Cuando es difícil ser altruista | Por: Ernesto Rodríguez

 

En psicología hay evidencias de que cuando una persona se siente bien es más proclive a ser altruista. El psicólogo estadounidense Martin E. P. Seligman (nac. 1942), que fue presidente de la ‘Asociación Norteamericana de Psicología’ lo refiere y vamos a citar  sus palabras: “Antes de ver los datos, yo creía que las personas desdichadas – por identificarse con el sufrimiento que conocen tan bien – serían las más altruistas. En consecuencia me sorprendí con los resultados sobre estado anímico y ayuda a los demás, que revelaban sin excepción que las personas más felices tienen mayor tendencia a demostrar altruismo. En el laboratorio, los niños y los adultos que se sienten más felices manifiestan más empatía con los demás y están más dispuestos a donar dinero a los que tengan necesidad. Cuando nos sentimos felices, nos centramos menos en nosotros mismos, nos agradan más las demás personas y queremos compartir nuestra buena fortuna aún con las personas desconocidas. Cuando nos sentimos mal, en cambio, nos volvemos desconfiados, nos retraemos y nos concentramos de manera defensiva en nuestras propias necesidades” (1).

Por otra parte, grandes autores han enfatizado la importancia de ser altruista. Por ejemplo, el filósofo chino Confucio (551-479 A. de C.) expresó en la colección de dichos conocida como ‘Analectas’ (2) lo siguiente: “El Maestro dijo: Es el humanismo lo que atrae en una comunidad. Si por propia elección alguien no se dedica al humanismo ¿Cómo obtendrá sabiduría?” (Libro IV, sección 1) y más adelante: “El Maestro dijo: Si alguien dedica su corazón al humanismo, estará libre de maldad” (Libro IV, sección 4). Asimismo, en el Nuevo Testamento, Jesucristo dice: “Más bienaventurado es dar que recibir” (‘Hechos de los Apóstoles’, 20: 35). También podemos recordar la ‘Parábola del Buen Samaritano’ (‘San Lucas’, 10: 25-37). En ella se cuenta que un judío es atracado y herido en un camino, pero no es auxiliado por un sacerdote judío ni por un levita que lo vieron en su desgracia y pasaron de largo. En cambio un samaritano sí lo auxilió, a pesar de que los samaritanos eran execrados por los demás judíos. Entonces Jesucristo pone como ejemplo a ese samaritano. No obstante, esta parábola es digna de analizar. El samaritano tenía dinero y pudo auxiliarlo. Recordemos cuando el samaritano lleva al herido a un mesón y al partir: “Sacó dos denarios y los dio al mesonero y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese” (‘San Lucas’, 10:35). Margaret Thatcher (1925-2013) que fue Primera Ministra del gobierno británico entre 1979 y 1990, dijo en una ocasión: “Nadie recordaría al Buen Samaritano si él solamente hubiera tenido buenas intenciones. Él también tenía dinero” (3). Esto que dijo Thatcher es una gran verdad: Sin dinero ni recursos es muy difícil ayudar de manera efectiva a los necesitados y gran parte de nuestra población está terriblemente empobrecida y no puede ayudar al prójimo.

Por otra parte, en fecha 20/02/2021 se publicó en la página web de ‘El Diario de los Andes’ un importante reportaje de Andrea Briceño titulado: ‘Enemigo silencioso. Depresión durante el confinamiento’. La autora hace referencia al ‘Observatorio Venezolano de la Violencia. Capítulo Trujillo’ que informa sobre 36 suicidios que hubo en la región trujillana durante el año 2020.

En efecto, muchas personas están deprimidas y angustiadas porque se sienten amenazadas por la epidemia de Covid y podríamos agregar también la amenaza de la hiperinflación que hunde a gran parte de la población en la miseria más espantosa. Además en nuestro país muchos ciudadanos ya no creen en nadie y sienten que todo en la política nacional es una burla cruel. El gran compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901) en el año 1893 estrenó su famosa ópera bufa: ‘Falstaff’ en la cual al final el personaje Falstaff dice: “Tutto nel mondo e burla” (todo en el mundo es burla). La ópera es muy graciosa y divertida y esa frase final queda muy bien. Pero cuando en la vida real de las personas todo es una burla entonces la cuestión no es nada divertida sino muy trágica y desdichada. Adicionalmente, en nuestro país vivimos una pavorosa inversión de valores. En el comienzo de la tragedia ‘Machbeth’ (aprox. 1606) del dramaturgo inglés William Shakespeare (1564-1616) las tres brujas dicen al unísono: “Lo hermoso es cochino, y lo cochino es hermoso” (Fair is foul, and foul is fair).  En nuestro país los ciudadanos honestos y trabajadores perciben sueldos que no son suficientes ni siquiera para sobrevivir, mientras los corruptos de todo tipo y los empresarios y comerciantes especuladores se enriquecen de la manera más obscena. En fin, en nuestro país muchos ciudadanos sienten la impotencia de no poder ser altruistas ni solidarios con el prójimo y eso es lamentable, porque para sacar al país del atolladero que vivimos se requiere un esfuerzo mancomunado y una sinergia de todos los ciudadanos honestos. NOTAS: (1) Pag. 43 en Martin Seligman (2002) ‘Authentic Happiness’. Free Press. (2) He utilizado la edición ‘Confucius. The Analects’. Translated by Raymond Dawson. Oxford World Classics (1993) (3) Pag. 247 en Michael Macrone (1993) ‘Brush Up Your Bible’. Gramercy Books.

ernestorodri49@gmail.com

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