Luzfrandy Contreras/DLA.- «Sobrevivir», es una de las palabras más utilizadas por el tachirense que en medio de las necesidades económicas ha tenido que buscar alternativas en la venta informal. Durante el inicio de la pandemia se observó la proliferación de pequeños locales, sobre todo en cercanía al Terminal de Pasajeros o el centro de la ciudad capital, la mayor parte de estos vendedores se dedican al rubro de las verduras y hortalizas, vendedores de productos usados, o alimentos colombianos.
Profesionales y trabajadores de la administración pública han visto en este mecanismo un escape, tal es la historia de Heber Becerra, quien durante 20 años prestó servicio como Sargento de la Guardia Nacional (GN), y hoy en día se dedica a la venta de huevos en las calles cercanas al terminal de pasajeros de San Cristóbal.
«Yo era sargento de la Guardia, duré 20 años, pero ahí voy poco a poco, es preferible esto a ganar poco como funcionario, la venta de huevos ha estado un poco fluido, si se ha vendido poco a poco, ahorita la venta informal es una de las alternativas de trabajo que tiene el tachirense, la ganancia es poca, se gana mil pesos colombianos por cartón de huevos (1bs aproximadamente), no es que alcance para el sustento diario, pero si para sobrevivir».
Como Heber, trabajadores de la administración pública han renunciado a sus lugares de trabajo viendo con más satisfacción el trabajo en la calle, así lo expresó José Roa, quien desde hace dos años vende productos alimenticios movilizados desde el vecino país. «Tengo dos años en esto, porque no se consigue trabajo y los que se consiguen no pagan bien, es una miseria de sueldo, y aquí lo que uno diariamente hace es para sobrevivir, uno sale muy temprano hasta muy tarde y algo se lleva a la casa, pero si tuviera un trabajo en la administración pública no ganaría nada, lo que gana uno allá mensual aquí me lo hago semanal», indicó.
A pesar de mantenerse una venta regular, según la opinión de los ciudadanos encuestados, muchos encuentran beneficios al expendió de productos alimenticios. «Yo digo que todo está en la cuestión de saberse administrar, porque ahorita todos estamos en tiempo de sobrevivencia, la plata que llega no hay que gastarla en otra cosa, sino en lo que alcanza que es la comida, se trabaja para comer», afirmó Claudia Acevedo vendedora de frutas y hortalizas.
Con respecto al abastecimiento de productos, en el área de frutas y verduras los expendedores realizan sus compras en el mercado mayorista de Táriba, allí productores de las zonas de montaña del Táchira movilizan los productos que son adquiridos por estos ciudadanos, en los últimos días se ha observado un pequeño aumento en el costo de los mismos motivado a las precipitaciones registradas.
En cuanto a los productos colombianos, algunos prefieren realizar sus compras directamente en el vecino país, cargando en sus hombros costales de mercancía para atravesar los pasos fronterizos, otros adquieren los productos directamente de distribuidores en cercanía a este lugar de trabajo.