Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracias por medio de Cristo Jesús.( 2 Timoteo 1:9)
¿Alguna vez usted se ha preguntado, “¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi propósito en la vida?” Uno de los más importantes descubrimientos que puede hacer una persona es cuando se da cuenta que fue creada para Dios. Las Escrituras nos dice que el hombre fue la cumbre de la creación de Dios. Dejando claro que, Dios no necesitaba crear el hombre, No se sentía solo y necesitaba alguien con quien pudiera hablar y compartir sus sentimientos. No necesitaba crear a alguien para que le pudiera dar consejo o ayuda — de ninguna manera.
Dios creo al hombre para que este pudiera glorificar todo lo creado por Él.Y esto es importante porque garantiza que nuestra vida tiene un propósito y significado. Dios nos creó para Su propósito, y cuando nuestras vidas están alineadas con Su propósito, experimentamos la vida más satisfactoria que hayamos podido tener. Así que, si alguien pregunta, “Cuál es mi propósito en la vida?”, la respuesta es, “Glorificar a Dios.” Usted debe saber y entender que su vida es importante para Dios, El que creó todas las cosas de la nada, y de valor para Dios, que ha existido siempre.
A menudo el mundo parece ser tan grande y nosotros parecemos ser tan pequeños. Hay tantas personas en el mundo, que pueden hacernos sentir insignificantes, sin importancia y pequeños.
Sin embargo, este no es el caso con Dios. Dios nos conoce personal y profundamente. Él nos hizo, y todos los que Él hizo son importantes y de valor para Él. Nadie es un accidente y todos hemos sido creados a la imagen de Dios, y dado la capacidad de conocer a Dios. Lo trágico es cuando no nos damos cuenta de cuán valiosas nuestras vidas son para Dios. Nuestro propósito verdadero en la vida viene de Dios y es para Dios.
Tal vez pudieras pensar ¿y no esta mal que Dios busque la gloria para si mismo? . No es malo si Él se merece esta gloria, lo cual es así. Usted trabajó, día y noche, se sacrifico, se esforzó por mucho tiempo en su vida, eventualmente recibió eso por lo que usted trabajó tanto. ¿Sería incorrecto honrarle por esto? ¡Ciertamente no! ¿Por qué? Porque usted merece ser honrado por su arduo trabajo y su sacrificio.
Piense entonces que Dios creó un mundo perfecto, amó profundamente a los que creó e hizo el mayor sacrificio posible cuando Él dio a Su único Hijo para morir por nuestros pecados para que pudiéramos pasar la eternidad con Él. Si alguna vez ha existido alguien que mereciera honor y gloria, es Dios el Padre y Su asombroso Hijo.
Entonces, si alguien verdaderamente cree en Dios y en Cristo, ¿qué significa eso para su vida?
Jesús hizo esta extraordinaria declaración en Juan 10:10 cuando Él dijo, “El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.”
Esto es exactamente lo que Dios ha planeado para nuestras vidas, que podemos experimentar Su poder sobrenatural obrando en nuestras vidas grandemente. Y, para hacerlo aún mejor, cuando entramos en Su presencia, vamos a experimentar la vida más maravillosa posible. La Biblia dice que en Su presencia, hay “plenitud de gozo».
Cuando miramos la creación de Dios y vemos la variedad de criaturas que Él hizo, debe ser obvio que nosotros somos la única parte de Su creación que tiene la habilidad de conocerle, de experimentar una relación íntima y personal con Él, y de pasar la eternidad con Él. Nosotros somos lo más importante de la creación de Dios. Nosotros somos los más capaces de vivir una vida que glorifica y honra a Dios. Éste tiene que ser el mayor propósito que cualquiera pueda experimentar en su vida: estar justamente relacionado con el Dios de toda la eternidad a través de la fe en su Hijo Jesucristo y siempre estar glorificándole y honrándole.