Esta semana, el mundo de las Grandes Ligas rindió homenaje al único miembro nacido en Venezuela que se encuentra en el Salón de la Fama de Cooperstown, don Luis Aparicio Montiel Ortega.
La MLB reconoce así la trayectoria de Luis Aparicio quien vino al mundo precisamente un 29 de abril de 1934, próximo a cumplir 87 años.
Gracias a Dios lo tenemos vivito y coleando, gozando de buena salud en la ciudad que lo ha acogido durante todos estos años al oriundo del estado Zulia, Barquisimeto.
La oportunidad es propicia para recordar como en el estadio “Mario Urdaneta Araujo” ubicado en el sector del barrio El Milagro de la ciudad de Valera, estado Trujillo, “lloramos a moco tendido” la muerte del querido personaje por allá en el lejano año de 1983.
Se celebraba un partido entre Caquetíos de Falcón y Proletarios de Trujillo de la desaparecida Liga Centro Occidental de Béisbol Profesional de Venezuela.
Proletarios, fue un equipo fundado por un grupo de empresarios trujillanos encabezados por José Muchacho Bertoni y con el apoyo de la Asociación de Peloteros Profesionales que liderizaba Dionisio Acosta. Su vida fue corta. Apenas duró tres años.
Sin embargo, por Proletarios pasaron varios jugadores que después llegarían a la gran carpa entre ellos Oswaldo Guillén, novato del año de la Liga Americana en 1985 con los Medias Blancas de Chicago; Oswaldo Blanco, primer cuarto bate criollo en MLB con los mismos Medias Blancas; Carlos “ Café “ Martínez, Germán “Pichón “ González y el margariteño Ubaldo Heredia. Su gran manager, el siempre recordado y muy querido de todos, Pompeyo Davalillo.
La historia que hoy compartimos con ustedes la recuerdo como si fuera ayer. El estadio estaba full. Nada extraño cuando jugaba Proletarios.
En Radio Turismo, emisora que tenía el circuito de transmisiones del conjunto Proletarios compartíamos responsabilidades de comentarista con Evencio Daboín y Guillermo “Memo” Bracamonte de narradores y Nemesio Sánchez Martínez en los comerciales.
En el quinto episodio recibimos una llamada del Teniente Coronel, Eduardo Montiel Ortega, precisamente familiar de Luis y quien había sido comandante del Destacamento 15. El hombre estaba llorando.
“Graterol ha ocurrido una desgracia, se acaba de morir Luis Aparicio”.
Aquella infausta noticia nos conmovió profundamente. El juego fue detenido y la Liga junto a Proletarios y Caquetíos, rindieron un minuto de silencio en memoria de Luis Aparicio. Memo, Evencio y este servidor comenzamos a desglosar parte de su vida. El público lloraba a su ídolo.
El juego continuó pero con un manto de tristeza por la partida del gran Luis Aparicio.
En el séptimo episodio vuelve a sonar el teléfono. Era nuevamente el Comandante Montiel Ortega. Esta vez su tono de voz era diferente.
“Vergación, estoy más contento que el carajo, Luisito no se ha muerto”.
La alegría fue inmensa. Y Dios le ha dado desde entonces larga vida al campo corto venezolano hasta el punto que, en Estado Unidos, le han rendido toda esta semana reconocimiento a la trayectoria del venezolano.
Así son las cosas diría Oscar Yánez.