Isaías Márquez
Sobre la base de estos puntales, que resaltara el canciller Leyva, sobre los que hubo un consenso de envergadura, culminó la conferencia internacional de Colombia por el proceso político ante la multidisparidad política que se vive en Venezuela, que nos ha inducido a un desfasamiento crítico; y, aunque no hubo una declaración oficial a suscribirse, el solo consenso, sin chantajes ni improvisaciones, demuestra el éxito del encuentro puesto que se instituyó una compatibilidad exclusiva y precisa en la región, junto a Europa y Norteamérica por la necesidad de apuntalar hacia un proceso democrático para Venezuela, adecuado a una cultura de política interior. Muy obvio que EEUU no desee mantener sanciones por siempre a la region. Pues, lo contrario, cconstituiría una absurdidad extraordinaria. El levantamiento de las mismas fue una de las recomendaciones de la veintena de países representados, bajo el compromiso de celebrarse elecciones en 2024 con garantías para la oposición. A tal efecto, se prioriza el establecimiento y ejecución formales, sin más cacareos ni preámbulos, de un cronograma electoral y la continuación inmediata del diálogo en México, pues no se trata de una toma de potencia entre gladiadores a ver cuál puede más, de un jaqueo o de un acertijo medieval, sino de una toma de conciencia; un desafío gigantesco en función de los intereses comunes de todos y cada uno de los venezolanos, quienes ya casi por más de un par de décadas hemos permanecido sojuzgados ante la impulsividad de un régimen absolutista, ofuscado en imponer un sistema retardatorio que ante toda experiencia, denota meridianamente, incompatibilidades perniciosas, virales e inexorables.