Danzas Caribay: Semilla que germinó en frutos exquisitos de una cosecha bien cuidada

Valera vivida, leída, escuchada y soñada (14)

 

Un orgullo para Valera y los valeranos. Así describimos el sentimiento y reconocimiento que se han ganado a lo largo de 36 años de fructífera labor la Escuela de Danzas Caribay. De la mano de su directora y fundadora, Marisol Urbina, excelsa representante del gentilicio en pro de cultivar arte en favor de la comunidad.
Hay que recordar que, somos pueblo de grandes cultores, de exquisita cultura y la danza es parte de ese rico folklore regional que hemos heredado de nuestros indígenas.
Hoy día cuando la Escuela de Danzas Caribay celebra sus 36 años de fundación, lo hace recogiendo los mejores frutos productos de una cosecha bien llevada, a la cual se le ha dedicado tiempo y espacio.
La Escuela es parte de un gran legado cultural, dancístico, inculcada por su guiadora Marisol Urbina, profesora formada con los máximos honores en el Instituto Nacional del Folklore en la ciudad de Caracas, y ha sabido compartir todo ese bagaje y conocimiento adquirido con su terruño, con su gente, formado a más de tres generaciones sin descanso. Marisol y su Escuela se han dedicado por entero a formar, enseñar la danza a través de proyectos e investigación del significado de este tipo de bailes en el país.

 

Inquietudes y proyectos

 

Luis Urbina, hermano de Marisol y otro gran exponente de nuestra cultura nos suministró una serie de datos sobre el comienzo de este maravilloso recorrido.
Hay que decir que Marisol Urbina pertenece al grupo selecto que surgió de la mano de Gladys Mota, quien seguramente aprendió con exactitud todos los movimientos, el desarrollo y la pedagogía para la enseñanza. Fue una alumna aventajada al igual que el resto de sus compañeros de curso. Se mantuvo con la profesora Gladys entre los años 1972 y 1980 como alumna y bailarina de la Escuela de Ballet, Danza y Folklore.
Esta loable tarea de Marisol y sus proyectos tiene su génesis entre los 1980 y 1983 cuando asume la dirección de la Escuela de Danza del Ministerio de la Juventud en Valera.
Sus inquietudes por esta actividad y la preocupación de hacer algo más efectivo por la danza local, la lleva a crear las Danzas Miranda la cual funcionó por muchos años en el club Francisco Miranda en Plata 2. En el año 1982 cambia de nombre a Danzas Folklóricas Caribay y más tarde se identifica como lo que es hoy día, Escuela de Danzas Caribay.
Danzas Caribay en su historia ha sabido resaltar los géneros de la danza nacionalista, moderna y folklórica entre otras modalidades que le inculcan a su alumnado desde los 4 años.

Crecimiento indetenible

El trabajo constante, la perseverancia y dedicación le fueron dando el empuje para desarrollar la institución, los reconocimientos no se hicieron esperar, y en un abrir y cerrar de ojos, ya Marisol Urbina y Danzas Caribay se había constituido en una de las fuerzas culturales de Valera. El sello que certificó su auge se consigue a finales de los años 80, cuando logra establecer un lugar en nuestra urbe, se instalan en el muy recordado sótano municipal, un recinto que guardia mucha historia, de allí el proyecto comienza a tomar forma y se fortalece, no fue fácil, el trabajo fue arduo, muy duro, sobreponerse a muchos obstáculos y algunas carencias, pero más pudo el interés, las ganas y el empeño que todo su grupo le puso en favor de un objetivo: hacer de la Escuela Danzas Caribay una referencia local, regional y nacional.
Para el año 1989, Marisol incorpora en el proyecto a su hermano, Luis, un joven con gran talento en cuanto a la danza clásica, contemporánea y artística. Un cultor artístico en potencia.


Iniciativa de excelencia

 

Hoy, a más de tres décadas de aquel inicio de camino, debemos con el mayor de los respeto, admiración, ofrecerle el mejor reconocimiento a esta iniciativa. Excelente desde todo punto de vista.
Sus actuaciones y presentaciones reciben los mejores elogios y los más rotundos aplausos, todo gracias a la dedicación, al trabajo incansable, al empeño de hacer las cosas cada día mejor, siempre en busca de enaltecer el gentilicio de este lar, en hacer que la cultura siempre esté por encima de cualquier circunstancia.
Esta gran familia que conforma la Escuela de Danzas Caribay merece toda la consideración de su gente, de su pueblo, que los ha visto crecer, de esta Valera por la cual se esmera todos los días con gran dote de mística, disciplina y responsabilidad. Para ustedes, un millón de aplausos.

 

 

 

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