Desde los tiempos de Cristo, las curaciones de enfermedades, de enfermos terminales y las conversiones de fe, han ido creciendo conforme pasan los años. Desde los ciegos curados por Jesús,desde los demonios expulsados del leproso y arrojados a las piaras lodosas, incluso desde la muerte y resurrección de Lázaro, el hombre ha sido testigo de que la sanación y el poder espiritual de oraciones milagrosas que pueden obrar más allá de lo que, en muchos casos, la ciencia médica es capaz de lograr.
Una de las cunas en donde se evidencia este tipo de sanación física y espiritual se halla en Medjugorje, un pequeño poblado ubicado en el sur de Bosnia y Herzegovina, en donde, desde el año 1981, se concentran multitudes de creyentes en nombre de la Virgen María, pues se cuenta que en este lugar de la Europa central la madre de Jesús apareció para dar un mensaje a los hombres.
La historia cuenta que un grupo de jóvenes, entre los seis y los dieciséis años, fueron testigos, en una zona campestre de este poblado, de la aparición de la Virgen María. Fueron testigos también de la conversión en sus corazones, pues desde entonces todos se han dedicado a ser predicadores y epígonos del mensaje que entonces y ahora les da la madre de Jesús. Según los así llamados videntes, al entrar en estados de consciencia pura, son capaces de recibir mensajes directamente de María, quien les guía y los ayuda a sanar a enfermos, que acuden a Medjugorje desde distintas partes del mundo.
El poder de la oración
El mismísimo jerarca de la Iglesia católica, el papa Francisco, emitió un comunicado en el que solicita a un arzobispo de origen polaco investigar las apariciones, las visiones y los milagros que se viven en este pueblo de Bosnia, pues los testimonios de sanación de enfermos han dado la vuelta al mundo y gozan cada vez más de mensajeros de la fe.
Por otra parte, el papa asegura que “la oración por los enfermos no debe faltar nunca”, ya sea de manera individual o en comunidad, lo que pregona el hecho de que a través de la oración se fortalece el cuerpo y la mente para ser más sabio ante situaciones incluso terminales.
Sanación de enfermos
El sumo pontífice dice a los creyentes que la oración es un acto de comunicación que se hace con Dios a través de la fe. Con el orar, los devotos piden por favores de salud, o para agradecer favores ya recibidos, o simplemente para expresar gratitud ante las cosas buenas en sus vidas.
No faltan aquellos que rezan en busca de sanaciones físicas, y que incluso se adentran en largos viajes, de caminatas que incluyen semanas de largas rutas campestres (como en la peregrinación a Compostela, en España, o el santo Cristo de La Grita en nuestro estado Táchira, en Venezuela) para pedir la sanación a través del poder de la palabra.
Diversos testimonios aseguran que han logrado deshacer el yugo de males físicos, incurables por la ciencia médica, con el postrarse de rodillas a pedir a la Virgen con la mayor fe posible, como en Medjugorje lo han hecho durante décadas los fieles creyentes.
Curarse el alma y el cuerpo a través de la fe depende de la devoción que se tenga. Orar con convicción puede ser “realmente lo más importante y hermoso en la vida”, al menos así lo califica Silvia Busi, una joven de 23 años que a través de la oración y la fe pudo levantarse de una silla de ruedas, luego de recibir el milagro de la Virgen en la ahora cada vez más visitada Bosnia y Herzegovina.
Por: Jhonn Benítez