Los trujillanos y especialmente la mayoría de las familias de escasos recursos rechazan de plano la aplicación del “Plan Leña” decretado por el Gobierno Nacional como una “alternativa” de solución ante la ausencia total del gas natural licuado en la cocina de nuestros hogares, además de negocios como restaurantes, ventas de comida rápida y la mayoría de las zonas populares .
Esta “orden” oficial emanada del alto gobierno no solo evidencia la severa crisis y la falta de políticas y ejecutorías firmes que alivien el drama del pueblo, ya acorralado con los continuos cortes de energía eléctrica, la desaparición de la gasolina y la escasez de agua potable, todo aunado a la más severa hiperinflación sufrida por nuestro país en toda su historia de vida económica y social. Esto nos está conduciendo al colapso y al atraso inminentes.
Por cierto, en fecha reciente el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Omar González Moreno, cuestionó de manera enérgica el hecho de que “somos el único país petrolero y gasífero que tiene a sus ciudadanos haciendo cola para llenar el tanque de combustible y cortando ramas y troncos para fogones improvisados y así poder cocinar”. “Esta desgracia solo se vive en socialismo”, agregó.
Denunció que dentro del plan de suministro de madera y palos en Los Andes, en el marco de la “Misión Leña”, se está depredando el ambiente ante la severa ausencia del gas licuado. También denunció que en uno de cada tres hogares de Venezuela cocinan con leña, algo muy repudiable y lamentable en un país rico en recursos.
La escasez de gas doméstico ha afectado a diversos sectores de la sociedad venezolana y Trujillo no ha sido la excepción, ya que las mafias se han enquistado en las operadoras del gobierno para sacarle dólares al pueblo a costa de ellos enriquecerse, sobre todo marginando a las comunidades populares, una realidad que ha tocado a todo el país.
Incluso vecinos de esta comarca motatanense denuncian que entre gallos y media noche sacan las bombonas grandes en complicidad con algunos vigilantes (todos comen de la torta) y las trasladan a un lugar de la Zona Dos donde los bachaqueros conectados con gente inescrupulosa de la empresa, venden clandestinamente los cilindros en dólares entre los 40, 80 y hasta cien de los verdes norteamericanos.
Cada día vemos a más personas calle arriba y calle abajo con sus bombonas de gas sobre sus hombros; cada vez vemos a más venezolanos pasando necesidad como consecuencia del colapso de todos los servicios en el país y para colmo ahora es común y natural observarlos con los “haces” de leña como en los tiempos de María castaña y la Venezuela rural de principios del siglo XX.
De la riqueza petrolera al atraso social
“Somos el único país petrolero y gasífero que tiene a sus ciudadanos haciendo cola para llenar el tanque de combustible y cortando ramas y troncos para fogones improvisados para poder cocinar. Esto solo se vive en socialismo”, reiteró el parlamentario.
En el caso de Trujillo, como lo expresamos con anterioridad, hay que poner “ojo avizor” a quienes distribuyen el gas, ya que el frenesí por ponerse en los dólares le ha cambiado la honestidad a más de uno y hasta hay “cadenas de corrupción” desde la zona de llenado hasta el distribuidor y consumidor, incluyendo gente de Consejos Comunales que también quieren un pedazo de la torta “dolariega”.
Esto va en detrimento de la clase humilde que observa en sus autoridades a los presuntos protectores de sus intereses, pero que se estrellan con el viejo cuento de “eso está muy caro y hay que pagar”.
Lo cierto del caso es que se avecinan los días más exigentes de la celebración navideña y nadie responde si en realidad las cosas se van a normalizar: “ Hay que dolarizar completamente el país”, expresó el señor Arturo París Villegas, habitante de Pampán, quien agregó que solo dolarizando se ataca el morbo del dólar paralelo y se recupera el poder adquisitivo del pueblo, a la vez que de esta manera habrá más libertad económica y menos control y manipulación del gobierno”.
“Con dólares sí podemos comprar bombonas y enfrentar esta hiperinflación que nos está matando”-subrayó París Villegas.
Fotos Onésimo Caracas