Hay evidencias de que el humano es un primate igualitario que se siente mejor en una sociedad no-jerárquica y evidencias de que cuando la distribución de la riqueza es más igualitaria, mayor es la felicidad de una población y menor la delincuencia y criminalidad (NOTA 1). No obstante, la historia también evidencia que las poblaciones pueden ser manipuladas y pueden rendir culto a líderes crueles. El psicólogo social francés Gustave Le Bon (1841-1931) estudió la psicología de las masas y su obra fundamental es: ‘La Multitud’ (1895) y el psiquiatra austríaco Sigmund Freud (1856-1939) se basó mucho en ella cuando escribió su ensayo: ‘Psicología de las Masas’ (1921). Líderes como Adolf Hitler (1889-1945) utilizaron los planteamientos de Le Bon para manipular a la población. Freud en su ensayo cita el siguiente fragmento de la obra de Le Bon: “La multitud es tan autoritaria como intolerante (…) Respeta la fuerza y no ve en la bondad sino una especie de debilidad, que le impresiona muy poco. Lo que la multitud exige de sus héroes es la fuerza e incluso la violencia. Quiere ser dominada, subyugada y temer a su amo” (Sección II del ensayo de Freud). De hecho Hitler dijo: “La crueldad impresiona. La crueldad y la fuerza bruta. Al hombre de la calle le impresiona tan sólo la fuerza bruta y despiadada. El terror es el medio político más eficaz” (NOTA 2). La autora alemana judía Hannah Arendt (1906-1975) estudió las experiencias totalitarias del Nacionalsocialismo y el Stalinismo en su obra: ‘Los Orígenes del Totalitarismo’ (1951). Citemos un fragmento: “Los Nazis estaban convencidos de que hacer el mal en nuestra época tiene una fuerza de atracción morbosa (…) La atracción del mal y el crimen para la mentalidad de la turba no es nada nuevo. Siempre se ha cumplido que la turba aplaudirá los hechos de violencia con el siguiente comentario de admiración: Puede ser algo vil pero es muy astuto” (Cap. 10). Estas espeluznantes apreciaciones de Le Bon y Arendt ya fueron planteadas por el autor italiano Nicolás Maquiavelo (1469-1527) en su obra: ‘El Príncipe’ publicada de manera póstuma en 1532. Para Maquiavelo el modelo de monarca era el líder italiano Cesare Borgia (1476?-1507) que se caracterizó por su astucia para engañar y su crueldad. Por ejemplo Maquiavelo refiere cómo Cesare Borgia logró engañar a los Orsini para que se trasladaran a Sinigaglia donde los mató (Cap. VII). Pero una de las acciones que Maquiavelo más elogiaba era la que hizo Borgia contra uno de sus propios seguidores. Una vez que Borgia logró el control de La Romagna puso como gobernante a Remirro de Orca, que rápidamente pacificó la región por medio de los métodos más violentos y crueles. Pero Borgia se percató de que esas excesivas crueldades generaron resentimientos en la población y entonces de la manera más repentina y sorpresiva mató a Remirro de Orca y colgó su cadáver cortado en dos mitades en la plaza pública. Con ese espectáculo brutal la población de La Romagna quedó estupefacta (Cap. VII). Maquiavelo tenía una concepción muy mala de la naturaleza humana y consideraba que los hombres son: “ingratos, volubles, dados al fingimiento” y por eso decía que las masas tienden más a respetar al gobernante poderoso y temido que al gobernante bondadoso (Cap. XVII). Quizás podemos concluir que cuando una población carece de cultura democrática, entonces es más proclive a seguir a líderes autoritarios, pero a medida que desarrolla una cultura democrática y una conciencia humanística sobre la dignidad del ser humano entonces rechaza los estilos autoritarios y crueles.
Por otra parte, es importante relacionar la cuestión del culto al gobernante cruel con la ‘mentalidad autoritaria’.
En los años 1940 un grupo de 7 científicos sociales encabezados por el autor alemán Theodor W. Adorno (1903-1969) realizaron un estudio muy extenso sobre la psicología del ‘autoritarismo’. Los resultados fueron publicados en el año 1950 en forma de dos volúmenes titulados ‘La Personalidad Autoritaria’ con casi mil páginas de investigación, cuestionarios, tablas estadísticas y muchas conclusiones sobre las características de personalidad que encontraron asociadas con el autoritarismo.
Antes de hablar del trabajo quizás será pertinente dar una brevísima referencia sobre los principales autores. Theodor Adorno nació en Frankfurt (Alemania), estudió filosofía, sociología, psicología y música en la Universidad de Frankfurt. Ha sido una de las figuras clave de la llamada ‘Escuela de Frankfurt’ y debido al acceso al poder de los nazis en Alemania, emigró a Inglaterra y luego a Estados Unidos donde prosiguió sus investigaciones y publicó varios trabajos. Otra de las figuras clave de la mencionada escuela fue Max Horkheimer (1895-1973), que nació en Stuttgart (Alemania) y era hijo de un prominente fabricante. Estudió psicología y filosofía, y también debido a la persecución nazi emigró a los Estados Unidos donde prosiguió sus investigaciones.
El objetivo del estudio sobre la personalidad autoritaria era detectar las características psicológicas de las personas más proclives a identificarse con las dictaduras fascistas y apoyarlas. Entonces, a continuación vamos a resumir los principales resultados de esa investigación, según los describe Adorno y sus colaboradores en el mencionado trabajo, y también según las describe Horkheimer en su publicación titulada: ‘Las Lecciones del Fascismo’ (1950).
Las características son: 1) Convencionalismo: Adhesión rígida a los valores convencionales. Una aceptación mecánica de tales valores. 2) Sumisión autoritaria: Sumisión ciega a la autoridad de su grupo. Es decir, actitud sumisa y acrítica respecto a las autoridades del propio grupo que son idealizadas en el aspecto moral. 3) Agresión Autoritaria: Odio ciego hacia todos los oponentes o disidentes y personas ajenas al grupo. Tendencia a condenar, rechazar y castigar a las personas que no comparten los valores o ideas del propio grupo. 4) Actitud Anti-Introspectiva: En otras palabras la incapacidad de revisar y examinar el propio comportamiento. 5) Rígido pensamiento estereotipado: La tendencia a pensar en términos de categorías rígidas mutuamente excluyentes. Es decir, tendencia al pensamiento maniqueísta…¡Las cosas son buenas o son malas sin categorías intermedias!!! 6) Tendencia a la superstición: Tendencia a creer que el destino de cada persona está determinado por factores místicos, es decir, tendencia a creer que el destino de cada persona está determinado por lo irracional e incognoscible. 7) Poder y Rudeza: La tendencia a identificarse con las figuras poderosas. Un interés exagerado respecto a las relaciones de dominación-sumisión entre líder y seguidor. 8) Destructividad y cinismo: Hostilidad generalizada hacia lo humano. Una tendencia medio moralista y medio cínica a denigrar de la naturaleza humana que conciben como fundamentalmente vil. 9) Proyectividad: La disposición a creer que en el mundo suceden cosas peligrosas, y la proyección hacia el exterior de los impulsos emocionales inconscientes. 10) Sexo: Un interés exagerado respecto a los asuntos de índole sexual. (NOTA 3).
Por otra parte, el psicólogo estadounidense Wayne W. Dyer (1940-2015)), en el capítulo 2 titulado: ‘Falsos Maestros’, de su conocida obra: ‘El Cielo es el Límite’ (1980), describe con más detalle algunas de tales características encontradas por Adorno y colaboradores, aportando algunos de los resultados suyos sobre la base de su amplia experiencia profesional. En efecto, enumera de la siguiente manera las principales características de la personalidad autoritaria: 1) Intolerancia a la ambigüedad: Es decir, no se aceptan posturas intermedias. 2) Pensamiento dicotómico: Las cosas son blancas o negras sin matices intermedios. 3) Rigidez del pensamiento. 4) Anti-Intelectualismo: Una de las características más típicas de las personas autoritarias y fascistas es el odio visceral a toda persona que sea culta y pueda pensar de manera autónoma, rebelde y crítica. 5) Actitud Anti-Introspectiva. 6) Tendencia a la conformidad con los valores sociales tradicionales y sumisión a su autoridad. 7) Represión sexual. 8) Etnocentrismo: Es decir, tendencia a ensalzar a la propia raza y rechazar a las demás razas o grupos. 9) Paranoia: Es decir, tendencia a magnificar de manera exagerada los posibles peligros hacia la propia persona. 10) Una actitud de implacable rechazo a la debilidad. 11) Adoración del poder y la fuerza. 12) Tendencia a las actitudes totalitarias super-patrióticas. (NOTA 4).
Después de todo lo expuesto, resulta demasiado obvio que los estilos autoritarios, sean manifestados por personas afiliadas a partidos o grupos dictatoriales de derecha, o afiliadas a partidos o grupos de esa falsa izquierda burocratizada y represiva de índole Stalinista disfrazada de ‘revolucionaria’, en realidad son muy parecidos en lo que se refiere a mentalidad fascista totalitaria y represiva.
NOTAS: (NOTA 1) Véanse mis artículos ‘El Humano es un primate igualitario’, DLA 19/08/07 y ‘Felicidad y distribución de la riqueza entre la población’, DLA 3/10/10 y ‘Las desigualdades sociales, económicas y jurídicas generan todos los males’, DLA 20/03/11 (NOTA 2) Dicho por Hitler a Hermann Rauschning en ‘Conversaciones con Hitler’, 1933, reproducido en Hermann Rauschning (1940) ‘The Voice of Destruction. Hitler Speaks’, Cap. 6. (NOTA 3) Tomado de Pags. 142-143 en David Held (1980) ‘Critical Theory’. University of California Press. USA, y tomado también de Pag. 264 en David McLellan (1980) ‘Marxism After Marx’. Houghton Mifflin Co. Boston. USA. (NOTA 4) Tomado de Pags. 38-77 en Wayne Dyer (1980) ‘The Sky´s the Limit’. Simon & Schuster. USA.
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