“… digámoslo glosando la escritura, hay que hablar un poco de cierto tesoro que aun guardan los Andes, salvado como Moisés, de las aguas del desbordamiento petrolero, es la música que quizás fue durante mucho tiempo el mejor aporte de nuestra región a la cultura nacional. El Táchira y Trujillo fueron arboles sonoros donde se escuchaba la melodía de la musa popular”.
Domingo Alberto Rangel.
Origen
El inicio de la música es desconocido, en su iniciación no se utilizaban instrumentos musicales para interpretarla, solo la voz humana o percusión corporal, ondas sonoras estas que no dejan huella de registro. Al no existir ningún escrito sobre lo antes expuesto, es valedero presumir que la música nació al ampliar y elevar los ecos de la voz, es decir que su nacimiento se originó al ampliar y prolongar los sonidos del lenguaje.
El cambio de altura musical en el lenguaje oral produce un canto, de manera que es probable que al principio apareciera de esta forma, esta circunstancia permite teorizar que la música se reveló en un momento similar a la aparición del lenguaje.
Además, la distinta emotividad a la hora de expresarse un ser humano constituye una expresión rítmica.
Nace un Músico
Fueron los tiempos cuando casi todo Carvajal aún era sólo camino de bestias, y el fresco rocío de la neblina bañaba en el amanecer a la verdeante fronda que acicala la cordillera del Alto de La Cruz.
Es la madrugada del 5 de mayo de 1939, y en el Filo de Carvajal los cocuyos destellan iluminando el camino por donde avanza presurosa la comadrona, quien con sus diestras manos ayudara en el trabajo de parto a María Natividad Castellanos, que en trance de alumbramiento espera un hijo, fruto de su amor con Manuel Ramón Terán.
Se anuncia la llegada del nuevo día, airosos cantan los gallos, las guacharacas se agitan con eufórica algarabía, y a libre albedrío trinan las avecillas madrugadoras en anunciación de la venida al mundo de un niño al que han de bautizar con el nombre de Luis Antonio; nuevo miembro de una familia integrada por cuatro varones y cuatro hembras. Pasado el tiempo, aquel pequeñín se convirtió en un connotado hijo de Euterpe, dotado de gran talento para brillar en el exquisito y difícil mundo del pentagrama regional y nacional, ejecutando con maestría el cuatro, la guitarra, la mandolina, y como si fuera poco, también interpreta de forma brillante y específica el difícil y delicado violín, siendo reconocido años después por su virtuosismo como -El Rey del Violín-.
Primeros Divinos Pasos
Vale la pena destacar que a los cuatro años de edad, el pequeño Luis ya daba muestras de poseer un depurado y extraordinario oído musical, con el que permanecía atento para ver y escuchar como hipnotizado a los músicos provenientes del Alto de La Cruz y demás cordilleras limítrofes del poblado, trovadores estos que acompañaban con música y cantos los Velorios de Angelitos, la fiesta de la Cruz de Mayo, la busca y paradura del Niño Jesús, entre otras veladas musicales, según sus propias palabras “Teniendo corta edad llegue a imaginar y ver en mis sueños, a los cantantes y músicos igual como que si fuesen ángeles venidos del cielo”.
Momento Mágico
El 5 de mayo de 1947, al cumplimiento de sus 8 años de edad, su padrino, un músico de origen tachirense, le regaló cinco bolívares de plata (un Fuerte), y con ese dinero en sus manos corre a mostrárselo a María Natividad, su madre, a quien le pide y convence para que lo lleve a Valera con el propósito de ver los sitios donde venden instrumentos musicales. Bien temprano, al amanecer, parten juntos por el camino de la cuesta, rumbo al Mercado Municipal, donde ubican un puesto de venta con instrumentos de cuerda, y luego del acostumbrado regateo, finalmente compran un cuatro por cuatro bolívares. Jocosamente recuerda y orgulloso dice: “Ese fue mi primer cuatro con el que de tanto charrasquearlo prontamente aprendí a tocarlo armónicamente y afinarlo yo solito”.
Dos años después recibe el día de los reyes magos es sorprendido por estos, con lo para el en ese momento fue el mejor regalo de su vida -Un Violín-, con los ojos aguaos Luis Castellanos señala: “Tanta fue mi alegría y emoción que de inmediato comencé a llorar como lo que era, un niño”.
Por los Campos Petroleros
En los años cincuenta del pasado siglo, su hermano Pedro Luis Castellanos trabajaba en los campos petroleros, y por su sugerencia e insistencia, se traslada hasta la zona petrolera de Bachaquero, localidad en la que al apenas arribar se encuentra con el hijo de Marcelino José González Méndez, su paisano y amigo Eleazar González: “Quien es el mismo gallo surgido después de la división de Acción Democrática, y que llegó a ocupar una curul como diputado en la Asamblea Legislativa Regional, y a más, ser gobernador del estado y máximo líder de Acción Democrática, el partido del pueblo en la entidad regional, Eleazar ya tenía cierto tiempo viviendo en la costa oriental del lago, luego del familiar saludo me mostró donde vivía con un cuñado y me contó que había fundado un conjunto de música movida llamado -Ritmos Occidentales de Venezuela-, donde él fungía de representante, presentador, solista entonador de boleros y a su vez parte del coro, y como tenía conocimiento que yo tocaba el cuatro y frotaba muy bien las cuerdas del violín, de manera inmediata me invitó a incorporarme a su agrupación musical. Oportunidad que supe aprovechar al máximo, recuerdo que rápidamente acople y asimilé el acompañamiento, entradas y salidas, perdí el miedo escénico, conocí y escuche de cerca la resonancia del Tres, instrumento que tocaba perfectamente un falconiano de apellido Loaiza, quien un fin de semana marchó a su terruño y cuando regresó desistió seguir en el grupo; esta circunstancia creó un momentáneo vacío dentro de esta comunidad sonora, por lo que todos nos abocamos en vano a la búsqueda de otro ejecutante del Tres. Transcurrida casi una semana me acerco a Eleazar y le planteo que me permita un chance para echarle pichón, sin más opciones convenimos; ahora bien, como el Tres cubano es un cordófono contentivo de una triada de cuerdas metálicas dobles, me fajé a darle todo un día para dominarlo, esa misma noche lo probé, y puedo decir que me gradué exitosamente como ejecutante de este delicado instrumento cubano, eso fue en el sitio de diversión llamado -Campo Progreso-, en los campos petroleros de Bachaquero”.
Regresó para Asentarse
Después de una larga estadía tocando en clubes sociales en aquella región petrolera zuliana, ya corrido y experimentado en el mundo del arte sonoro, retornó a su tierra de origen y, tal como lo había estado considerando por un tiempo, se propone ensamblar un conjunto de música tropical, objetivo que logra casi de inmediato, contando para esto con la participación como integrantes de conocidos ejecutantes de la región, entre otros: Antonio Delgado, al güiro; Amador Betancourt, bongó; Elio “cara e’ cabra” Abreu, cuatro; Héctor Suárez, guitarra; Hilario Carrillo, tumbadora; Luis Chacón, maraquero; Genaro Abreu, maracas; Miguel Castellanos, cuatro; Juan Terán, solista y Luis Castellanos, quien además de Director ejecutaba el cuatro, la guitarra, el tres y el violín; bautizando su agrupación musical con el nombre de -Rítmico Trujillano-. Sobre el guitarrista Héctor Suarez (Padre) Luis Castellanos hace un paréntesis y expresa: “Este esclarecido músico ejecutante de cuerdas y cantante de primera es un caballero en todo el sentido de la palabra, en mi constante aprendizaje y formación como músico y director de conjuntos muchas fueron sus enseñanzas, él siempre estaba ahí, compartimos juntos más de cuarenta años de música y bohemia, somos compadres, siempre le estaré agradecido por su desinteresado apoyo y hermandad siempre expresadas”.
Las operaciones artístico-musicales de este conjunto se ceñían a presentaciones por contrato en el Country Club de Trujillo; Club Comercio en Valera; Club Cuatricentenario de Escuque; además de presentaciones en casetas con su respectivas tarima y pista bailable colocadas en localidades del territorio trujillano y zonas limítrofes de los estados Mérida y Zulia durante el cumplimiento de sus ferias o fiestas patronales, celebraciones familiares entre otras. Esta agrupación sonora estuvo en escena cerca de treinta años, compartiendo tarima con renombrados grupos musicales, como el Súper Combo Los Tropicales; Los Blanco; Los Máster; Porfi Jiménez y su Orquesta; Manolo Monterey y su Grupo; Orlando y su Combo entre muchos más. Este fructífero quehacer artístico fue toda una escuela por donde pasaron y se formaron numerosos músicos y cantantes.
Vida Nocturna
Simultáneamente a los compromisos artísticos musicales de ensayo y toques con -Rítmico Trujillano-Luis Castellanos expresa: “Laboré 25 años ininterrumpidos en el –MOP-, 35 años tocando desde las 10 de la noche hasta las 4 de la madrugada, en casi todos los bares de Valera por un pago de 40 bolívares diarios y una parrilla; recordando entre otros el Arco Iris de Carmen Carrero; El Dandi y La Piscina de Aurelio Rivas. De esos tiempos recuerdo que: “Esta fue una etapa de aprendizaje, bohemia y crecimiento. Momentos placenteros e inolvidables, donde la economía del país era estable, corría la plata, se degustaba buena bebida, buena comida, la compañía de hermosas damas de diferentes nacionalidades, todas muy atractivas, pero como todo lo bueno pasa, de eso solo queda el recuerdo, dicen que lo único eterno son los diamantes”.
Renacer Trujillano
De nuevo Luis Castellanos lo intenta y congrega a un grupo de destacados ejecutantes e intérpretes, formando y dirigiendo nuevamente un conjunto de música caribeña con el nombre de -Renacer Trujillano-, donde dirige y ejecuta cuatro, guitarra, tres y violín, incorporando desde su inicio a los cuatro hermanos Rodríguez: Nelson al güiro, Néstor Luis a la tumbadora, Orlando a la batería, y Oswaldo solista y charrasca; José Luis Castellanos al bajo, y Reinaldo Castellanos al cuatro, lamentablemente la agrupación tuvo corta duración.
Su última incursión como grupo fue con El Conjunto Son Castellanos constituido en su casi totalidad por integrantes de esta familia de músicos carvajalenses.
Rey del Violín
En el transcurrir del año 1988, en la población de Tovar del Estado Mérida, un grupo de entusiastas personas amantes de la sonoridad producida por las cuerdas del violín se constituyeron en organizadores y promotores del -Festival del Violín de los Ande-, evento único en su estilo que se realiza en Venezuela y Latinoamérica. Era un acontecimiento artístico donde se conjugaba la ejecución de la música del violín popular, rural y clásico, y es un encuentro magistral de los hijos de Euterpe, donde la sensibilidad se pone de manifiesto como por arte de magia, y además virtuosos intérpretes le arrancaban al alma de los violines las sublimes y afinadas notas musicales que danzan cruzando el espacio infinito hasta perderse en el olimpo de los dioses, honrando con ellas su divinidad. En este extraordinario encuentro artístico hace presencia lo más granado de los ejecutantes del difícil instrumento en los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Lara y Barinas, más invitados especiales y participantes de países caribeños y latinoamericanos, destacando que en tan importante evento artístico tuvo notoria participación nuestro violinista Luis Castellanos, quien con su virtuosismo se hizo ganador del certamen en dos oportunidades, lo que le valió ser bautizado por la prensa especializada y el distinguido público asiduo al desarrollo de este evento, como el -Violín de Oro de los Andes Venezolanos-.
Ante tan irreparable pérdida de nuestro vecino y amigo, expresamos nuestro más sentido pésame a sus hijos de manera especial al Dr. Reinaldo Castellanos; José Luis; Javier; Betania; Coromoto Mery; Margot; Jorge Antonio; Raúl; Irak; Nathalie extensivo a demás familiares.
Luis Huz Ojeda y Familia Vuela alto tocayo…