una aspiración y alcancen su concreción plena…” Pues bien, es a la luz de estos principios como debe entenderse el reconocimiento que se hace en el art. 109 de la Constitución Bolivariana a la Autonomía Universitaria.
Señores consejeros
Hagamos uso del referido inciso constitucional. Téngase presente, entonces, que la “búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, es para beneficio espiritual y material de la nación”; y, esa es una función fundamental de la Universidad. Por lo que, para lograr tan noble objetivo, el constituyentista mantuvo el reconocimiento de que: “Las universidades autónomas se darán sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar, organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto universitario…”
Entendamos que la universidad, y es una perogrullada lo que diré, es una institución humana, comunitaria por excelencia. Su aislamiento y encierro no tiene sentido, fundamento ni utilidad para nadie. El gobierno y la sociedad son nuestros interlocutores esperanzados y expectantes, a la vez que beneficiarios de las tareas universitarias. Por lo que, una de nuestras responsabilidades de cogobierno será, a través de entes que se identificarán oportunamente, diseñar y llevar a cabo dos proyectos de relanzamiento de la Universidad. Uno tiene que ver con la recuperación del talento formado y emigrado, y otro con la formación del nuevo talento universitario.
Vistas las cosas, desde estos principios y objetivos, déjenme decirles que estimularemos el establecimiento de un relacionamiento entre la Universidad de Los Andes y el Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria; y, por su intermedio, con el Ministerio del Poder Popular Para la Ciencia y Tecnología y Funda Ayacucho para buscar acuerdos que permitan el financiamiento de proyectos de formación de personal docente, administrativo y de servicio de la Universidad, con una coordinación tripartita.
Pensamos, asimismo, que podría suscribirse un convenio entre la Universidad de Los Andes y el Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria, a través de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), la Misión Venezuela Bella y otros organismos públicos, para el diseño de un Plan de Reconstrucción y Mantenimiento de la planta física e instalaciones universitarias. De igual manera, pensamos, que debemos establecer un relacionamiento más cercano y permanente con la Gobernación del Estado Bolivariano de Mérida.
Recurrimos a nuestra memoria y recordamos nuestro presente vivido como ex dirigente estudiantil y gremial; y, ese recuerdo nos incita a afirmar que propiciaremos el establecimiento de relaciones proactivas con los gremios de profesores, estudiantes, empleados y obreros. Relacionamiento de nuevo tipo, a partir del cual podamos acordar lineamientos comunes sobre los convenios de trabajo y providencias estudiantiles, con el objetivo de mejorar los salarios y demás reivindicaciones socioeconómicas, de manera muy particular las de protección social. Ello es imprescindible e impostergable.
Señores consejeros:
El camino es largo y tortuoso, pero la mejor manera de saber si las cosas son posibles es hacerlas. El mayor riesgo es el fracaso, pero eso aporta experiencias para recomenzar. Para nosotros, la Universidad es un permanente estar haciéndose.
Muchas Gracias
* Palabras del Dr. Nelson Pineda Prada en el Acto de Juramentación como Representante del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, ante el Consejo Universitario de la Universidad dé Los Andes. 17 de febrero de 2025.
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