<Una de las cosas que más debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente es verse, viviendo, andar con buen nombre por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa. Dije con buen nombre porque, siendo al contrario, ninguna muerte se le igualará> Cervantes, en H. Bloon, Genios. P.71.
En estos tiempos de la tecnología y la información cambiando cada día emergen graves problemas éticos, de valores y bioéticos en la medida en que ninguna regla queda definida o las vigentes se mantienen como constante social. Sobre todo cuando al computador y la telemática se le asigna una autoridad tal que solamente parece importar su funcionabilidad. Es decir que el uso frente al abuso de lo que se pone en circulación como información verás compite en desventaja frente a lo oportuno y útil al poder. Todo riesgo y consecuencia de lo colocado en la red siempre se evalúa tarde. Es la hora del experto y como tal las empresas y gobiernos colocan sus intereses en ese medio a los efectos de control y competencia ventajosa. Los sistemas informáticos operan con la finalidad de establecer controles en salarios, precios, información biométrica, criterios médicos, de salud, de distracción, categorías de población, perfiles biológicos, biotipos para el rendimiento deportivo; en fin, todo lo que es el Marketing. Los resultados y consecuencias no siempre son previsibles y la sofisticación del producto no es neutra, sino en función de captar al consumidor. Esto, visto y leído con neutralidad no nos dice mucho sobre cómo terminamos convertidos en sujetos de abuso y a su vez abusados por la tecnología y la información. Alguien seguramente estará pensando luego de leer estas notas que sugiero control y más control de esos medios. No se trata de algo tan simple si antes usted no se formula preguntas, se auto cuestiona o problematiza aquellas conductas donde por pensar que las palabras y la tecnología son neutras entonces todo vale. No si antes averiguamos qué tipo de ambiente jurídico tenemos como para que la ética tenga un rol destacado frente a los abusos de la vigilancia social, bien por parte de los gobiernos donde la idea de Estado de derecho es inexistente, bien por empresas privadas que viven de la información con el objetivo del control social y económico. En el caso de Venezuela esto es obvio desde la información electoral, la de los captadores de huellas y la triste lista Tascón; sin nombrar las encuestas del aparato represivo de Estado. El rol de la ética en nuestro caso es similar a la imagen de una embarcación naufragando en alta mar y con olas fuertes donde cada día se termina el agua potable. ¿Cómo se comportará la gente en esa situación? Es como un acto de pornografía recitar el articulado de la Constitución de 1999 frente a un aparato judicial controlado por los comisarios políticos, el resultado hoy no es otro que una larga impunidad. Toda idea de democracia, entre nosotros y más allá del ritual del voto está en estos momentos imposibilitada para invitar a sus ciudadanos a reflexionar en torno a las consecuencias del uso de la tecnología y las redes sociales con fines de control político y vigilancia social. Si algo está registrado como control y reacción de la gente frente a las colas, cortes de energía eléctrica, agua y gas, así como la escasez de medicinas y alimentos es la conducta y las propuestas políticas en curso. Lo fronterizo entre el mal y el bien, entre lo justo y lo injusto, entre lo deseable y lo indeseable, entre lo posible y lo imposible están hoy sin un lugar definido y los actores del cambio tampoco tienen rostros conocidos. Cierta idea de reciclaje se mueve en el ambiente y una lógica ambigua del perdón tampoco termina de definir el criterio a tomar. No por azar frente a las ausencias de dinero para hospitales, educación y recuperación de ciudades se exhibe con orgullo las patrullas policiales y los vehículos de guerra. Saque sus conclusiones.
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@CamyZatopec